En el seno de la flor, reposé plácido, sin un lamento de quejas en el silencio,
en el polen, mis sueños hallaron su sosegada morada; olvidé cuál de las flores era, solo retengo la memoria del reposo entre una miríada de colores inabarcables, imposible rastrear la florecencia primigenia.El jardín muta su faz, el jazmín, el lirio, y la hortensia, testigos de mis vivencias, la pasión ardiente y las consecuencias de la existencia; ya no atisbas crisálidas en la derecha, únicamente una brecha, que sepulta aquel recuerdo.