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Jaekyung pateaba el saco de boxeo con una furia inusitada, ignorando el dolor que se disparaba desde su hombro lesionado hasta el brazo. Cada golpe que lanzaba, cada patada, era una manifestación de su frustración y enojo. El gimnasio resonaba con el sonido de sus gruñidos y su respiración agitada.

El entrenador Park lo observaba con incredulidad desde un rincón. Sabía que Jaekyung estaba en mal estado, tanto física como emocionalmente, pero ver su desesperación tan claramente mostrada le resultaba impactante. Finalmente, decidió intervenir.

—Jaekyung, ¿por qué estás así? — le preguntó el entrenador, cruzando los brazos.

Jaekyung se detuvo, respirando con dificultad, y se volvió hacia el entrenador con una expresión irritada.

—¡No puedo contactar a Kim Dan! —dijo Jaekyung, su voz estaba completamente cargada de frustración.

El entrenador arqueó una ceja, sorprendido por la confesión. Sabía de la difícil relación entre Jaekyung y Dan, pero no esperaba esta reacción tan fuerte.

—¿Y por qué te importa tanto? —inquirió el entrenador—. Fuiste tú quien lo trató peor que nadie aquí... Sí, todos en algún punto lo tratamos mal, pero tú...

Jaekyung bufó con sarcasmo, apartando la vista.

—Supongo que tenías razón sobre él... Lo necesito para poder recuperarme... y porque... —dudó un momento, evitando mencionar lo que realmente le molestaba sobre su frustración con el sexo, aunque esta vez era más por lo de suu hombro— Pero no ha respondido a mis llamadas.

El entrenador lo miró fijamente, notando la mezcla de enojo y desesperación en su voz.

—Si no te contesta, hazle como Yoongu, Daehyun, y Changmin y yo, ir personalmente al pueblo donde está ahora —dijo el entrenador, a modo de sugerencia — Aunque, honestamente, no recuerdo dónde era.

Jaekyung frunció el ceño, considerando la idea. Entonces, el entrenador recordó.

—Yoongu sabe dónde está Dan. Podrías preguntarle.

Jaekyung asintió lentamente, y caminó por el gimnasio hasta que encontró a Yoongu en el área de descanso del gimnasio después de un intenso sparring con otro chico. El joven estaba revisando su teléfono cuando Jaekyung se le acercó.

—Yoongu

— ¿Sí, hyung?

— Necesito saber dónde está Kim Dan.

Yoongu levantó la vista, su expresión era fría. Sabía por lo que Dan había pasado y no estaba dispuesto a dar la información tan fácilmente aún después de que Joo fuese el principal en llamarlo traidor.

—¿Y por qué debería decírtelo? —preguntó Yoongu, cruzando los brazos.

Jaekyung apretó los puños, luchando contra su orgullo.

—Porque me equivoqué con él —admitió, su voz llena de amargura— Lo necesito de vuelta.

Yoongu lo miró con desconfianza. No estaba seguro si Jaekyung realmente lo entendía.

—Admite que te equivocaste completamente con él, Jaekyung... Sincero y no a la ligera... Y tal vez te lo diga.

Jaekyung sintió su orgullo herido, pero sabía que no tenía otra opción. Se tragó su orgullo y miró a Yoongu directamente a los ojos.

— Yo... Me equivoqué con Dan... Fui un idiota y lo traté como basura... Necesito que vuelva porque me di cuenta de que lo necesito ¿Feliz?

Yoongu lo evaluó por un momento antes de asentir.

— Está bien. Dan está en un pequeño pueblo cerca de la costa llamado Gureumhae. La única forma de llegar rápido es en tren, pero por situaciones climáticas, no hay trenes disponibles hasta dentro de dos días.

Jaekyung asintió, sintiendo una mezcla de alivio y frustración. Se volvió para irse a seguir desquitando su furstración con el saco que estaba previamente pateando, pero el entrenador lo detuvo.

—Ve a mi oficina, Jaekyung —ordenó el entrenador— No quiero que te lastimes más aquí.

Jaekyung obedeció, su mente ya planeando el viaje que haría en dos días para encontrar a Dan y arreglar las cosas. Aunque no obedeció tantó la orden de estar en la oficina del entrenador, más bien, estaba en la oficina que solía pertenecer a Dan.

La habitación estaba ordenada, pero tenía un aire de abandono, como si los recuerdos de su antiguo ocupante aún se aferraran a las paredes. Jaekyung, abrumado por la frustración y la culpa, comenzó a revisar los papeles sobre el escritorio.

Entre los documentos, encontró un folder con su nombre escrito a mano: Joo Jaekyung. Reconoció de inmediato la letra de Dan y, con una mezcla de curiosidad y aprensión, lo abrió.

Dentro del folder, había expedientes detallados de su historial médico y de lesiones, junto con una serie de anotaciones hechas por Dan. Cada página contenía información precisa sobre sus tratamientos, ejercicios recomendados y, sobre todo, instrucciones detalladas sobre cómo realizar los masajes para aliviar su dolor.

Jaekyung se detuvo en una página particularmente desgastada, que claramente había sido consultada muchas veces.

En el papel ponía lo siguiente:

Jaekyung responde mejor a la presión moderada en la zona del hombro izquierdo. Es crucial aplicar el masaje en movimientos circulares para evitar agravar la lesión. Recuerda estirar adecuadamente antes y después de cada sesión.

Jaekyung cerró los ojos por un momento, recordando las veces que Dan lo había atendido, siempre con una paciencia y dedicación que él nunca había apreciado del todo, hasta incluso lo había repudiado, no una, sino múltiples veces.

Más adelante, encontró una nota personal, escrita en un rincón de una de las páginas y que Jaekyung leyó en voz baja.

— A veces, siento que no valora mi trabajo, pero sigo haciéndolo lo mejor que puedo porque sé que en el fondo necesita mi ayuda. Espero que algún día se dé cuenta de cuánto me importa su bienestar.

Las palabras de Dan lo golpearon con fuerza, un nudo en la garganta se empezó a formar y una sensación de vacío en el pecho. Dan siempre había estado allí para él, a pesar de todo el maltrato y desprecio. Y ahora, cuando más lo necesitaba, no podía encontrarlo.

Jaekyung cerró el folder con cuidado, como si fuera un objeto frágil. Se recostó en la silla, mirando el techo y dejando que los recuerdos lo invadieran. Se dio cuenta de cuánto había perdido y cuánto necesitaba a Dan, no solo como su fisioterapeuta, sino como alguien que realmente se preocupaba por él.

— De verdad quiero disculparme...

Las palabras resonaron en la vacía oficina, un eco de arrepentimiento que esperaba poder transformar en una oportunidad de redención cuando finalmente pudiera encontrar a Dan.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora