ORQUÍDEAS Y CLAVELES

113 35 1
                                    

        

Llamé a Sam y le pedí que se quedara con Nate, asegurándole que sería hasta temprano porque no es que pensábamos amanecer en el bar, solo serían un par de tragos y luego de vuelta cada quien a casa.

—¡Oye, April!—llamó mi amiga luego de que colgara a Sam.—Esa no ha sido la única sorpresa del día ¿Ves ese hermoso arreglo? Llegó temprano y es para ti.—señaló mi amiga y mi corazón se disparó instantáneamente, me ruborice de solo recordarlo. Al llegar el arreglo había llamado mi atención pero jamás creí que fuese para mí, nadie más podría haberlo enviado, este detalle de Ethan me descolocaba porque sencillamente, no lo esperaba.

Con la tarjetita de dedicatoria entre mis manos temblorosas lo confirmé, él las había enviado y el mensaje me derritió: “Que las Orquídeas y los claveles cumplan mi deseo de verte esta mañana, y tengan el placer de alegrarte el día como a mi me habría gustado hacerlo. Ethan M. O.”.

El quería verme... mi respiración se volvió irregular y una sonrisa se ensancho en mi rostro, me acerqué a las orquídeas y claveles para absorber su dulce aroma y cerré mis ojos inspirando su delicioso olor aun con la dedicatoria en mis manos y de pronto escuché un click y un flash iluminó el arreglo y a mi. Me giré en seguida y vi a Ghail con su teléfono en mano.

—Si que es hermoso y la foto ha quedado estupenda.—expresó contenta.

—¿Podrías enviármela?.—inquirí con toda la felicidad latente en cada palabra.

—Por supuesto ¿Ha sido tu Montesco verdad? Es que hasta la pregunta suena tonta, y ahora si que vas a contarme todo lo que sucedió ayer.—afirmó mientras me enviaba la foto por WhatsApp.

La recibí en un segundo y realmente había quedado muy bien. Me veía de perfil con los ojos cerrados y una sonrisa tonta mientras olía las orquídeas, había capturado el momento perfecto, así que decidí enviarle la foto a Ethan no sin antes colocarle una nota. “Gracias, me han encantado.” escribí y luego pulse enviar. La foto se cargó y en un momento lo vi en línea, el azul me confirmó que vio la foto y dejo de estar en línea, sentí una leve desilusión la verdad creí que me respondería pero supuse que estaba ocupado.

Mi celular comenzó a sonar y en la pantalla leí su nombre… Y todos los recuerdos de la mañana anterior se agolparon en mi mente, sentí como se perdía mi voz dentro de mi…

—¿No piensas contestar?—preguntó Ghail mirándome inquisidora.

Mis manos se congelaron pero me obligué a reaccionar.

—Hola Ethan.—saludé con toda la calma que pude disimular.

—April…—gimió al otro lado como si rezara mi nombre, ¿Por qué?, ¿Por qué tenía qué hablarme de esa forma?

—Las Orquídeas son mis favoritas…—le confesé.—… El arreglo es precioso, Gracias.—dije metiéndome al deposito, al hablar con él necesitaba privacidad.

—Ha sido un placer. Por un momento creí que yo sería el que tendría el detalle contigo pero la verdad es que has sido tu quien me ha hecho un gran regalo esta mañana.—aseguró con esa irresistible voz.—Esa foto que acabas de enviarme... luces tan hermosa.—me expresó con sinceridad y por poco deje de respirar con sus palabras, sus besos en mi piel vinieron a mi mente y el deseo de poseerlo se instaló en mí.

Un suspiro traicionero se escapó de mis labios y estaba muda no sabia que decir y no sonara precipitado quería decirle que necesitaba verlo, abrazarlo, necesitaba sentirlo nuevamente pero sabía que sería demasiado arriesgado para mi.

—Preciosa, necesito verte...—me ahogué de felicidad al saber que él podría sentirse igual de necesitado que yo, me sumergí en la dulzura de ser correspondida pero corté el hilo de mis pensamientos al recordar que sólo era temporalmente eso dañaba cualquier momento.—… Dime que no es demasiado pronto para verte esta tarde…—pidió como un suplicio.

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora