Capítulo 16

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2004

A finales de octubre, las chicas y Mavis habían salido con sus mochilas de camping directo hacia el bosque, cada uno con gas pimienta por si necesitaran  protección alguna bestia de la noche o simplemente contra personas malas. Mavis no estaba preocupada por ello, se sabía defender por las clases de defensa personal que había recibido por Griffin, Frankie, Mummy o Wayne por lo que sin drama ella caminando por allí.

Habían elegido armar la tienda de camping en la mitad del bosque de Forks y mitad de la Reserva Quileute, un punto intermedio donde a ningún ser existente le molestaría su existencia, al menos así había pensado Mavis para sí misma.

Armando la tienda se dieron cuenta que el ambiente del bosque era tranquilo y hermoso, como si el respiro de todo una vida alegre diera a sus cuerpos una calma bonita. Después de todo, ya estaban por comenzar los exámenes finales y la graduación de Mavis estaba a la vuelta de la esquina.

—Qué rápido ha pasado el año.

—Sii, nos la hemos pasado mitad de vida enfocadas en el estudio y mitad entre nuestros trabajos, y solo un poquito de estando juntas... A veces me arrepiento de haber molestado tanto a mis padres con conseguir trabajo —comentó Jessica tirándose hacia su bolsa de acampar, bajo sus ojos se notaba muy bien el cansancio de las últimas semanas.

—Aunque tengamos menos tiempo para pasarla juntas, al menos en un futuro no muy lejano podremos decir la típica frase: "Salgamos, tengo chamba suficiente para festejar una salida"—expresa Angela con los hombros contrayendose de manera divertida y despreocupada—... o simplemente nos enviamos un mensaje grupal diciendo: "Hoy se sale"

—Mucha verdad en ello. Aunque agradezco infinitamente al mundo de que vosotras se hayáis puesto en mi camino, de otra forma mi vida social estaría muy en picada —bromea divertida Mavis.

Y la verdad, era que solo con ellas dos se sentía cómoda. Los chicos y chicas de su curso solo se habían acercado para tirar bromas de mal gusto como diciendo: «¿Solo en fiestas te ves como dama?», «Siendo emo te vas a quedar sola, espabila Mavis», «Te creíste muy linda en la fiesta primaveral pero ahora vuelves a ser la rarita de la clase.» Mavis había aprendido que podía encontrar con humanos buenos o desagradables, algunos interesados por utilizarla y otros simplemente buscando salir de su propio aburrimiento, con ello aprendió que había dos vías: las que se hacían sus amigas por interés, o las que cambiaban su interés por amistad verdadera; esta última opción era el claro ejemplo de Jess y Angie, ambas habían llegado a modo de encontrar algo interesante.

—Jajaja claramente querida. Sin nosotras, tu mundo sería muy aburrido —bromea como una diva, Jessica Stanley. Moviendo su cabello con su mano para tras.

—Jess, Mavis... Este año ha sido el mejor de toda mi vida. ¡no quiero aún que te gradues! —exclamó abrazando a Mavis— debías haber comenzado con nosotras las clases, así te faltaría mucho para terminar el curso.

Mavis se tomó aquello como un gran golpe de amor, chillando de emoción y con sus ojos brillosos de felicidad.

—Aunque me hubiera gustado eso, no podría haber ocultado por mucho tiempo que tenía dieciocho años —añadió encantada Mavis.

—Aunque ahora ya tienes diecinueve. Para más, no se te nota la vegez —murmuró indignada Jessica pero luego sus ojos brillaron y dijo:— ¡Oh no! ¿acaso esa es una cana?

Mavis enseguida de levantó asustada tras eso, para sacar de su mochila un pequeño espejo y buscar aquel pelo. Pero luego, recordó que ella no envejecía y también pudo escuchar las risas estruendosas de sus amigas.

—¡Eres malvada, Stanley!—exclamó con un puchero entre sus labios.

—Jajajajaj —las risas de Jessica eran tan contagiosas que Angela también se estaba partiendo de la risa.

—P-pero te la creíste, Mavs...pffjajaja—dijo Angela entre un tartamudeo y risa.

Mavis fingió matarlas con la mirada, pero luego negó y se unió a las risas. Tirandose para abrazarlas con cariño.

—Igual las quiero mucho, aunque sean odiosas a su manera —murmura con una tos falsa.

Logrando ver la indignación de sus amigas, y hacerla reír peor.

—Para que decir que no, si sí somos... —se encogió de hombros, Jessica. Aceptando la verdad.

Angela se divertía por la armoniosa compañía que tenía y mas porque la noche se avecinaba. Las historias mágicas serían contadas por cada una, y esta fogata sería uno de sus recuerdos más bonitos vividos en amistad. En verdad, extrañaría mucho compartir tiempo y almorzar con Mavis, pero la vida seguía. A lo mejor coincidían entre fines de semana o en lo de Cora, esta amistad no acabaría este año.

Lo sentía así. Y esperaba que fuera así.

[...]

Entrada la noche, cada una empezó a contar sus propias historias de suspenso o terror, bajo la luz de la fogata en la plena noche del bosque. Escuchaban los sonidos de los animales, ramas crugir de la fogata y Mavis sentía que había una gran sombra oscura y felpuda que los acechaba en la espesura del bosque. Pero no iba a decirles a sus amigas hasta que este fuera realmente una amenaza.

Aunque debía admitir que no sentía miedo, sino que ansiedad y curiosidad. Su cuerpo y piel se erizaba al sentir sus miradas, tenía el presentimiento de que lo que ocurra en esa noche de su camping con las chicas... Solo sería el comienzo para encontrar a su tan esperado Click/Zing, tan solo esperaba que no la quisiera matar y que no fuera a ser comparada con los Cullen.

Aquello sin duda le amargaría la noche.

Ni se parecía a esos mamelucos y farsos intentos de vampiro.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora