SIN PIEDAD

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PUNTO DE VISTA DE ZACHARÍAS

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PUNTO DE VISTA DE ZACHARÍAS.

—¿De cuanto tiempo está?—interrogué al médico que me vendió por unos cuántos miles toda la información acerca de la cachorrita, quién le había jugado la treta más antigua de todas al imbécil de Ethan... un embarazo.

—No pude determinarlo.—habló nervioso mientras yo mordía mi lengua.—Escuché decir a su hermano que en Seattle la llevaran a un especialista.

—Bien, ahora largo.-lo eché de mi auto, y mientras lo veía luchar con su torpeza para abrir la puerta, le apunté en la cabeza con mi arma.—Te volaré los sesos si llegas a decir una sola palabra de esto.

—No-no yo nunca lo-lo traicionaría, se-señor.—tragó grueso y tembló como un marica.

—Desaparece de mi vista.—huyó como un asqueroso ratón y yo aceleré casi llevándomelo por delante.

Entonces la cachorrita resultó ser más oportunista que cualquiera. No me sorprendía, la debilidad de Ethan eran las putas ambiciosas.

Encendí un habano y fumé como solía hacerlo con mi abuelo. Necesitaba aclarar los pensamientos para no dar pasos en falso. Si Ethan creía que al fin tendría su vida soñada estaba cagándose encima, porque eso no sucedería jamás. Mientras yo viviera él no tendría paz y si yo moría, confiaba en que Genevieve se encargaría de hacerlo sufrir hasta su ultimo asqueroso día.

La puta vida no era más que una asquerosa y cruel ironía. El hijo predilecto de Harry había terminado con su vida a sangre fría, nada más y nada menos que por una golfa que no valía ni tres centavos.

Harry Montes de Occa merecía la muerte, por cobarde, por no haber luchado por mi madre y luego haberla dejado morir de cáncer teniendo todas las malditas posibilidades. Aún así, eso nunca debió haber sucedido de la mano de Ethan. No después de haber sido el hijo privilegiado y por quién fui menos que un rezagado en la vida de mi padre.

Ethan era el hijo modelo, el más inteligente, el audaz, el talentoso, el que a ojos de Harry daba la talla ante cualquier circunstancia y por ello, el futuro CEO de "Occa Pharmaceuticals."

Nunca tuve opción de aspirar a tal puesto siendo el hijo mayor y a quién por derecho le correspondía ese lugar. Derecho que se me arrebató por ser un bastardo. No me lo decían con la boca pero me lo gritaban a la cara cada vez que me desplazaban.

Odié a Harry durante la mayor parte de mi vida, permitió que se me arrebatara de mi madre y luego le negó el derecho de conocerme.

Cuando tenía ocho años una mujer llegó a la mansión. Se le coló a los de seguridad y fue a dar a la cocina, donde yo me encontraba merendando. Al verme susurro mi nombre y acarició mi mejilla, lucía pálida y desaliñada. Me preguntó por mi padre y uno de los empleados llamado Eugene llegó y le pidió que por favor se marchara, que mi padre la echaría si la veía, sin embargo ella con lagrimas en los ojos le pidió ayuda... no pasó mucho tiempo cuando los de seguridad la sacaron a la fuerza, mientras ella pataleaba y gritaba el nombre de mi padre.

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora