Capítulo 78

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Habían pasado dos semanas. La luna de miel había terminado y la pareja había regresado a Forks, uno de los regalos de boda había sido una cabaña bonita para el matrimonio, y aunque hubiera sido un gesto bonito las cosas estaban a punto de cambiar.

Bella comenzaba a sentirse extrañamente mal. Inicialmente pensó que era simplemente el agotamiento de los últimos días, pero pronto se dio cuenta de que había algo más.

Una mañana, mientras se arreglaba en el baño, Bella notó un cambio en su cuerpo. Su estómago estaba levemente abultado, algo que no podía ser ignorado. Edward la observaba con preocupación creciente, su mirada fija en ella.

—Bella, ¿estás bien? —preguntó, su voz cargada de inquietud.

—Edward, creo que estoy embarazada. —contestó Bella volteandose hacia él, su expresión reflejaba una mezcla de miedo y asombro.

Las palabras cayeron como una bomba en la habitación. Edward quedó paralizado por un momento, tratando de procesar lo que significaban. La posibilidad de un hijo humano, la combinación de los dos, o un niño inmortal; esto era algo que nunca había considerado seriamente, y ahora, esa realidad estaba frente a él.

—¿Embarazada? —repitió, su voz apenas un susurro.

—Sí, y no sé como sentirme... Esto lo cambia todo — contestó Bella asintió, sus ojos llenos de una mezcla de ilusión y terror.

A pesar de la preocupación que sentía por Bella y el embarazo, una parte de Edward se sintió profundamente perturbada por la mención de Jacob en sus sueños y conversaciones. Sabía que Bella había estado planeando visitar a Jacob después de su luna de miel, algo que ahora parecía imposible.

Los días pasaron, y Bella se vio envuelta en una lucha interna. Por un lado, estaba emocionada por la posibilidad de tener un hijo, el fruto de su amor con Edward. Por otro, su rencor hacia Cleo y la idea de romper la unión entre esa maldita y su Jake seguían atormentándola. Este conflicto interno comenzó a afectar su salud y su relación con Edward.

[...]

Una tarde, mientras discutían en la sala de estar, Bella soltó lo que había estado guardando. Los nervios y el estado gestacional la mantenía al borde.

— Edward, necesito ir a ver a Jacob. No puedo soportar la idea de que esté con Cleo. Ella... me está robando a Jacob. —habló con tanta necesidad.

Bella presentía que ver a Jacob, hablarle del hecho de ser mamá, le daría una sorpresa agradable a su amigo de la infancia y así tal vez podría recuperar la atención de él en ella. Pero sus pensamientos estaban tan nublados y sensibles, que solo dijo lo que dijo por tensión, molestia y tal vez sin ser consciente que podía dañar a Edward con lo dicho.

Edward se tensó, tratando de mantener la calma.

—Bella, no puedes seguir pensando así. Jacob ha encontrado su impronta en Cleo. No hay nada que puedas hacer para cambiar eso. —mencionó casi masticando y modulamente fríamente las palabras, tratando de seguir con una compostura clara pero su esposa en verdad no se lo estaba colocando fácil.

—No lo acepto. Jacob siempre ha estado ahí para mí. No puedo dejar que Cleo se lo lleve. Necesito ir y hablar con él. —expresó tan determinada Bella.

Edward, aunque preocupado por su seguridad, trató de razonar con ella.

«Si los lobos saben del bebé, matarán a mi familia a nuestra existencia. Bella no esta pensando claro»pensó angustiado.

—Bella, estás embarazada. Esto no es solo sobre Jacob o Cleo. Es sobre nuestro hijo. Carlisle también está preocupado. Tu salud está en peligro. —trató de decir para distraerla.

Pero Bella estaba decidida.

—No voy a dejar que Cleo se quede con Jacob. Necesito hacer algo al respecto. No puedo dejar que esa chica me quite todo. —sentenció saliendo de la cabaña.

Pero al rato el celular de Edward sonó. Era Alice.

Hermanito, no te preocupes. Ya mandé a Rose para calmar a la fiera, ella y Emmett lograrán evitar que vaya hacia la Reserva. Lo he visto.

Edward se dejó caer a la orilla de la cama un poco más relajado, pero seguía tenso. No sabía que hacer. Nunca se imaginó a su esposa en este estado ni el nivel de terquedad que podría tener.

—Gracias Alice. ¿Con qué debo pagarte el favor? —preguntó bromeando para aligerar su propia tensión.

Tal vez con un nuevo auto... O simplemente ven conmigo a renovar sus guardaropas de ti y Bella —propuso con cierta chispa de diversión.

—Así será. Todo sea para salir de esto.

Y tras esa llamada finalizada. Todo los planes se fueron al caño al final de la semanada. Bella se obsesionó más con la idea de visitar a Jacob. Sin embargo, su condición empeoró drásticamente. Una noche, se despertó con un dolor intenso en su abdomen. Edward, desesperado, la llevó rápidamente a la casa de Carlisle.

—Bella, necesitas quedarte quieta —le dijo Carlisle mientras la examinaba con urgencia. —Tienes un embarazo de alto riesgo. El feto está en peligro y tú también. —intentó razonar profesionalmente y como patriarca.

Pero el dolor era insoportable, y Bella comenzó a perder sangre rápidamente. Edward, aterrado, sostenía su mano mientras Carlisle intentaba salvar a ambos.

       Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Carlisle se volvió hacia Edward con una expresión sombría.

—Edward, no podemos salvar al feto y decidir perder a uno de ellos. Si no hacemos algo ahora, perderemos a Bella también.

La decisión fue dolorosa, pero Edward sabía lo que debía hacer. Con el corazón destrozado, se inclinó sobre Bella. «por favor, no me odies, cariño. Esto no era lo que quería para ti...»pensó con un último beso en su frente, comenzó el proceso de convertirla en vampiro.

El dolor de la transformación fue insoportable, pero Bella sabía que era la única forma de sobrevivir. Mientras su cuerpo cambiaba, sus últimos pensamientos humanos fueron una mezcla de tristeza por la pérdida de su hijo y una ira ardiente hacia Cleo. La conversión finalmente terminó, y Bella despertó como vampiro.

Pero algo dentro de ella había cambiado para siempre.

A pesar de la nueva vida que tenía por delante, Bella no podía olvidar lo que había perdido ni el rencor que sentía. Su deseo de enfrentar a Cleo y Jacob seguía ardiendo, y ahora, como vampiro, estaba más determinada que nunca a recuperar lo que creía que era suyo o destruir a la humana débil que decía ser la impronta de su Jake, Cleo.

Cleo de Nile sería extinta muy pronto bajo sus manos.

Tan solo faltaba planear todo bien.

Y sería perfecto.

Tendría su final feliz.

Tener a Edward y Jacob para ella sola.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora