Capítulo 72

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La verdad que la emoción de ninguno por llegar temprano al lugar se notó, ya que claramente ninguno llegó para los votos de la boda solo para la fiesta.

Jacob miraba todo el lugar con desagrado, no le gustaba ni tener mucha ropa ni mucho menos el aroma desagrable que destilaba el lugar. Realmente nunca creyó ser capaz de estar en contra de su voluntad en la boda de quién fue su amor platónico ni mucho menos asistir a un nido de vampiros de ojos dorados.

—Deja de hacer muecas, eres muy evidente. —pide Cleo caminando como toda una diva.

Su vestimenta presentaba respeto al evento festivo y glamour. En la parte superior lleva una blusa blanca mangas largas de diseño simple en u, acompañando el estilo con una falda larga, voluminosa de color negro que acentua la cintura delgada y cadera, con ciertos detalles de serpientes egipcias doradas adornandola. A modo de abrigo elegante tiene puesto un abrigo largo saten dorado con un acabado brillante, ajustado en la cintura con un cinturón del mismo material. El diseño es clásico pero sofisticado, sin exagerar en sus joyas.

Mientras que Jacob vestía un esmoquin negro con gabardina saten dorado, y camisa blanca. Su cabello de corte moderno con detalles de serpientes en el lado lateral izquierdo, una clara señal de quién era su acompañante.

—¿Desea algo de beber, la bella dama?—ironizó Jacob al sentirse incómodo.

—Ten cuidado con como me respondes —advierte la morena con mechas rubias, con esos ojazos bien delineados por el maquillaje digno de una egipcia—Aunque si, tengo sed. Veamos que hay para tomar de mientras.

Alice Cullen apareció con su característico entusiasmo, su sonrisa radiante y energía inagotable contrastando con la atmósfera tensa.

—¡Jacob! Me alegra que hayas podido venir —saludó Alice, su voz melodiosa. Su mirada se dirigió a Cleo con curiosidad.—Hola, soy Alice, hermana del novio. ¿Y tú eres...?

Jacob asintió brevemente, su expresión permaneciendo neutra.

—Ella es Cleo —dijo el nativo sin más explicaciones, su tono protector.

Cleo ofreció una sonrisa sarcástica.

—Sí, Cleo. Un placer —replicó con un tono que dejaba claro que la cortesía era solo superficial.

Alice, ignorando el tono, continuó:
—¿Les gustaría algo de beber? Tenemos una selección bastante amplia.

—Algo fuerte, por favor—dijo Jacob con su mirada fija en Alice.

Alice rió suavemente, como si no percibiera la tensión.

—Claro, enseguida —la vampira indica a uno de los camareros que trajera las bebidas.

En ese momento, Bella aparece junto a Alice. Su mirada se posó en Jacob, sorprendida por los cambios que percibía en él, más maduro y seguro que la última vez que lo vio. Pero lo que más la sorprendió fue Cleo, agarrada posesivamente del brazo de Jacob.

—Hola, Jacob —saludó Bella, intentando sonar casual. Luego se volvió hacia Cleo, su expresión curiosa.—Hola, soy Bella. ¿Y tú eres...?

—Hola, Bella —respondió Jacob de manera cortante, interrumpiendo cualquier presentación adicional.

Cleo, sin soltar el brazo de Jacob, miró a Bella con una mezcla de curiosidad y desafío. —Soy Cleo —dijo simplemente, sin ofrecer más información. No le daba mucha gracia que sepa de ella.

Bella frunció el ceño ligeramente, intentando ignorar la sensación de molestia e la cordialidad fingida en Jacob como en la chica castaña con mechas rubias que acompañaba a su Jake, de algo no se estaba enterando.

—Espero que se sientan cómodos de disfrutar mi fiesta —dijo finalmente, sus ojos castaños yendo de Cleo a Jacob.

—Tan cómodos como podemos estar en una boda de vampiros—replicó Cleo, su tono desafiante.

La mirada de Bella se posó nuevamente en Cleo, preocupada de saber que una persona como ella supiera de esa realidad, trató de disimularlo pero en cuánto lo intenta se da cuenta de la firmeza con la que se aferraba a Jacob. Una mezcla de celos y confusión la invadió.

—Jacob, ¿podemos hablar un momento? —pidió mordiéndose el labio, su voz temblando ligeramente.

Jacob suspiró, mirando a Cleo en busca de aprobación. Ella asintió, pero no soltó su agarre.

—Claro, Bella. Pero no tardaremos.

Encantada de conseguir que "su" Jacob siguiera aceptando una petición aún con la presencia de la chica esa. Aunque a la egipcia no le gustó mucho la lengua suelta de su concubino.

—No lo hagas, o iré a por ti.

Jacob tragó saliva, sintió como el collar que iba debajo de la camisa ardía. «Mierda, estoy en problemas»pensó.

Se apartaron unos pasos de Cleo, quien observaba la interacción con ojos atentos. Bella intentó acercarse a Jacob, pero su presencia ya no parecía afectarlo como antes.

—Jacob, he notado que... has cambiado —comenzó Bella, sus ojos buscando los de él.

—Sí, Bella, todos cambiamos —respondió Jacob con frialdad.

Bella mordió su labio, intentando encontrar las palabras adecuadas.

—¿Quién es ella?

—Es mi impronta. ¿por qué te interesa esto? —contestó Jacob sin rodeos, observando la reacción de Bella.

El rostro de Bella se contorsionó con una mezcla de sorpresa, amargura y disgusto.

—¿Impronta? No... ¿Qué pasó con nosotros? —preguntó nerviosa.

—No hay un 'nosotros', Bella. Por si no lo notas, estas casada ahora con el enemigo de mi raza. Además de que te has ido de Forks con Edward, —contesta sin titubear ni temblar, controlado, ya no se iba a sulfurar en vano. Bella no lo valía—y bueno, he encontrado mi lugar. Cleo es importante para mí, y no voy a faltarle al respeto contigo—afirmó Jacob.

Bella intentó replicar, pero las palabras se le atascaban en la garganta. Sintiendo como perdía algo que sentía que siempre estaría para ella, él siempre estaba detrás suyo.

—Pensé que... siempre estarías ahí para mí. ¿Acaso ya no soy más parte de tu vida?—preguntó dolida.

Jacob sacudió la cabeza.

—No puedo estar para alguien que no sabe lo que quiere. Cleo me respeta y yo a ella. No hay espacio para nada más.

Bella sintió las lágrimas arder en sus ojos, pero las contuvo.

—Entiendo —dijo finalmente, aunque su corazón se rompía con cada palabra. El peso del dolor pesaba y era como un puñal—Espero que seas feliz, Jacob —dijo por cortesía, ya que realmente no sentía ganas de decirlo, estaba perdiendo a su Jake.

—Lo soy —respondió él, regresando junto a Cleo.

Alice, que había estado observando discretamente, intervino con una sonrisa diplomática.

—La ceremonia comenzará pronto. Les mostraré sus asientos.

Jacob y Cleo siguieron a Alice, dejando a Bella lidiar con sus emociones encontradas, sabiendo que había perdido a Jacob para siempre.

«Nadie puede tener tan fácil en sus manos a mi jake, no te lo dejaré tan facil, Cleo.»Bella pensó envidiosa y dolida caminando en busca de su esposo, quería consuelo.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora