Capítulo 31

1.2K 207 9
                                    

•─ ⃟ ⃟───────••Sam••────── ⃟ ⃟──•

La noche sin ella me parecía demasiada larga, pero el cansancio que había sentido tras la conmoción familiar había sido lo suficiente tensa como para que fuera a dormir sin comer. Suspiro. Abro los ojos. El techo era bastante alto en este hotel, las ventanas medievales, con largas cortinas, pero el ambiente dominante de Transylvania se sentía como una caricia a mi piel cálida.

«¿Que estará haciendo mi cielo?»pensando en Mavis, y en esos ojos celestes como el hermiso cielo.

Estiro mis piernas. Ante la orilla de la cama, mi estomago suena justo para las tres de la mañana.

«¿Será que habrá aún atención a esta hora?»se preguntó.

Empezó a mirar la habitación en busca de algún metodo para llamar a los "zombies" como había mencionado Mavis, aunque también había visto brujas estar trabajando con uniforme de mantenimiento en limpieza.

«¿Realmente a quién debía llamar? ¿Qué podría pedir para comer? Aquí todos son monstruos. Sé que en parte lo soy, pero... Agh maldita sea, debí haberle preguntado más a Mavis»se regañó a si mismo ante sus miles de dudas en esta situación.

Inspeccionando la habitación llegó a la conclusión de darse un baño. En ese momento descubrió la carencia de agua caliente, solo era agua así sin mas. Agarró el jabón que trajo él mismo, y se relajó por un momento, pensando en nada ante el contacto de aquella agua tan fresca, que parecía apasiguar nomas su calidez pero no causar daños.

Una vez listo, tomó la toalla, se vistió lo justo y necesario. Una remera blanca con shorts, sus tenis y listo para llamar un aperitivo. Aunque al abrir la puerta, descubrió que no había ningún zombie cerca por lo que al haber dejado la puerta abierta, pudo escuchar como algo iba chocando ligeramente contra la puerta, bajó la mirada hacia la perilla.

-Apuesto que quiere comer. Y si no, puedo llamar para usted atención de limpieza. ¿Cuál necesita? -preguntó una cabeza colgada de vudú, sin poder mirarlo pero si escucharlo.

Sam sintió un mareo y escalofrío recorrer todo su cuerpo. Trató de sobrellevarlo con la calma posible pero su corazón ya se encontraba casi con un pie al ataque cardíaco.

-Mavis dijo que si tenía hambre lo pidiera, pero no veo a ningún zombie o alguien a quién pudiera pedirselo -contestó, pero al comprender que realmente no era un zombie lo que necesitaba- Quiero comer, ¿Cuál es el menú disponible?

La cabeza empezó a hacer un sonido de estar pensando, y luego río divertida.

-Los zombies son para mantenimiento. Las brujas para limpieza, y nosotras estamos para avisar las necesidades de ustedes, somos cabezas vudú y esta vez estoy a su servicio por estar en esta habitación -comentó la misma, mientras aclaraba sus dudas- El menú disponible que hay es: Worm pancakes, queso grito, diente-lletas de Drácula, palomitas de pantano, bolas monstruosas en sopa, mouse jelly, paletas de bu-nanas, cookies de nieve.

-¿Y de bebidas?

-Ponche de babosa verde, ponche de sangre, agua de pantano, ponche de calabaza. ¿Qué ordenará? Todo está exquisito -contesta la cabeza.

Ninguno de lo que escuchaba era muy apetecible para su estomago. No había nada común ni normal. Comida humana en general no hay.

-Bueno... Quisiera... Eh... Pediré... Queso grito con Ponche de calabaza. Por favor. -contestó.

-Espere en su habitación, ya se lo traerán. -dice la cabeza sonriendo.

Sam asiente y cuando ya va cerrando la puerta escucha.

-¡Comida del menú 49, habitación 21!

Recuerda que su habitación es esa, un poco más lejos de Mavis, pero era lo que había pedido con antelación.

«Espero que mi estómago aguante la comida que vendrá o que no muera en el intento»piensa preocupado.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora