RECUERDOS

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—¿Cuándo volviste?—inquirí separándome, con la alegría de verlo a flor de piel

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—¿Cuándo volviste?—inquirí separándome, con la alegría de verlo a flor de piel.

—Hace dos días…—expuso, sonriendo.—… Oye fui a tu casa y alguien me dijo que te habías mudado, por eso he venido a verlas aquí.—me explicó con un deje curioso.

—Bueno ya que nos hemos encontrado creo que debemos celebrarlo.—propuso Ghail con un brillo casi desquiciado en sus ojazos.

—Me parece una excelente idea.—asumió, Logan fijando su mirada en mi.—Podríamos ir a cenar y  llevarías a Nate que muero de ganas por ver lo grande que está.—pidió emocionado.

—Es un buen plan.—acepté de inmediato.

—No, de eso nada…—se quejó Ghail poniéndose en medio de ambos que la mirábamos sorprendidos por su reacción. —… Me refiero a celebrar como solíamos hacerlo, vayamos a por unos tragos… Hace como un siglo que no nos vemos ¡Por Dios emborrachémonos y terminemos comiendo cualquier porquería en un lugar de mala muerte como en los viejos tiempos chicos!—dijo con las manos puestas en mi hombro y en el de Logan.

—No suena para nada mal, de hecho lo extraño ¿Qué dices pequeña?—me sonrió coqueto.

—¡Oh vamos, April!—chilló mi amiga.

—Nate me espera...—dije con pesar porque realmente me apetecía ir con ellos, en realidad era un gran plan, recordar cuando nada era tan complicado. Tomar algo no hasta emborracharme pero si por lo menos hasta sentir que todos los problemas se alejaban de mi.

—Puedes llamar a Sam y pedirle que se quede con él, solo será un rato… Porfa, porfa, porfa…—se guindo como una garrapata insistiendo y no pude evitar sonreír.

—De acuerdo, llamaré a Sam.—acepté y Ghail se puso a dar saltitos como una niña, Logan soltó una carcajada y le revolvió el cabello, suspiré de tan solo recordar los viejos tiempos, esta noche haríamos desmadre seguro que sí.

—Listo entonces, llama a Sam que yo me comunico con Alex y Pet.—dijo notablemente emocionada.

—Muy bien entonces yo las dejo para que puedan trabajar y nos vemos esta noche… ¿Dónde solíamos ir?—inquirió dudoso quizás pensando que el sitio que frecuentábamos hace años podría estar cerrado.

—Si. En Bukobar, aún existe.—asentí viendo su expresión de asombro. Él sonrió y se despidió de mi con un fuerte abrazo que le devolví y un sonoro beso en la mejilla, cuando quiso despedirse de Ghail, vio que estaba con su celular pegado al oído hablando probablemente con los chicos, así que solo le hizo un gesto con la mano que ella contesto de igual forma.

Lo seguí con la mirada hasta que desapareció en el ascensor y no pude evitar recordar muchos de los momentos vividos y sonreír al hacerlo, en cierto modo Logan había sido el primer chico que había roto mi corazón y aunque probablemente nadie entendería como es que terminamos siendo los mejores amigos pues realmente su sinceridad fue lo que hizo que me diera cuenta que su amistad era muy valiosa.

Me recordé a mi misma prendada de él en la secundaria, bueno yo y el 90% de las chicas que iban a ese instituto y a quien no iba a cautivar ese chico popular de 1.85 cms de piel canela y ojos oscuro al igual que su cabello y de complexión sumamente definida, con unos rasgos de niño malo y picarón capaces de envolver a cualquier chica incluyéndome, su sonrisa era tan espléndida y brillante que te contagiaba al instante.

Yo era su amiga confiable que iba en un curso menor al de él, a la que le contaba a cuantas chicas besaba o con quienes había quedado para salir, solo lo escuchaba, animaba o consolaba dependiendo de lo que requiriese y aunque estuviese muriéndome de celos siempre estaba cada que me necesitaba y me conformaba con su demoledor pero a la vez reconfortante “Que haría yo sin ti pequeña”. Como solía llamarme incluso ahora.

Cuando Ghail me infundio las fuerzas para que me le declarase me sentí llena de valor y esperanzada, y cuando lo tuve en frente en el receso simplemente se lo solté…

—Estoy enamorada de ti Logan…—dije mirando mis converse negras.

—¿Qué?—me miró incrédulo como si estuviese confesando un pecado.

—No me hagas repetirlo.—le pedí casi en un susurro.

—Dime que estas bromeando April.—me dijo serio y supe que todo iba mal en cuanto le escuche llamarme “April” y no pequeña como solía hacerlo. Una lágrima comenzó a rodar por mi mejilla, di media vuelta queriendo desaparecer de allí, no quería que me viera llorar, ya bastante la había regado confesándole mi amor que obviamente no era correspondido.

—Oye pequeña no… No te vayas.—dijo mientras me sostenía por el brazo evitando que me desapareciera en el baño para chicas, mas lágrimas brotaron de mis ojos.—… No por favor pequeña no llores.—me pidió secándome las lágrimas con sus pulgares y metiéndome en su pecho abrazándome dulcemente, me dio un dulce beso en la coronilla y me obligue a calmarme y dejar de llorar. Me llevó hasta una banca en el patio trasero del instituto y me sentó con el de frente a mi. Se paso las manos por su suave cabello sopesando lo que me diría, fije la vista en el esperando su rechazo que por su reacción era inminente. Maldije a Ghail por convencerme de decírselo y probablemente perdería su amistad por eso.

—Pequeña…—comenzó sin saber muy bien que decir.—Eres demasiado importante para mi como para arriesgar la amistad que tenemos, te quiero te juro que te quiero y eres muy hermosa incluso más hermosa que cualquiera de las chicas con las que haya salido. Pero no funcionaria pequeña soy un jodido puto y lo sabes, me aburro con facilidad, no soy un chico que pretenda estar con alguien mas de dos semanas me conoces y aunque seria un honor para mi salir contigo, la verdad es que no estoy dispuesto a perderte, eres noble y sensible y yo terminaría por dañar los sentimientos que tienes por mi y con ellos nuestra amistad. Por favor pequeña dime que entiendes porque no puedo corresponderte, dime que podremos seguir con nuestra amistad porque sabes que si llegásemos a mas terminaría perjudicándote no solo a ti sino a mi también porque me quedaría sin mi mejor amiga.—declaró con toda la sinceridad brotando de sus ojos y a la espera de mi respuesta, me quede en silencio durante varios minutos procesando todo lo que me acababa de decir y dándome cuenta de que el tenia razón, no sabia estar con alguien mas de quince días y yo no estaba dispuesta a tenerlo por eso corto tiempo para después perderlo y sufrir por ello. Debía tomar una decisión y tomaría la correcta…

—¿Mejores amigos?—le pedí extendiéndole mi mano en señal de promesa, me sonrió entrelazando su mano con la mía y me abrazó efusivo por haberme convencido.

—Gracias pequeña! Y sí claro que sí, siempre seremos los mejores amigos.—y así fue como Logan me rompió el corazón de la forma mas dulce y sincera que se ha roto un corazón en el mundo.”

Sonreí llena de nostalgia ante aquellos momentos donde todos los sentimientos eran pasajeros, al cabo de un tiempo, me di cuenta de que Logan y yo jamás habríamos podido ser algo más que amigos dado que sabíamos tanto el uno del otro que rayaba en la vergüenza.

Nos graduamos y entramos en universidades, nos forjamos carreras, Ghail era una gran diseñadora de modas, Logan un Médico y yo me había graduado en diseño, publicidad y marketing; nuestra amistad siguió intacta, teníamos días de cine, de tragos y comidas, comenzamos a ejercer y luego conocí a Marcus. Me casé y embaracé pronto y aunque habíamos dejado de vernos con tanta frecuencia dado que todos teníamos responsabilidades, habían veces donde podíamos disfrutar de un café y hablar por horas, pero Logan quería especializarse en traumatología y no fue sino hasta hace 3 años que decidió irse a Nueva York a realizar su deseo y justo ahora llegaba titulado como Medico Traumatólogo y eso solo me hacia admirarlo mas. Mi mejor amigo había vuelto y ahora no podía sentirme mas completa.

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora