108

467 77 17
                                    

Ambos hombres se hallaban en la cocina. Jaekyung aún tenía la toalla en la cintura, dejando expuesto todavía su torso.

— Nunca imaginé que vivirías en un lugar como este. Es... muy acogedor.

— Me gusta la paz que siento aquí — dijo Dan, moviendo una cucharita dentro de la taza, dejando que la bolsita de té con los trocitos de fruta soltasen su sabor y esencia en el agua.

— ¿Quién vive arriba?

— El dueño del lugar, es el que me ayudó con lo de la licencia médica — dijo Dan — Normalmente regresa tarde porque trabaja en Londres, vive aquí en Richmond-upon-Thames porque los costos de las casas y las rentas en Londres son elevados.

— Pues tiene buen gusto por el diseño de interiores — dijo Jaekyung, dándole un sorbo a su té — ¿De qué es?

— Manzana y arándano — dijo Dan — Se ha vuelto mi favorito desde que llegué aquí.

— Está bueno — dijo Jaekyung, sonriendo ladinamente, y segundos después se hizo un silencio que Jaekyung rompió — ¿La de la foto de la boda en la chimenea es tu abuela?

— Sí... — dijo Dan — Ella recordaba que ese fue el día más feliz de su vida, se sentía la mujer más afortunada de todo el mundo, decía que mi abuelo era un caballero con ella...

— Te pareces mucho a ella — dijo Jaekyung.

— No lo creo, me decían que era adoptado porque no me parezco a e-  

Un bip sonó perturbando un poco la tranquilidad de la casa, indicando que el ciclo de lavado ha terminado.

— Ya terminó los ciclos de la lavadora — dijo Dan, que se levantó de su asiento en la cocina y empezó a caminar hacia la lavandería para pasar la ropa de la maleta a la secadora y recoger la ropa de Jaekyung que ya está seca.

Jaekyung, lo siguió.

— Voy a pasar la ropa a la secadora y sacar la que está seca — dijo Dan, cosa que Jaekyung apenas escuchó por el intenso goteo de la lluvia.

Dan llegó a la lavandería, un espacio pequeño pero ordenado. Había otra puerta que conducía a unas escaleras que conducían a la casa de arriba, la casa de Matthew.

Dan quitó la tapa y comenzó a sacar la ropa de la secadora para dejarla en otro lado, y meter la ropa de la lavadoraen a la secadora.

Jaekyung observaba en silencio. Ver a Dan actuar tan hogareño provocaba una sensación que no sabía nombrar. Se veía tan hogareño.

Dan cerró la puerta de la secadora y enciende el ciclo de secado. Luego se volvió hacia la puerta, encontrándose con Jaekyung, asustándose y haciendo un chillido que parecía de hámster. Jaekyung, sin saber exactamente por qué, se acercó más a Dan, sus miradas encontrándose en el estrecho espacio.

La proximidad entre ellos desató nuevamente tensión, pero esta era una tensión diferente, una mezcla de vulnerabilidad y deseo. Dan toma un par de prendas secas, siendo una de estas su boxer y se las entregó a Jaekyung, sus manos rozaron brevemente.

— Esta ya está seca — dijo Dan.

Jaekyung aceptó la ropa, pero en lugar de alejarse, se quedó cerca, su mirada estaba completamente fija en los ojos de Dan. Amaba su mirada.

En un impulso, se inclinó y posó sus labios sobre los de Dan, iniciando un beso, se sentía diferente a los anteriores no estaba lleno de deseo desenfrenado ni posesión. Era un beso suave, tierno, lleno de un amor silencioso y una promesa de algo más.

— Jaekyung... — dijo Dan, separandose ligeramente mientras su respiración se entrecortaba —

— Kim Dan, no puedo evitarlo — dijo Jaekyung, acercándose todavía más a Dan, pegando su cuerpo al de él, la tela del sueter de Dan tocaba el torso desnudo de Jaekyung, la mano de Jaekyung acunaba el rostro de Dan, su pulgar estaba sobre el labio inferior de Dan, su pulgar se deslicó hacia abajo — No puedo...

Las miradas de ambos coincidieron nuevamente.

Dan notó después de mucho tiempo el gris oscuro de los ojos de Jaekyung, como una tormenta en el mar, profundos y llenos de secretos. Hay una dureza en ellos, pero también una vulnerabilidad que lo sorprendía. 

Dan cayó en cuenta de que él.... él estaba dejando caer sus barreras, mostrando un lado de él que rara vez deja ver. Sus cejas bien definidas enmarcan esos ojos que estaban llenos de una ternura que Dan nunca había visto antes. Notaba también la ligera curva de sus labios, que parecían luchar entre una sonrisa y una expresión de incertidumbre.

Jaekyung, por su parte, estaba cautivado por la belleza de los ojos color miel de Dan, que con la luz tenue de la lavandería, parecen brillar como una hermosa pieza de ámbar. Había una mezcla de compasión y fuerza, una calidez que lo atraía fuertemente, como el metal a un imán. Las pequeñas arrugas alrededor de sus ojos solamente eran señales de que ha sonreído mucho a pesar de todo lo que ha pasado.

Sus labios eran suaves y tentadores, Jaekyung se hallaba deseando sentirlos de nuevo contra los suyos. La mandíbula de Dan, bien definida, añade un toque de masculinidad a su rostro angelical.

Sin decir una palabra, Dan se inclinó hacia Jaekyung y lo besó de regreso, esta vez con una intención clara y compartida. Mientras sus labios se encontraban, Dan, inconscientemente, dejandose llevar por el momento, entrelazó sus manos en el cabello de Jaekyung, negro como el azabache, era muy suave y terso. Sus dedos se deslizaban con facilidad entre los mechones, y la sensación lo hace acercarse aún más a Jaekyung.

Ese beso estaba completamente lleno de amor, comprensión y aceptación. Si bien ambos no eran nada y Dan no le había dado una respuesta a su pregunta, esta era una pequeña declaración de que lo determinado que estaba Jaekyung desde ese momento en el que no se compartía ni una palabra, el beso decía todo lo ambos tenían que saber del otro.

Jaekyung estaba dispuesto a cambiar por Dan. Kim Dan lo tenía así, actuando se esa manera. Ya no simple gusto, esto ya era un enamoramiento.

Y Dan, aún después de todo, sus sentimientos aún estaban a flor de piel. Aún estaba enamorado de Joo Jaekyung.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora