Capítulo 10

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Mavis se encontraba comprando algunos helados, café y frutas para hacer jugos naturales: fresas, remolachas, zanahorias, ciruelas, manzanas rojas y así iba su lista, algunas del color rojo, como algunos complementarios para hacer una delicia para saciar su sed. Ya que había leído en una revista del pueblo que estos jugos ayudaban a dar energía al cuerpo más si eran estudiantes. Sus maestros la habían visto tan aplicada a los estudios, que tras saber que vivía sola por un momento le empezaron a llover recomendaciones de comida o trabajos para que no le faltara nada; tal vez no se involucraban al punto de llamar a su padre por irresponsable o algo similar, pero se metían lo justo y necesario, profesionales sin duda.

En cambio, Jessica sin querer, esperaba que fuera sin intención malas... Hablaba bastante de su familia con ella, se quejaba de que su papá no le daba la atención que merecía, que quería trabajar pero que él se lo negaba porque debía enfocarse en su obligación que era estudiar. Mavis había visto que su pequeña amiga Stanley era muy envidiosa, y quería probar demasiado la libertad de poder llevar su independencia tal como ella. Pero que lastima que vivía en la misma burbuja de la que había salido, sus padres tenían sus motivos, mientras que por su lado ya estaba por iniciar su vida universitaria debía tener dinero para todos los gastos. Mientras que Jessica solo quería dinero para nueva ropa, articulos de envidia entre sus compañeras o inclusive llamar la atención de alguno de los Cullen, quienes la ignoraban como si fuera una silla, sin importancia. Daba pena.

«Ha pasado tanto estos días... Jess no deja de insistirle a los Cullen su atención. Alice Cullen a toda costa manda indirectas de que sabe que no es una persona normal, la hermana de esa ruidosa no la mira tan agradable. En síntesis, todos parecían querer que ella se juntara con los Cullen, pero ella no quería atraer la atención y ellos eso mismo hacían con su rareza de reservados asociales»pensó reflexionando y tomando su jugo de remolacha. Resopló al mirar la ultima vez que había hablado con su tío Griffin. 11 de septiembre, 2004. Esa llamada había sido tan ruidosa, armoniosa y la había hecho darse cuenta, cuánto extrañaba el hotel, la gente y a su padre.

No había sido Griffin quién le había llamado, sino que su padre estaba siendo guiado por su tío para que pudieran comunicarse. Escucharlos chillar por escucharse después de meses sin saber de él y él de ella, la añorzanza y anhelo que ambos tenían por querer verse pronto. Escuchar como Frankie se peleaba con Mummy por también querer charlar con ella. La voz de Wayne y Sally en el fondo por querer calmarnos. Todo era una nostalgica escena auditiva, que la hizo sonreír y emocionarse con ojos cristalizados. ¡cuánto los extrañaba!

Su padre, Drac, había prometido que iría a bailar con ella en el baile de primavera, también que iba ir presentable que prometió pasar desapercibido tal como ella. Pero que ser hijo del Conde Drácula, lo hacía imposible de conseguirlo por la presencia, elegancia y predominante actitud seria. Pero que lo intentaría.

Inhaló profundo, y sonríe al esperar ese. La fiesta se haría un veintiuno de septiembre, a las nueve de la noche. Ya tenía todo planeado para ese día, su padre había dicho que haría todo lo necesario para llegar a tiempo. Por lo que, no podía estar calmada sabiendo que bailaría con su padre después de meses sin verlo. Nueve meses sin verlo.

—Debo calmarme... El día llegará, desde su llamada solo ha pasado unos ocho días... Ya falta poco... ¡Ah! ¡santa rabia, santa rabia! Estoy tan emocionada —gritó tirandose a su cama y abrazando su almohada.

«Ya quiero que seas ese gran día»pensó ansiosa Mavis. Mirando el cielo nublado y nocturno de Forks.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora