Mario Benedetti, transmites en mí una sensación de calma, como esos días en los que sueño con descansar en el campo y regresar a mi juventud, sumergirme en la incomprensión que antes me gobernaba.
Cada poema tuyo relentiza los latidos de mi corazón, regalándome una alegría efímera pero no por ello menos perdurable. Lamento haber llegado tarde a conocerte y haber juzgado sin fundamentos que me impidieron apreciarte. Quizás en el pasado me sentía inferior ante la belleza de tus letras, y aunque en la actualidad sigue siendo así, la vida me ha llevado a lugares donde aprendí a no permitir que esa carencia alimente mi vanidad.
