Capítulo 73

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Mavis hace un buen rato que se encontraba viendo la boda desde lo alto de un pino, sin necesidad de estar allí con su aguda visión podía observar sin incomodarse. Su ceño fruncido no se aligeró durante las primeras horas, donde la ceremonia oficial donde las palabras de juramento de la humana y el vampiro se prometieron el amor eterno, y pudo ver a sus amigas cuchicheando con los otros amigos admirando los detalles del lugar, como la presencia de los muchos invitados.
Cuando estuvo por regañar al cachorro, a su amiga egipcia y entrar en estrés ante la mirada desagradable de algunos invitados en sus amigas, casi entró en un ataque de pánico por no ver a la parejita que envió para cuidarlas... Los vio llegar como divas, digna entrada de los egipcios del Nilo.

«Esos dos... Yo pido, y ellos disponen cuando quieren disponer la ayuda.»

Tomó su celular entre sus manos, y empezó a escribir el mensaje a Cleo.

Holis, ¿Qué tal está siendo la reunión de los raros chupasangre? ¿Que tal estan mis amigas? ¿todo bien? Por mi parte, mi plan funcionó, mi amiga Kitsune si resultó ser la impronta de Jared.
Enviado.

[...]

Por la otra parte, Cleo se encontraba tomando una buena copa de vino, mientras comía unos aperitivos puestos con escarbadientes para tomarlos sin mancharse las manos. Sin embargo, notó perfectamente el temblor de susto en Jacob, buscando nervioso algo en un de sus bolsillos del pantalon.

Sonríe un poco. Sabiendo que se podía tratar de su celular en modo vibrador.

—Me divierte saber que una simple vibración logra sobresaltarte —bromea Cleo, ganándose una mirada llena de vergüenza de su concubino. Ella lo mira con ternura, sabe que él no tocará su celular dorado plateado, por lo que introduce su mano en el bolsillo.

Jacob se tensa al sentir la mano de su impronta con tantas despreocupación urgando en el bolsillo, nervioso por sentir que el bolsillo es muy largo y roza zonas que lo ponen incómodo en su lugar.

—Cleo...

—Sht. Eres mío, esto es lo mínimo que te mereces con la escena desagradable que me has hecho vivir —replica aún con ganas de vomitar al escuchar a la mosquita muerta de la humana.

Jacob se relame los labios, nervioso.

—No hice nada para faltarte el respeto.

—No tu, pero ella sí.

Cleo no estaba ni cómoda ni gustosa estando en este lugar, es más el siguiente plan era atraer la atención de las amigas con alguna excusa para llevarselas hacia Mavis y alejarlas del nido de vampiros.

Jacob trató de hacer las paces con ella, tomandola de la mano con delicadeza, atrayendo la mirada hacia él.

—¿Uh, qué pasa?

—Ella no me interesa. Fui débil al no consultarte si podía o no ir —pidió el nativo, atrayendo la mano delicada de su ama hacia sus labios, besando el dorso con una sublime obediencia y respeto—. Me importa más la perla del Nilo que honro y respeto, que una insípida humana.

Cleo levantó una ceja, su mirada fría e imponente posándose sobre Jacob. A pesar de su malhumor, no pudo evitar sentir una oleada de satisfacción y orgullo al escuchar sus palabras. Una sonrisa lenta y altiva se formó en sus labios, mientras sus ojos destellaban con un brillo de aprobación.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora