Capítulo 64

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MARATÓN 5/6

Mavis se encontraba mirando con una ternura y diversión genuina en bosque, escondida tras el tronco y convertida en murciélago. Había escuchado el rumor de que Cleo y Jacob pasaban más tiempo juntos, pero en cuánto iba a visitarla tan solo podía ver la misma actitud altanera de su amiga enseñandole al nativo a través de la repetición los valores que debía tener y no tener. Si el chico repetía una costumbre negativa su amiga le pegaba con una cuerda de hilos dorados, marcando la piel morena e impresionantemente esa marca desaparecía pero no el dolor del rostro del Black. Recuerda haberle preguntado porque recorría a pegarle y la forma en que lo decía... La hacía sentir cohibida, pena por el chico.

"En mi crianza y época se educaba de esta manera. Hay castigos más dolorosos que estos y muy denigrantes, no soy un buen ejemplo pero como egipcia la educación se enseñaba mediante la repetición de textos, la correcta actitud moral y ética como persona en la sociedad." Dijo Cleo mientras tenía entre sus manos un libro textual de moraleja en letras egipcias.

Pero aquello no era lo que realmente le había cohibido ni dado pena sino la otra explicación:

"Además, Jacob es mi concubino. El castigo y método de educación son justos a su edad. Lo voy a criar y educar como corresponde, aunque no admitiré publicamente cuando me vaya a sorprender los resultados de esto." había dicho Cleo, con una sonrisa torcida a la izquierda y no faltó que ofreciera su línea de ropa marca Nile: "Su vestimenta le queda, además le da más libertad. ¿No te gustaría implementarlo para tus cachorros?"

Ya hace un buen de esa conversación entre las dos. Ahora podía notar, por casualidad como era la relación de Cleo con Jacob, el gran lobo terracota se encontraba acostado en la arena de la playa rodeando el cuerpo de su amiga. Un claro ejemplo de calidez hacia la impronta, un gesto incondicional.

Si bien, propiamente pensando, el hecho de que Cleo lo considerase un concubino, le daba una alerta clara de que cuando Jacob evolucionara su inocencia a hormonal, lo reconocería como su concubino oficial. Dónde tal vez tuvieran relaciones sexuales libremente, pero como la inocencia predominaba la mente de Jake, Cleo debía practicar la abstinencia sexual.

Y no era un mito ni secreto que Cleo de Nile era muy fogoza y amante del placer, un tiempo había tenido un romance muy radiante con Deuce Gorgon, hijo de Medusa Gorgon. Sin embargo, su relación que parecía especialmente estable de un año a otro ambos se distanciaron y siguieron sus vidas por diferentes caminos.

«Tal vez su destino no era estar Deuce, sino con Jacob...»pensó Mavis.

Mavis soltó sus garritas del tronco, para emprender vuelo hacia su casa. Ahora podía sentirse más tranquila sabiendo que la interacción entre su mejor amiga y el cachorro descarrilado iban mejorando para bien su convivencia.

    Una hora de vuelo más, y con un metro de distancia con el suelo transmutó a su cuerpo con una pirueta perfecta, con una sonrisa que demostraba su estado contento. Subió las tres escaleras y pasó por el pequeño techo del corredor frontal, abrió la puerta y la cerro tan ligera detrás suyo.

—¿Se puede saber a quién estabas espiando a esta hora, pequeña sinvergüenza?—preguntó Sam cruzados de brazos y recostado contra el marco de la puerta de la cocina.

Mavis tembló en su lugar, asustada.

—¿C-como crees? Solo he ido... Ahm... Estirar las alas —contesta mientras se acerca a su pareja.

—Esa actitud encantada no traes siempre que vas a tus vuelos nocturnos—debatió Sam, mientras descruzaba los brazos y la abrazaba por la cintura— Cuéntame, ¿Qué te ha puesto tan feliz, mi cielo?

—Buff —resopló atrapada Mavis— Bien, me atrapaste. Me encontré a Jacob y Cleo entre mi salida nocturna, ambos estaban acurrucados muy tiernos en la playa, una vista sin duda contraria a lo que puedo ver durante el día.

—Ya entiendo tu gratificación. —sonríe Sam más aliviado, mientras curva su cuello hacia abajo para besar la nariz de su mujer— ¿Estás más tranquila, mamá loba?

—Si, sé que las cosas con Jacob han estado tensas pero desde que se imprimió en Cleo, ha estado cambiando su actitud para mejor. Y creo que mientras los Cullen no hagan acto de presencia, su reivindicación será un proceso satisfactorio de ver —comenta contenta y aliviada— Es parte de la manada y otro cachorro más, aunque he notado que pronto habrán nuevos cachorros, cariño.

—¿Por qué lo dices? No hay más ningún vampiro que nos aceche ni los fríos residen más en estás tierras —pregunta Sam, intrigado con el ceño fruncido.

—¿Pero no era que solo por la ira sus lobos emergían?—pregunta Mavis.

—También nuestros espíritus protectores despiertan cuando sienten peligro para la tribu, amenazas o vampiros pasajeros —explica Sam, qué tras un movimiento toma a su impronta entre sus manos al estilo princesa.

—Cada día aprendo cosas nuevas.

—Es lo que ganamos al unir dos especies distintas en una misma vida cotidiana —bromea divertido Sam.

Mavis ríe un poco, con sus ojos celestes brillante con cariño.

—No me arrepiento de nada, amo esta vida aventurezca que elegí tener a tu lado, Sam.

El nativo Quileute le acaricia dulce y posesivamente con su pulgar en la mejilla derecha a su impronta, acercando sus rostros, rozando sus narices para luego besarla.

—Te amo, Mavis Drácula.

—También te amo, Sam Uley.

Tal que así, ambos fueron a su habitación para consumar un momento más la llama de su amor.

Una Impronta diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora