Capítulo 76

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Ya habiendo pasado una semana del evento social, el agobio, estres y desamparo de estar tanto tiempo alejada de Sam le estaba empezando a poner facturas un ejemplo claro era: las ojeras pronunciadas y las pocas ganas de sonreír, era mucho desgaste emocional y un poco del físico. Las de comer ya nisiquiera le eran apetitosas.

En el templo.

Mavis está sentada en la cama en la habitación que le correspondía, mirando por la ventana. Jared entra, visiblemente preocupado, y cierra la puerta detrás de él.

—Mavis, tenemos que hablar. —dice Jared suspirando preocupado.

—Claro, cachorro. ¿Qué pasa? —se voltea Mavis hacia él.

—Estoy preocupado por cómo manejar esta situación, estás mal sin Sam se nota a leguas... debo llevarte pronto con Sam. Y ese es mi problema, no sé cómo va a reaccionar Sam con el tema de mi imprimación.—dice Jared sentándose junto a ella.

—Entiendo, Cachorro. Pero también es importante que no te olvides de ti mismo y de las necesidades del vínculo. Sam velará por el vínculo, se qué estará orgulloso de ti. Como yo lo estoy de ti —dice Mavis tomando su mano.

—Lo sé, pero Sam es el Alfa. Si no cumplo con mis deberes, podría haber consecuencias graves, ni siquiera se si los viejos me apoyarán pero también esta que quiero compartir mi tiempo con Zorah. No quiero poner a nadie en pelea—dice Jared frunciendo el ceño.

—Cachorro, esto no es solo un deber. Es nuestra vida, nuestro futuro. No podemos dejar que Sam o cualquier otra cosa nos separe —Mavis con su mano fría aprieta ligeramente en busca de mostrarle su comprensión.

—No sé cuál debería ser mi prioridad. La manada es como mi familia y eres como una madre para mí, pero Zorah es la razón de mi existencia. Es como si tuviera que elegir entre dos mundos. —explica su aflicción Jared mirándola con preocupación.

—No tienes que elegir, Jared. Debemos encontrar una forma de balancear ambos mundos. No es como renunciar a un trabajo, es encontrar una manera de que todos estén seguros y juntos. —Mavis enternecida por como la ha reconocido, acaricia con su mano delicadamente el pomulo de Jared, a modo de super cariñosa.— Eres un cachorro muy atento.

— ¿Pero cómo? No puedo dejar de cumplir con mis responsabilidades, y Zorah no puede dejar el templo por mucho tiempo.— suspira Jared con las orejas calientes por la actitud de Mavis.

—Tal vez haya una solución. Rei es sabio y ha vivido mucho. Podríamos hablar con él y ver qué consejo nos da. Tal vez haya una manera de proteger el templo mientras Zorah se ausenta temporalmente al menos hasta explicar a Sam la situación de tu impronta en relación a su cargo del templo. — dice Mavis pensativa.

—¿Crees que Rei podría ayudarnos? —pregunta Jared mirándola con esperanza ante la idea.

—Estoy segura de que sí. Vamos a hablar con él. No estamos solos en esto, Jared. Encontraremos una solución juntos. —comenta sonriente Mavis.

En el templo - Sala Principal

Mavis y Jared se dirigen a la sala principal donde Zorah y Rei están. Rei, el zorro blanco, observa atentamente mientras Zorah medita.

—Rei, necesitamos tu consejo.

—Claro, Mavis. ¿Cuál es el problema? —el zorro blanco levanta la mirada hacia ellos, dando un asentamiento con su pequeña cabeza.

—Necesitamos  regresar a la manada en Forks, estar lejos de mi vínculo con mi pareja está causando gean desgaste en mi —admite avergonzada—... y bueno Jared fue encargado para velar mi seguridad aunque no lo necesite, pero fue la condición que acepté para poder venir a visitarlos en un tiempo de dos semanas, pero creo que no resistiré otra semana más. —explica Mavis clara y concisa— El problema es el desgaste que la separación de Zorah y Jared puedan tener al estar distanciados, la imprimación es una unión magica y muy dependiente de la cercanía de los dos individuos unidos a un solo camino.   —dice Mavis sentandose frente al zorro con las piernas dobladas en forma de indio, buscando atender al sabio.

—Entiendo. El vínculo entre el joven y Zorah es fuerte, y también lo es el deber hacia la manada en Forks. Pero hay formas de equilibrar ambas responsabilidades. —dijo Rei.

—¿Cómo podemos hacerlo?—preguntó ansioso Jared.

—Zorah podría salir del templo temporalmente, estableciendo barreras mágicas para mantener el templo seguro en su ausencia. Joven, tú podrías visitarla regularmente para fortalecer vuestro vínculo y evitar ese desgaste del que hablan —contempló Rei.

—Pero tengo dieciséis años, vivo con mi madre, asisto a clases y tengo responsabilidades con la manada en las noches —aclara preocupado.

—Podrías solicitar a tu tribu, concejo y jefe de manada una solución para ellas. Tal como me imagino que pudo conseguir para lograr este viaje —recomienda Rei.

—¿Entonces podrían estar juntos y cumplir con sus responsabilidades? —pregunta Mavis esperanzada.

—Sí, podríamos hacerlo. La protección del templo es crucial, pero también lo es nuestra conexión. Estableceremos fuertes barreras mágicas para mantener el templo seguro mientras estamos fuera. —dice Zorah abriendo los ojos, aceptando la idea.

—Haré lo que sea necesario. Visitaremos juntos el templo regularmente para poder convivir juntos sin que descuides tu obligación y sin yo descuidar el mío, sé que esa es tu prioridad y necesidad, lo percibo —comenta Jared con determinación mirando a su impronta.

Zorah sonríe levemente ante la consideración y entusiasmo.

—Si nos unimos y estamos juntos creo que siempre podremos resolver los problemas, aunque aún toque hablar de esta idea con Sam. —comenta Mavis con una sonrisa débil por la falta de su clic, ya lo tenía en falta.

—Exactamente. Recuerden, la clave es el equilibrio. No dejen que las obligaciones los separen, sino que fortalezcan su unión a través de ellas. —dice Rei con una voz sabia.

—Mañana vamos a partir hacia Forks, Mavis no puede pasar un minuto más en este estado ni me quiero imaginar como se siente Sam sin ella, ha de estar con un humor de perros inaguantable —propone Jared.

—No es mala idea, no nos tomó mucho llegar la primera vez pero creo que con la compañía de Zorah estarás entusiasmado y probablemente lleguemos en cuatro horas a pie de vuelta a nuestro territorio —confiesa optimista Mavis.

Mamá loba, no te ofendas pero no tienes buena pinta como para volar esas cuatro horas, Zorah o yo te llevaremos pero no te esforzarás más de lo que ya me has podido apoyar —propone determinado Jared.

—Apoyo eso, es más yo puedo llevarte. —se ofrece Zorah— no eres tan grande como para no caber en mi lomo de zorro. Pero si prefieres a tu cachorro tampoco me ofendo...

Mavis enternecida y nerviosa no sabe bien con quien ir, pero esta feliz de sentirse tan apreciada.

—Gracias por la predisposición y preocupación amigos.

—Todo sea por quién nos unió —bromea Jared.

—Cierto que es nuestra cupido —acierta Zorah recordándolo.

Siendo así como ya faltaba poco para que el sufrimiento de Sam se terminara por fin. Además de que habían tantos chismes que contar por parte de Cleo y Jacob en relación a la boda.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora