Epilogo: un año despues

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Nuestra hermosa casa en Francia se alza a lo lejos. Mi amado Daniel me toma entre sus brazos y me susurra al oido. Las palabras parecen distantes por que mis cinco sentidos agudizados están concentrados en la hermosas manos de Daniel, en su piel contra la mía mientras me abraza. 

- Esta es nuestra casa - repite alejándose de mi poco advirtiendo que si no lo hacia nunca lograría entender que me quería decir - y la compartiremos durante toda la eternidad. 

Mi cuerpo se tensa con una especie de energía extraña, pero al mismo tiempo reconfortante. Es como si el mundo resplandeciera a mi alrededor y mis ojos se empañaran de felicidad. Esbozo una gran sonrisa y digo: 

- Te amo - lo acerco de nuevo a mi, y le planto un beso enorme en la sien. 

- Yo mas a ti Lizzy - contesta regresando el beso. 

Caminamos hacia la entrada que esta a unos cuantos metros de donde estamos parados. Mi mente comienza a recorrer todo lo que hemos sufrido para llegar a este preciso momento, a este deseado y anhelado momento. Mi padre, mi madre. Greyson. 

- ¿Lizzy? - me pregunta con un leve desasosiego en su rostro - te noto rara. 

Y supe de repente que era como si mis pensamientos se hubieran escapado y se hubieran tatuado sobre mi rostro.

- Simplemente es la felicidad - le dije con una honestidad que no había sentido desde hace muchos años. 

Habían pasado tres meses desde que todo el problema con Anastasia se había resuelto. finalmente había elegido a Daniel. Y para la sorpresa de todos Greyson no se había quedado solo: el y Annie habían comenzado un romance hermoso. 

- Es solo que... todo parece demasiado... -las palabras se me entre cortaron y mire fijamente el rostro de mi novio. 

- Finalmente todo esta bien - termina mi oración dándome un beso apasionado, creando fuego en mi interior. 

Caminamos hacia la entrada que ahora estaba a unos cuantos pasos. Era una entrada de doble puerta. El estilo de la casa era una especie entre barroco y bizantino. Abrimos la puerta y por dentro era mas de lo mismo: la casa era simplemente hermosa. mas de lo que yo había esperado con creces. 

- Es perfecta - lance al aire sin esperar una respuesta concisa. simplemente quería escuchar la risa de Daniel de satisfacción. 

- Igual que tu - me abrazo y lo abrace a el de regreso. - igual que todo esto. Igual que nosotros juntos. 

Recuerdos azotaron mi cabeza en ese preciso momento: Daniel era mi amor verdadero, el que me ayudo cuando todo parecía derrumbarse, el que aceptó separarse de su familia para ayudarme. Y supe sin lugar a dudas que había tomado la decisión correcta. 

Y continuamos disfrutando nuestra nueva vida, saboreando el aroma en su piel, sabiendo que ahora íbamos a ser felices por siempre. 

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