Capítulo 24

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Mavis se encontraba en su forma murciélago, sobrevolando por encima de los pinos. Olfateando el lugar en busca de su lobito, al darse cuenta que sobrevolar no estaba dando frutos decidió volar entre los árboles, un poco más bajo. Buscándolo con ansías. Hasta que pudo conseguir su aroma cerca.

Bajó en picada al suelo. Bajo con elegancia de pie y saliendo de su forma murciélago, sin hacer ningún ruido. Quedando a unos pasos lejos del lobo negro, quién se encontraba caminando entre el bosque. Sin poder evitarlo, su emoción la impulsó a decir:

-¡Sam!

El lobo se volteó inmediatamente a verla, con la cabeza en alto y con sus ojos brillando en la oscuridad. Ambos sintieron que el ambiente nocturno les hizo justicia con una armoniosa melodía de insectos y el viento acompañandolos al mover el pelo de cada uno. El lobo se acercó rapidamente hacia un bosque, la miró y por un instante levantó su pata para apuntar y mostrar el suelo.

El mensaje que Mavis entendió fue: «Quédate allí.» por lo que asintió.

-Te espero.

Inmediatamente tras ello, el lobo fue tras un frondoso pino, rebuscó algo. Y se perdió entre la oscuridad. Poco después de unos veinte minutos, Sam apareció con un bermuda rasgada como unica prenda puesta, descalzo vino trotando hacia ella con una sonrisa amistosa.

-¿Cómo me encontraste?-pregunta Sam, tras tenerla tan cerca. Aunque el aroma que percibió lo había dejado algo absorto.

-Tu aroma es único para mí. -contestó Mavis mientras acortó la distancia de ambos y deslizó sus brazos alrededor de su cuello, abrazándolo y acercando un poco su cuerpo a él.

Sam le correspondió el gesto, abrazandola por sus caderas. Siendo el mas alto en la ecuación.

-¿Y a qué huelo según usted, señorita?-pregunta divertido.

-A pino. Menta y cesped recién cortado. -contesta Mavis con una sonrisa divertida. Aunque la sonrisa se torna mueca al recordar lo que había pasado en la casa de los Clearwater- ¿Por qué Leah Clearwater tiene una camisa tuya?

Sam no sabía como tomar dicho alago. Por lo que en cuánto, su impronta le menciona dicho detalle, su cuerpo se tensa considerablemente como una liña atada de un lado a otro extremo.

-¿Qué? ¿Una camisa mía? ¿Cómo llegaste a ver eso?-preguntó aturdido.

-Hoy en la tarde fui junto a los Clearwater para solucionar unos asuntos, gracias a mi vecino Charlie. Asunto universitario, nada que ver con lo que te he preguntado -contesta con la mirada celestina seria.- ¿Estás de novio con ella? Dime la verdad.

Se alejó molesta por no conseguir rápido una respuesta. Le había molestado bastante que esa chica tuviera el aroma de su lobo como si fuera suyo. Se cruzó de brazos, evidenciando su impaciencia.

-No. Hace bastante que he cortado lazos con ella. No podía seguir estando en una relación con ella, porque en cuánto la busqué para confirmar si eramos lobo e impronta... La realidad me demostró la verdad, ella y yo... No estábamos destinados a estar juntos. -contestó sincero, tratando de evitar que ella se alejara de él - Corté por lo sano. Desde que desperté el gen de lobo protector, me empecé a sentir diferente. Desaparecí semanas, la dejé sin desearlo, plantada en el altar. No podía estar cerca de ella... Ella no era mi destino... Por lo que, le pedí perdón y por el amor que alguna vez le tuve, al igual que respeto como a cualquier mujer, lo dejamos. Aunque... Ella no lo quiere aceptar aún, ya será alrededor de ocho meses desde que ya no la veo ni coincido con ella. -contestó sincero Sam, intento ser suave con el tema delicado que le tocaba explicar.- No has interrumpido una relación ni nunca serás la otra. Eres mi vida, mi destino y la razón de mi existir... Por favor, no te enojes conmigo.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora