Capítulo 47

760 130 1
                                    

Jessica había encontrado un vestido rojo que le encantó de buenas a primeras, pero sentía que no le hacía justicia a su cuerpo. Angela había encontrado también un vestido pero no estaba segura si era lo que estaba buscando conseguir, le quedaba bien pero no tanto como ella quería lucir. Y Mavis, pues solo se probaba ropa que parecía ser de su gusto para no quedar envuelta en el aburrimiento.

Aunque Bella, la hija del Sheriff Swan, en estos momentos parecía ser idéntico a él, taciturno, despreocupada y desisteresada de temas comunes para su círculo social. Es más, parecía más entretenida en la hora, tras mirar una y otra vez su celular, al igual que también mas interesada en salir fuera que estar opinando por los vestidos de las chicas.

—Bella. ¿Has encontrado algún vestido o ropa que te interese? Tengo entendido que la fiesta también te involucra —opina Mavis, saliendo del probador con su calza negra, pero con una remera justa celeste con una camisa a cuadros negro, gris y blanco, abierta, dejando a relucir su escote.

—No iré... —contestó Bella.

—Hmp, eso es extraño. ¿Porqué?

—Iré a visitar a mamá en Phoenix. No me gusta mucho bailar. —contesta Bella levantandose del asiento de cuerina— Yo, creo que voy a irme, necesito ir a comprar algo antes de que cierre.

Angela y Jessica sacan sus cabezas por las cortinas de los mostradores, incrédulas y sorprendidas.

—Heu... Pero... Sola no es bueno. Espera, terminamos aquí y vamos juntas —opina Angela avergonzada.

—Hey! Debías avisar que no eras fanática a estas cosas, nos habías ahorrado tus muecas desagradables —se queja Jessica, inconforme de irse, aún no había encontrado el vestido perfecto para el baile.

—No, no, no se preocupen, yo puedo sola —contesta avergonzada Bella.

Mavis recordó haberse resignado a intentar llevarse bien con ella, por lo que entró dentro del cambiador, cerró la cortina y se cambió rapidamente por su ropa común. Se quiso mirar por el espejo, pero no salía nada mas que la ropa, suspiró. Se colocó su camisa a cuadros roja con negra, encima de su polera de lana negra que hacía conjunto con su calza negra y sus botas color terracota.

—Iré a dejarla a su destino, y volveré por vosotras chicas. Como la mayor, me tomo a pecho vuestra seguridad. —opina saliendo del vestidor, mientras manda un beso a sus amigas— No se vayan a comer sin mí —advierte con el gesto de manos indicando a sus ojos y luego hacia ellas, como si estuvera expresando: "las estoy viendo."

La risa divertida en ambas consiguió aligerar el disgusto que la Swan había causado en su día de compras.

—Más te vale volver, Mavs. Tienes mucho de que hablar con nosotras —Jessica advierte pícara.

—Si, si, si. Doña chismosa, sin tu chisme te me mueres, ya lo sé —bromea Mavis.

—Cuídense mucho. —pide Angela, mira a Bella y con un gesto tímido dice:—Para la próxima salida iremos a un lugar que disfrutes tu, ¿Si?

—Si... Gracias por todo, y... suerte con las compras —contestó torpemente la menor Swan. Saliendo por la puerta, seguida por Mavis, justas emprendiendo camino hacia la tienda que parecía ser su interés inicial.

El silencio entre ambas era cómodo, pero las imperceptibles muecas de Bella por iniciar una conversación y que fueran inútiles, había logrado exasperar a Mavis.

—¿Quieres decirme algo, Bella?

—Yo... Uhm... Eh... Si.

La timidez e inseguridad que la castaña expresaba, la estaba aburriendo. En definitiva, le encantaba más estar con sus amigas chismosas.

—Bien, pregunta lo que quieras, y luego veré si puedo ofrecerte una charla justa. No te ilusiones, hay cosas personales que no te responderé —aclara Mavis algo tajante.

Bella asiente.

—Tu... ¿Conoces a los Cullen?

Mavis frena su caminar justo frente a una librería bastante sombría. Percibía un ambiente conocido en ese lugar, o una presencia conocida.

—Ah, fui al Instituto cuando los hijos mayores asistían al mismo, pero fui acosada por los menores. Yo, yo no tengo buena concepción de ellos, Bella. Son de todo menos agradables para que debas interesarte en saber de ellos, debes cuidarte de ellos, son malas influencias para la hija del Sheriff. —comenta lo más segura, incómoda y molesta de recordarlo.

Aunque se abstenía de sisear con la ira, heredada de su padre.

—Vaya... No creí que fueras a pensar igual que Angela y Jessica, ellas me advirtieron lo mismo. —contestó Bella.

—Has caso a las advertencias, y podrás sobrevivir a este infierno grande.

Bella se asustó un poco ante esa aclaración, tragó saliva quedando un paso delante de la mayor de aspecto gótico y actitud áspera.

—Bueno...

—Avisa a Angie si quieres que te recojamos al salir. Recuerda que las calles de cualquier ciudad, son peligrosas para vagar sola. —vuelve a decir a modo de cuidado— Si compraras un libro de aquí, recuerda que la fantasía solo es cuento para entretener, no para coexistir.

Bella quiso comentar a ello. Pero no la dejó decir algo más, ya que se marchó sin mirar atrás. Quedarse con ella a solas por mucho tiempo ya no era un plan viable, el interés que esa humana tenía hacia los disquevampiros, no era para nada sana.

«Este día me debe premiar como se debe en cuánto regrese a casa»pensó hambrienta y cansada.

Siendo así como se perdió de la vista de Bella, alejándose por la acera hasta la supuesta ubicación de la tienda en dónde se encontraban aún las chicas.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora