23

638 99 1
                                    

La vida de Kim Dan giraba en torno a sus turnos en la tienda de conveniencia y la gasolinera, así como sus visitas al cementerio y la playa.

Cada mañana, Dan se levantaba antes del amanecer, su rostro siempre estaba marcado por ojeras de noches inquietas. Llega a la tienda de conveniencia y saluda al gerente Jung y a Joohyeon con una sonrisa tenue.

Durante el día, se sumergía en su trabajo, reponiendo estantes, atendiendo clientes con una eficiencia silenciosa. Aunque sus compañeros intentan entablar conversación, él trataba de no entablar muchas conversaciones, y cuando sí, intentaba hablar sin profundizar, manteniendo siempre una distancia emocional.

Al finalizar su turno, se dirige a la gasolinera, donde continúa su jornada. Cambiaba de uniforme y se preparaba para recibir a los conductores que pasaban por el pueblo. Sus interacciones son breves y profesionales, sin rastro de la calidez que una vez emanaba de él. Sin embargo, sus colegas en la gasolinera, en especial Jongho, han notado el cambio en su comportamiento antes y después del fallecimiento de Hyejin.

Durante sus días libres, Dan visitaba el cementerio, llevando flores frescas a la tumba de su abuela. Se sentaba junto o frente a la lápida, hablándole en voz baja sobre su vida diaria, sus miedos y sus esperanzas perdidas. Esto le  brindaba un consuelo melancólico, un momento de conexión con el único ser querido que realmente entendía su corazón, y que era su única razón para vivir.

Después de sus visitas al cementerio, Dan caminaba hacia la playa. El sonido de las olas y la brisa marina le ofrecen un escape momentáneo de su dolor constante. Se sentaba en la arena, mirando al horizonte, recordando momentos felices que compartió con su abuela. Ahora era su refugio, un lugar donde puede dejar salir sus emociones sin miedo al juicio.

El pueblo lo ha apodado como el hombre que perdió su luz. Los lugareños, el día que notaron la llegada del castaño con su abuela, todos podían notar que Dan era una presencia luminosa. Ahora, su mirada estaba completamente apagada, y su sonrisa, aunque presente, carecía del brillo de antaño. Los lugareños, sentían una mezcla de pena y respeto por él, reconociendo su lucha interna.

A pesar de sus esfuerzos por mantenerse ocupado y evitar el abismo de su tristeza, Dan se hallaba atrapado en un ciclo de dolor y soledad....

La rutina es su mecanismo de supervivencia, su forma de evitar enfrentarse al vacío que sentía por dentro.

Sin embargo, la comunidad del pueblo, sobretodo con las personas mayores del hospicio, que estaba colina arriba, no podía evitar preocuparse por el hombre sin luz, solo estaban expectantes de que algún día encontraste una manera de recuperar la chispa que una vez lo definió. Se veía gradualmente más delgado, sus manos estaban mas delgadas, podías percibir su tristeza, su dolor y su luto.

Días después de la noticia de Jaekyung, Dan estaba en el baño para empleados en la bodega preparándose para ese día, tenía doble turno en la tienda y un turno de madrugada en la gasolinera... Por lo que ese día sería pesado.

— Bien... 5 de la mañana... Aquí vamos — se dijo Dan a sí mismo, colocándose el chaleco de empleado, y salió del lugar.

Antes de que abriese la tienda, Dan debía de acomodar los productos faltantes en sus sitios correspondientes, hablamos de botellas de soju, vasos de hielo sellados, refrescos, jugos, snacks, productos de aseo, cosas para comida, etc.

Mientras va colocando los productos que van en los congeladores, una llamada entra en su teléfono. Curioso, sacó su teléfono, que ya estaba algo estaba estrellado. El nombre del contacto no era novedad, era Yoongu, seguramente posría ser otra llamada de él pídiéndole que regrese al gimnasio a trabajar, por lo que ignoró su teléfono y se guardó el teléfono nuevamente en el bolsillo.

— Buenos días Dan — dijo Joohyeon, quien venía vestido algo rudo, camiseta sin mangas, camiseta de cuadros rojos y negros, pantalón de mezclilla y botas negras.

— Días Joohyeon... ¿Cómo te fue ayer?

— Ah, fue una cita increíble, la llevé en motocicleta por toda las calles del pueblo, estaba maravillado... Ella me tiene loco Dan — dijo Joohyeon, recargándose en la puerta de la bodega soltando un suspiro, parecía que le flotaban corazoncitos por la cabeza

— Por lo que me cuentas seguro que lo fue.

— Quiero pedirle que sea mi novia... Ya llevo meses viendola... — dijo Joohyeon, quien cambió su expresión al escuchar un teléfono sonando — Dan ¿Es tu teléfono el que suena?

— Ah, sí, solo que es spam, no quiero contestar... Aunque es muy insistente.

— No creo que sea spam Dan, te cubro con lo de llenar repisas, no por algo te estarían llamando varias veces, especialmente a estas horas... Contesta... No te quita nada — dijo Joohyeon, desamárrandose la camiseta de la cintura, y colocándosela y cerrádosela — Si llega el gerente le diré que te llegó una llamada importante de un amigo...

— Bueno... En un momento vuelvo Hyeon — dijo Dan, entrando en la bodega, saliendo por la puerta de atrás dando con un pequeño callejón.

Dan sacó su teléfono nuevamente, notando que el teléfono dejó de sonar, ya tenía registradas dos llamadas perdidas de Yoongu. Ahora esta vez sería él el que le marcaría. Y eso hizo...

— Espero sea algo importante Yoongu...

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora