PUEBLO DE LAS ESTRELLAS

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Acordamos que vendría por nosotros en un par de horas aunque decidió no decir a donde iríamos

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Acordamos que vendría por nosotros en un par de horas aunque decidió no decir a donde iríamos.

El clima se tornaba un poco frío y me tomé el tiempo necesario para abrigar adecuadamente a Nate, igualmente escogí ropa abrigada pero sin dejar de lado que quería resaltar mis atributos. La idea de volver a probarlo no abandonaba mi mente y el recuerdo de nuestros últimos besos mantenían mi entrepierna húmeda constantemente. No tenía muy clara nuestra situación pero eso no hacía que lo deseara menos, al contrario sentía que moría por tenerlo encima con cada acercamiento. Nunca antes había sentido esta necesidad sexual tan desenfrenada y alocada por nadie más. Lo que Ethan me había hecho sentir en nuestros encuentros no tenía precedentes. Se había apoderado de mi cuerpo y de mi mente.

Al estar frente al espejo y ver el resultado final me gustó lo que se reflejaba. Lucía unos jeans altos cargo y arruchados en la parte del tobillo, un body blanco de tela satinada, escotado tipo corset con mangas caídas al hombro, botas color caramelo y un abrigo largo en el mismo color y bolso a tono, hacían resaltar mis ojos. Lucía perfecta con un maquillaje balanceado y oportuno.

-Te ves muy linda mamá. ¿A donde vamos?-me halagó Nate risueño con sus ojitos brillosos de curiosidad por saber a dónde iríamos.

-Gracias cariño, esté fue un regalo de tu tía Ghail.-le comenté modelando el abrigo.-Aún no sé a donde iremos pero seguro que la pasaremos bien.-aseguré tocando su nariz.

No pasó mucho tiempo cuando ya nos encontrábamos en el exclusivo Mercedes Benz negro de Ethan; quien lucía esa noche más apetecible que nunca con un jersey color crema, pantalones de vestir negro y su abrigo de igual color sin mencionar su fabuloso aroma que solo traía a mi mente recuerdos que desequilibraban mi calma. Su mirada no dejaba de viajar a mí cada tanto reafirmándome que también le gustaba lo que veía.

Nate estaba muy sonriente y curioso en los puestos traseros del auto tarareando Happy de William Pharrell que sonaba de fondo.

-¿Falta mucho para llegar?-inquirió ansioso mi hijo.

-Solo un poco, te aseguro que en cuanto lleguemos te gustará.-afirmó Ethan dedicándole una mirada divertida desde el retrovisor.-Es un recorrido que vale la pena.

Le sonreí confiada y emocionada. Esto era algo que no esperaba, como todo últimamente con él. Disfrutaba tanto estar a su lado que ya no me importaban las consecuencias como al principio. Me hacía un poco de ruido el hecho de que Nate estuviese también iniciando una relación amistosa con él pero es que todo estaba sucediendo tan rápido y genuinamente que no me atrevía a cuestionarlo. Ethan parecía disfrutar y anhelar tanto mi compañía como yo la de él así que lo dejaría fluir sin más.

-¿A dónde vamos?-inquirí en voz muy bajita sin dejar de sonreírle.

-No comas ansías, ya falta poco.-declaró rozando con el revés de sus dedos mi mejilla izquierda. El contacto me estremeció.

Llevaba conduciendo alrededor de una hora, habíamos salido de la ciudad por la autopista y reconocí hasta cierto punto el camino pero ya no lograba distinguir dónde nos encontrábamos. A nuestro alrededor todo era verde. Árboles y colinas por doquier. Unos metros mas adelante nos encontramos con un letrero grande en madera de pino y en él una inscripción "Bienvenidos al pueblo de las estrellas."

Apenas comenzámos a entrar en el pueblo y ya transmitía una sensación tan bonita de alegría y entusiasmo que se contagiaba. Nate sonreía sin parar por lo bonito que le parecía el lugar.

El pueblo era bastante pintoresco y acogedor, sus casas de madera muy coloridas a pesar de la antigüedad muy bien conservadas. Era un lugar hermoso a la vista, rodeado por colinas. Nate se emocionó al ver a varios pobladores con disfraces llamativos, Ethan continúo conduciendo y cada vez nos encontrábamos con más personas con trajes y disfraces tradicionales, hasta que llegamos a un espacio parecido a un claro inmenso donde se instalaba una feria bastante grande cerca de un precioso lago. Era una vista espectacular.

Ethan estacionó el auto en un parqueadero improvisado que nos otorgaba una vista perfecta de todo lo que teníamos en frente. La Gran Feria de las Estrellas.

-Hemos llegado.-avisó Ethan observándonos mientras seguíamos embelesados viendo a través del parabrisas.

-¡Esto es asombroso!-expresó Nate boquiabierto y con una sonrisa bailándole en los labios.

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora