Febrero, 2005
Una semana había pasado desde que Jared probó su primer bu-nana, en la vida, y de allí tal como muchos habrán sacado su solución. Desde Sam, hasta quiénes conocían de dicha comida favorita de Mavis, sabían que al cuerpo humano le costaba mucho digerir esa sustancia viva que cubría a la banana helada, el fantasma pegajoso que cubría a la banana era el responsable de producir una gastrointeritis inaudito, al punto de que todo ser mortal pudiera acabar con una buena semana incapacitado y concurrente en la necesidad de solicitar un baño. No faltó las burlas y risas puras de Paul en cuánto fue testigo de las idas y venidas de Jared hacia el baño.
Sam sabía de por si, que pocos podían lograr tolerarlo. Él no había sido castigado al extremo de deshidratarse, y suponía que había sido porque su impronta le había estado dando una medicina secreta. Aunque no sabía bien que podía haberle estado dando, para suponer resistencia al bu-nana.
Hoy por hoy, cayendo justamente un viernes 18, a pocos días de haber pasado San Valentín. Mavis había decidido hacerle frente a la situación con Griffin y Leah, de una manera muy saludable, porque hasta el momento Cleo y Griffin eran los responsables de mantener a Leah en un control bastante sorprendente. Habiendo ya pasado un buen tiempo, para ser mas exactos... tres meses, desde que se había unido al grupo de nativos que emergían como metamorfos lobunos.
Sam había estado lejos por precaución. Sabía perfectamente que no era santo de devoción de Leah, y llegar hacia ella, enseñarle cosas que debía acatar, podrían no ser tomados a buena cara. Conocía el mal carácter que había causado con la ruptura en ella, y por ello tenía mucha precaución. Ahora ya no era solo caerle bien a Leah, sino que proteger su integridad para que su impronta no causara una gran retalía entre uno de los líderes del consejo, el cuál era ni mas ni menos que Harry Clearwater.
Todo se encontraban reunidos en medio del bosque, donde se podía ver perfectamente como el ambiente había sido generado por los anfitriones (Mavis y Cleo) con la intención de disfrutar entre todos de un camping amistoso, aunque el ambiente fue bastante tenso en cuanto Leah en su forma lobuna pudo conectar miradas con Sam, quién permanecía detrás de Mavis, abrazándola posesivo. Motivo claro de que estaba incómodo también.
El lobo plateado con tonos leves en gris pálido en el pecho gruñó en cuánto olió el aroma a muerto de Mavis. Se puso en posición de ataque, relamiendo su nariz y exponiendo sus dientes.
—No, no, no, Leah. Cachorra mala, a ella no se le gruñe —intervino Cleo de Nile, tratandola como si estuviera regañando a un perro. La loba le gruñe.— اصمت يا وحش (Silencio fiera)—sichó en su tono rudo del árabe.
La loba baja las orejas por el tono. Daba miedo ver a la mujer rubia, de ojos verde ceñudos.
—Tranquila Cleo, no ha pasado a mayores. ¿Verdad, Sam?—pregunta tratando de hacer un buen inicio de charla, aunque las manos de Mavis temblaran un poco de nervios.
Sam no estaba muy contento. Leah no tenía ni un poco de respeto hacia su impronta, y eso era una de las cosas que debía enseñar a respetar como los ancianos de la tribu se lo enseñaron a él en su momento.
—Bien, pero quién no te aguante, debe pasar primero por encima de mi cadaver —sisea inconforme Cleo, cruzandose de brazos.
Aunque el momento tenso se disipa en cuanto se ven unos lentes flotando en la nada, logrando tensar a Sam como una liña ante lo desconocido.
—¡Tío Griffin! Hasta que te dignas en aparecer, ¿Qué estabas haciendo?—saluda Mavis, entusiasmada.
La loba parece fruncir el ceño, desconfiaba e incomoda. Muerde justo a un costado de ella, justo bajo los lentes, sacudiendo levemente su cabeza como si quisiera sacudir una ropa.
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Una Impronta diferente
FanfictionCRÓNICAS DE AMOR Y MAGIA SOBRENATURAL - TOMO#1 Mavis Drácula emprenderá una nueva aventura, lejos del Hotel Transylvania. Su instinto dicta un lugar perdido del mundo, un pueblo pequeño llamado Forks, Washington. ¿Qué encontrará siguiendo su instint...