Basura X

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Mi lenguaje, mi fiel utensilio, aunque ansío descubrir su trasfondo más profundo, se revela meramente estético. Solo me permite pisar el papel, comunicarme con mi propio ser, precipitarlo todo al abismo y, descaradamente, retomar el eterno ciclo de fines, leales al tacto, al caos y al orden más imperfecto. Debo ser sincero, flaqueo en este arte, en todo lo que concierne a lo literario, sin explorar otros campos. Sin embargo, persisto bajo el grisáceo resplandor de un farol rendido.
Dudo si alcanzaré mi cometido, el cual encarna un anhelo perfecto: una biblioteca privada, única a mis ojos, donde el tiempo se vuelva eterno, donde el observador carezca de importancia, donde cada libro concebido se materialice en un estante, donde cada contraste albergue ideas abstractas. Pero detengo mi impulso, me dejo arrastrar y me enredo.

El hombre rojo, rojo el hombre, el hombre se tiñe de carmesí, carmesí se encuentra el hombre. Hermosa resulta la coherencia e incoherencia entrelazadas, de la mano, descifrando el sentido y el sinsentido, para desentrañar cuál de ellos posee mayor probabilidad de victoria.

CaprichosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora