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La luz del sol de la tarde se filtraba por las ventanas altas de la sala de fisioterapia, bañando el lugar con un brillo cálido. Dan estaba terminando de atender a Oscar, quien se quejaba de un dolor en el hombro después de un intenso entrenamiento de waterpolo. Con movimientos expertos y una expresión concentrada, Dan ajustaba cuidadosamente la posición del brazo de Oscar, masajeando suavemente el músculo tenso.

— Eso debería aliviar el dolor — dijo Dan, limpiándose sus manos del ungüento que ocupaba para el dolor — Recuerda hacer los ejercicios que te recomendé y no sobrecargues el hombro por unos días.

— Muchas gracias Daniel... Siempre sabes cómo arreglarme... Te veo mañana.

Mientras Oscar se ponía de pie, Alex se acercó a ellos, con su habitual expresión relajada pero profesional. Llevaba en la mano una carpeta con documentos, claramente preparado para discutir algo importante.

— Buen trabajo, Dan. Oscar, asegúrate de seguir las recomendaciones.

Oscar salió de la sala, dejando a Dan y Alex a solas. Alex miró a Dan con una sonrisa amistosa y levantó la carpeta.

— Bien Daniel, tengo una noticia interesante para ti — dijo Alex — Alguien va a venir para sesiones de rehabilitación y fisioterapia... Viene este miércoles para la primera cita, donde le haremos una historia clínica y pruebas para establecer un diagnóstico.

Dan levantó la vista, curioso y ligeramente emocionado. Siempre estaba ansioso por nuevos desafíos y pacientes.

— ¿Quién es?

Alex solo encogió sus hombros.

— No sé mucho, solo se acordó que vendría el miércoles, normalmente nunca mencionan su nombre... Aunque, lo que sí puedo decirte es que necesitará mucha atención y un programa de rehabilitación personalizado.

Dan frunció el ceño, intrigado pero también emocionado por el reto. Le gustaban las sorpresas, pero también le gustaba estar preparado.

— Bueno, parece que va a ser interesante. ¿Alguna instrucción especial?

— Sí, y de hecho, te necesitaré para recibirlo y mostrarle las instalaciones. Yo estaré ocupado ese día porque tengo que servir como médico para el equipo de carreras femenil. Llegaré tarde al centro, así que contaré contigo para manejar todo hasta que llegue.

Dan asintió con determinación, sintiendo la responsabilidad y la confianza que Alex estaba depositando en él.

— No hay problema, Alex... Me aseguraré de que todo esté listo y de darle la bienvenida adecuada.

— Sabía que podía contar contigo... Ya si quieres, ve a descansar

Mientras Alex se alejaba para entrar a su oficina, Dan sintió una oleada de emoción y anticipación, llegaba a preguntarse quién podría ser el misterioso paciente y qué tipo de desafío representaría, no tenía todas las respuestas, pero estaba listo para enfrentarse a lo que viniera, seguro de que su habilidad y dedicación lo guiarían.

Mientras tanto...

Oscar se encontraba de pie junto a la piscina olímpica, mirando a los chicos del equipo de waterpolo mientras se entrenaban intensamente.

De repente, sintió una presencia a su lado y se giró para ver a Marvin Waters, el capitán del equipo de carreras masculino, acercándose con una sonrisa arrogante en el rostro.

— Oscar, siempre tan protector — dijo Marvin con voz burlona — ¿Cómo está tu protegido, Dan?

Oscar apretó los puños, se notaba que se estaba conteniendo su frustración ante el tono despectivo de Marvin

— Daniel Kim, Waters, y es un profesional altamente cualificado. Deberías mostrarle más respeto.

Marvin soltó una risita desdeñosa.

— Oh, lo siento si no soy lo suficientemente diplomático para ti. No sabía que te había afectado tanto.

Oscar miró fijamente a Marvin, intentando controlar su temperamento. Sabía que confrontar a Marvin directamente solo empeoraría las cosas, pero su orgullo y su lealtad hacia Dan lo motivaban a defenderlo.

— Marvin, no entiendo por qué te comportas así — dijo Oscar con calma — Daniel está aquí para ayudar a todos nosotros, incluido tú, si alguna vez lo necesitaras.

Marvin se encogió de hombros con indiferencia.

— Lo que sea, Oscar. Si quieres ser el salvador de los desvalidos, adelante. Pero no esperes que todos sigamos tu ejemplo.

Antes de que Oscar pudiera responder, Marvin se dio la vuelta y se alejó con paso firme hacia la zona donde se encontraban los demás atletas de su equipo. Oscar apretó los dientes, sintiendo una mezcla de frustración y tristeza por la actitud de Marvin.

Los momentos tensos entre Oscar y Marvin no eran nuevos.

En el pasado, Marvin había jugado con los sentimientos de Oscar, haciéndole creer que había algo más entre ellos solo para luego desilusionarlo. Desde entonces, su relación había sido tensa y llena de desdén, con cada encuentro exacerbando el conflicto latente entre ellos.

Oscar suspiró profundamente y se dirigió hacia el borde de la piscina, donde observó a Dan con su mochila y un paraguas saliendo del lugar. Aunque estaba molesto por la confrontación con Marvin, sabía que su prioridad era apoyar a Dan y asegurarse de que fuese respetado y querido en el centro deportivo.

Al girar una esquina, vio a Valerie, su mejor amiga, que acababa de salir de la sala de clavados. Ella llevaba una toalla alrededor de su cuello y aún tenía el cabello húmedo. Al notar la expresión de Oscar, su rostro se llenó de preocupación.

— Oscar, ¿estás bien? ¿Qué pasó?

Oscar suspiró, intentando liberar la tensión acumulada. Sabía que no tenía sentido mentirle a Valerie; ella siempre podía ver a través de él.

— Es Marvin. Otra vez con sus comentarios. No sé por qué sigue afectándome tanto después de todo este tiempo.

Valerie frunció el ceño y puso una mano reconfortante en el brazo de Oscar.

— Oscar... Sabes cómo es Marvin, no le hagas caso, solo quiere provocarte.

Oscar miró al suelo, luchando contra los recuerdos y las emociones que Marvin siempre lograba evocar. A veces, las cicatrices del pasado eran más difíciles de ignorar de lo que le gustaría admitir.

— Lo sé, Val. Pero es difícil. Con nuestro pasado... es como si supiera exactamente dónde golpear.

Valerie asintió, comprensiva. Sabía lo importante que era Marvin en la vida de Oscar y cómo esa relación fallida seguía afectándolo. Decidida a distraerlo, sonrió y tuvo una idea.

— ¿Sabes qué? Olvidemos a Marvin por esta noche ¿Qué te parece una noche de películas en mi casa? Podemos ver tus favoritas y comer todo lo que queramos.

Oscar levantó la vista, una sonrisa empezando a formarse en sus labios. Valerie siempre sabía cómo sacarlo de sus pensamientos oscuros.

— Eso suena perfecto... Necesito una distracción.

¡Genial! Pasa por mi casa después del entrenamiento, prometo que te sentirás mejor

Oscar asintió, sintiendo un poco de alivio gracias a la perspectiva de una noche relajante con su mejor amiga. Valerie siempre había sido su roca, y en momentos como este, apreciaba su amistad más que nunca.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora