Capítulo 40

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Mavis ese día habia quedado con Jared, después de las clases. Ambos habían quedado en una competencia de quién era capaz de llegar más pronto a Sam. A ninguno realmente le interesaba llevar a casa, y claramente era convertidos en sus respectivas naturalezas.

Por lo que ambos, se encontraban en pose a la espera de empezar la corrida. El gran lobo de color trufa vs la figura del murcielago de Mavis. Ambos se miran con una conexión de competencia y diversión, cada uno pensando en la victoria. Jared la miró con un brillo de astucia y soberbia, él ya sabía donde se encontraba Sam por la conexión telepática.

Mientras que Mavis se concentró, cerro los ojos y empezó la cuenta regresiva:

Cinco...

«Cuatro» contó igual Jared.

—Tres...

«Dos» secundó el lobo de color trufa. Tomando un leve impulso con sus patas dobladas como para usarlas como onda y empuje rebote.

—¡Uno! Te ganaré, cachorro.

Y si más, ambos fueron por sus medios, con agiles movimientos y grácil velocidad, Mavis con elegancia esquivando ramas y troncos de los pinos, Jared esquivando troncos caídos, arbustos robustos y pinos. Al punto que ambos se concentraron tanto en el objetivo de su competición, que perdieron la noción de la ubicación de su contrincante, yendo cada uno por su lado, a una velocidad justa.

En menos de quince minutos, el lobo color trufa viene llegando con la lengua fuera y cae cansadisimo a pies del gran lobo negro, que viene caminando con Paul, que parece mirarlo divertido.

«Esto me confirma cuan estupido puedes verte, Cameron.»bromeó el lobo grisáceo. Sin embargo, el bufido de Jared fue lo único que recibió de contestación, aire le faltaba por el gran cansancio por la corrida.

«Al menos parece que le gané. Le dije que no me subestimara«alardeó feliz e inocentemente Jared.

«¿Qué dices? ¿Piensas que ganaste amigo? Jajajaja»se rio más Paul.

El lobo color trufa frunce el ceño. Confundido y molesto.

«Pero si no veo a...»empezó a decir, sin embargo, se fijó en su Alfa. Específicamente en la cabeza del gran lobo negro, donde una cosa peluda parecía estar descansando, tomando en cuenta recién el movimiento desesperado del estomago de esa criatura que parecía estar riéndose.«¿Pero como te encontró pronto? Ella no tiene nuestra conexión...»se quejó.

«No lo tiene, pero es mi impronta. Ambos tenemos una conexión innata y siempre me puede encontrar. Sea donde sea que pueda estar. Es el encanto de Mavis»admite con una expresión divertida el gran lobo negro.

—Fue divertida la competencia. Te veías muy tierno creyendo que tenías ventaja sobre mi por tu conexión de lobos —comenta Mavis, a la par de esa conversación, ella sospechaba que estaban hablando acerca de ello por la incredulidad de los ojos del lobo de Jared— No leo sus mentes por respeto, pero siento que esa confusión es por mi causa, ¿Verdad?

Sam cabecea suavemente.

—Ya veo. En fin, vamos a ir a comprar suministros de comida hoy, ¿Verdad, Sam?—pregunta Mavis, recordando que debe ir a la tienda de Tristan.

«¿Suministros? Porqué?»pregunta Jared curioso«¿Acaso Mavis puede comer otra cosa que no sea sangre?»

«No me incluyan en el plan. Estaré haciendo la ronda de hoy.»advierte Paul empezando a alejarse del grupo.

«Ains, Paul eres un aguafiestas. ¿Acaso no te da curiosidad saber que puede comer la impronta de nuestro Alfa?»pregunta Jared, sintiendo que sería lo más correcto y respetuoso.

«Si, pero tengo pereza. Adiós »dijo Paul. Sin demorar más, se marchó.

Sam lo dejó pasar. Después de todo, lo había alcanzado solo para saber si de verdad estaba bien con lo acordado.

—¿Iremos?

El gran lobo negro asiente. Y el lobo color trufa, Jared hace revolotear su cola peluda para hacerle entender el hecho de que los acompañaría.

—Bien, al lugar donde iremos primero. Es una tienda poco común y que solo los monstruos pueden verlos. Si no lo llegaran a ver, no se preocupes, eso es porque viven más con humanos que con los de su tipo de naturaleza —aclara Mavis, la verdad que parecía no estar segura de que ellos fueran capaz de verlo con facilidad.

Sam podría ser. Pero el cachorro de Jared, no... No lo tenía muy seguro.

Siendo así como ambos lobos, fueron guiados por la zona. Hasta esa tienda tan particular, imaginandose muchas cosas que pudieran encontrar en aquel lugar. ¿Cómo sería la experiencia de los dos Quileute conocer el Market para monstruos?

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora