Capítulo 89

302 58 6
                                    

Enero de 2008

Era una fría mañana de invierno en Forks. Sam y Mavis se encontraban en su hogar, preparándose para comenzar el día. Mavis había estado experimentando malestares en las últimas semanas y, aunque intentaba no preocupar a Sam, los síntomas comenzaron a volverse cada vez más evidentes. La joven vampiro se encontraba en la cocina, tratando de comer algo, pero su apetito estaba en constante cambio y había perdido el interés en la comida.

Sam, notando la inquietud de Mavis, se acercó a ella mientras ella trataba de comer algo sin éxito. Su rostro mostraba una mezcla de preocupación y ternura, y se sentó a su lado.

-Cielo, ¿estás bien? -preguntó Sam, con un tono suave pero lleno de preocupación-. Pareces incómoda y no has comido nada en todo el día.

Mavis, con sus ojitos azules cristalizados, suspiró profundamente y apartó el plato. Su expresión era una mezcla de frustración y miedo.

-Lobito..., no puedo retener la comida. No sé qué está pasando con mi cuerpo. Y... estoy asustada -dijo Mavis, su voz temblando-. No sé qué síntomas tengo ni qué hacer.

Sam, sintiendo la angustia de Mavis, la tomó de la mano con ternura. Su corazón se rompió al ver a Mavis tan afligida. Decidió hacer algo que podría brindarles respuestas y consuelo. Usó su agudo sentido del olfato, que era particularmente agudo debido a su naturaleza de hombre lobo, para investigar más sobre la situación. Se inclinó hacia Mavis, su rostro cerca del suyo, y cerró los ojos, tomando un profundo respiro. Al detectar el sutil cambio en el aroma de Mavis, su corazón dio un vuelco. Un aroma distintivo y dulce se mezclaba con el de su compañera, un indicio claro de embarazo. Su rostro se iluminó con una expresión de asombro y felicidad.

-Mavis, creo que... estás embarazada -dijo Sam, con la voz cargada de emoción y sorpresa-. Siento algo muy especial en tu aroma. ¡Estamos esperando un cachorro!

Mavis, al escuchar las palabras de Sam, sintió un torrente de emociones. La preocupación y el miedo se convirtieron en sollozos de alivio y felicidad. Se lanzó a los brazos de Sam, sollozando mientras él la abrazaba con fuerza.

-Sam, ¿de verdad? ¿Estás seguro? -preguntó Mavis entre sollozos, su voz llena de esperanza.

-Sí, estoy seguro -respondió Sam, acariciando su espalda con ternura-. Estoy tan feliz, Mavis. Este es el sueño que siempre he querido, y ahora está sucediendo. Gracias por darme esta alegría.

Sam secó las lágrimas de Mavis con su pulgar, mirándola con amor y devoción. Su corazón rebosaba de gratitud y emoción.

-Mavis, te agradezco tanto por hacer realidad nuestro sueño de ser padres, sé que pasó dos años desde que tu padre lo habló y cuánto esperamos por este momento... -dijo Sam, con lágrimas en los ojos-. Voy a estar aquí para ti en cada paso del camino. No importa lo que pase, lo enfrentaremos juntos.

Mavis, aún abrazada a Sam, sintió una oleada de consuelo y tranquilidad. A pesar de los malestares y las preocupaciones, sabía que contaba con el apoyo incondicional de Sam. La noticia del embarazo les daba un nuevo propósito y una razón más para enfrentar cualquier desafío con esperanza y amor.

[...]

Mavis estaba sentada en el borde de la cama, con una mezcla de nerviosismo y emoción, mientras Sam, a su lado, tomaba un momento para reflexionar sobre cómo manejarían la revelación.

-Sam, creo que estamos listos para hacer este viaje, pero me preocupa que Griffin pueda descubrir la sorpresa antes de que lleguemos a Transylvania. No quiero que se estropee la revelación. -dice Mavis mirando a su pareja.

-Lo entiendo. Pero si hacemos el viaje con Griffin y Leah, podremos mantener el secreto hasta el último momento. De hecho, podríamos decirles que simplemente queremos pasar un tiempo en Transylvania con tu papá y disfrutar de unas vacaciones. -contesta sonriendo con una determinación, mientras toma la mano de su amada.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora