9

664 106 4
                                    

— Dan hyung, ¿eres realmente tú? — dijo Yoongu — ¿Qué... ¿Qué pasó?

Cuando Yoongu vio nuevamente con Dan, detrás del mostrador, lo observaba detenidamente, tratando de captar su apariencia.

Su rostro, que solía irradiar una energía juvenil y optimista, ahora parecía más sombrío y demacrado. Las ojeras bajo sus ojos daban a entender que pasaba noches de insomnio y preocupación, y su piel, antes radiante, ahora parece apagada y cansada.

Estaba más delgado de lo que recordaba, como si hubiera perdido peso en un período relativamente corto de tiempo. Sus hombros caídos y su postura encorvada. Aunque intenta mantener una expresión estoica, los ojos de Dan revelan una tristeza profunda y una sensación de desesperación que no puede ocultar.

Para Yoongu, quien ha conocido a Dan en momentos más felices, calmados y vibrantes, esta transformación es impactante. Una mezcla de tristeza y preocupación al ver a su amigo en ese estado, preguntándose qué ha pasado en su vida para llevarlo a este punto. Aunque está decidido a ayudar a Dan y a limpiar su nombre, también se da cuenta de que la situación es mucho más grave de lo que esperaba.

— Debo hacerte la misma pregunta Yoongu, qué pasó y... ¿Por qué estás aquí? — dijo Dan, se notaba la pesadez en su voz.

— Yo... he estado... he estado buscándote hyung, te fuiste... empezaste a evitarnos... Quería saber qué ha sido de ti porque... estoy muy preocupado por ti.

Cuando Dan ve a Yoongu, siente una oleada de emociones encontradas. Por un lado, está agradecido de ver a un amigo de confianza. Por otro lado, se siente un poco incómodo por la situación, desconfiando del motivo por el que Yoongu está allí.

Dan comenzó a presentar una mezcla de nostalgia y preocupación. Nostalgia por momentos llenos de risas y bromas que solían intercambiar en el gimnasio. Y preocupación por lo que Yoongu pueda decirle

A medida que Yoongu se acerca, Dan intenta mantener una expresión serena, pero no puede evitar sentirse un poco tenso. No sabe qué esperar de esta reunión, y eso lo hace sentir vulnerable y expuesto. Sin embargo, también siente un destello de esperanza, la posibilidad de que tal vez, con la ayuda de Yoongu, pueda encontrar una salida de esta situación difícil en la que se encuentra.

— No debiste Yoongu... ¿Por qué buscarías a un traidor?— dijo Dan.

— Porque sé que no lo eres, hyung... — dijo Yoongu, acercándose al mostrador — La gente en el gimnasio todavía se burla de eso, y ambos sabemos que no lo hubieses hecho, porque si conozco a alguien muy leal, eres tú... Yo también fui testigo de lo que pasó hyung, di mi testimonio

— Y ni aún así soy inocente para algunos.

— Quiero limpiar tu nombre, hyung, no voy a permitir que esos idiotas que no tienen maldita idea de lo que realmente ocurrió.

— No quiero... Y... No pienso hacerlo Yoongu — dijo Dan — No tengo mucho tiempo, en unos minutos termina mi descanso.

— Dan hyung, sé que no quieres volver al gimnasio, pero necesitas limpiar tu nombre. No puedes dejar que te acusen de algo que no hiciste.

— Di mi testimonio, se hizo la investigación, y aún así soy el traidor del Team Black, el responsable de la caída de Joo Jaekyung... — la voz de Dan sonaba algo molesta — Lo siento, Yoongu, pero ya no quiero causar más problemas ni estar en un lugar donde no soy bienvenido.

— Pero si te quedas callado, seguirán pensando que fuiste tú — dijo Yoongu, acercándose al mostrador — Necesitas contar tu versión de los hechos, que sean ellos los que lo oigan venir de tu boca.

— Lo entiendo perfectamente, pero ya he pasado por suficiente. No quiero volver al pasado y revivir todo ese dolor.

— Por favor, Dan, piénsalo. No puedes dejar que esos idiotas te arruinen la vida de esta manera.

— Lo siento, Yoongu. No lo haré, no hay vuelta atrás en esta decisión... y... antes de que te vayas... — dijo Dan, quien entró un momento a la bodega, saliendo después de un rato con un sobre en la mano — Toma esto.

— ¿Qué es? — dijo Yoongu.

— Bueno... No sé si lo sabes, pero le debo algo de dinero al Sr. Joo... Dáselo de mi parte... Apuesto a que no querrá ver mi cara nunca más.

—Está bien, hyung... lo entiendo — dijo Yoongu, sonando desesperanzado, y empezando a caminar a la puerta del lugar con el sobre en una mano — Y hyung... Si alguna vez... Cambias de opinión... Llámame o envíame un mensaje... Mi número sigue siendo el mismo.

Y unos segundos después, Yoongu salió de la tienda.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora