41

590 96 4
                                    

Dan caminó rápidamente por las calles del pueblo con una mezcla de alivio y ansiedad.

A medida que se acercaba al hotel donde Matthew se hospedaba, sus pensamientos se arremolinaban con la esperanza y la incertidumbre de lo que vendría.

Llegó al pequeño y acogedor hotel cerca de la calle que conducía al puente. El lugar estaba rodeado de árboles frondosos, y la luz suave del atardecer daba un tono cálido a todo el entorno. Dan subió las escaleras con determinación y llamó a la puerta de la habitación de Matthew.

Matthew abrió la puerta con una sonrisa amistosa. 

— Ah... Dan... Hola... ¿Qué ocurre? — preguntó el pelinegro, viendo la expresión de Dan.

— Ya tengo el documento faltante — dijo Dan quien de la mochila que traía, sacó su título para que Matthew lo viera — Con este ya tendría todos mis documentos completos.

— Perfecto, pásate... Perdón mi desorden... — dijo Matthew, invitando a Dan a entrar — Ven, vamos a sentarnos y revisar todo.

Se sentaron en una mesa pequeña junto a la ventana. Matthew encendió su laptop y comenzó a revisar los documentos uno por uno.

Matthew se sentó frente a su laptop, con una expresión de concentración serena en su rostro. Los formularios digitales parpadeaban en la pantalla, y sus dedos se movían ágilmente sobre el teclado, ingresando la información que Dan le proporcionaba con precisión milimétrica. Cada respuesta de Dan era capturada y traducida hábilmente por Matthew, quien parecía dominar el proceso con una destreza casi automática. Parecía un robot.

El proceso avanzaba rápidamente. En cuestión de horas, lo que parecía ser un laberinto de trámites burocráticos se estaba desentrañando frente a sus ojos.

Las ventanas de confirmación se sucedían una tras otra, señal de que cada paso estaba siendo completado con éxito. Matthew revisaba cada detalle con ojos expertos, asegurándose de que todo estuviera en orden antes de proceder al siguiente paso.

Finalmente, con un último clic seguro, Matthew completó el último formulario. Una sensación de satisfacción se reflejó en su rostro mientras cerraba la computadora portátil. Había convertido horas de trabajo meticuloso en un proceso fluido y eficiente, todo desde la comodidad de su habitación de hotel.

 — Bien, esto es solo la primera parte... y hasta ahora, todo parece estar en orden — dijo Matthew, dándole un sorbo al jugo que tenía en manos, mirando a Dan con aprobación, y maravillado por el glorioso sabor que se desenvolvía en su lengua... — Wow... Está delicioso... Y bien, hay algo más que necesitamos discutir"

Dan lo miró con curiosidad.

— ¿Qué es?

— Normalmente, a los de países como Corea, China, Japón a veces, Tailandia, les piden un nombre en inglés para facilitar la documentación y la adaptación en el extranjero — explicó Matthew — Pero tu nombre ya es apto para eso. Sin embargo, si quieres cambiarlo o adaptarlo, este sería el momento perfecto para decidirlo.

Dan pensó por un momento.

— Bueno... Mi nombre es Dan porque es un diminutivo de Daniel, según mi abuela — dijo Dan, teniendo la atención total de Matthew — El oficial del registro civil era reacio a nombres extranjeros, así que mi papá, por sugerencia de mi abuela decidió el nombre Dan. Pero creo que, para esta nueva etapa, me gustaría usar mi nombre completo.

— Daniel Kim... Suena como de película... Me gusta... Es perfecto — dijo Matthew — Es un buen nombre y será fácil de pronunciar para la mayoría de la gente en el extranjero.

Dan sonrió también, sintiendo una sensación de cierre y nuevo comienzo al mismo tiempo. 

Matthew extendió la mano y Dan la estrechó.

— Muy bien Daniel Kim... Estás a muy poco de iniciar tu nueva vida.

Dan se sintió extrañamente aliviado y motivado. Todo parecía empezar a encajar nuevamente en su lugar, y aunque aún tenía miedo, sabía que estaba tomando la decisión correcta.

— Gracias, Matthew — dijo Dan sinceramente, dandole un insesperado abrazo a Matthew, quien al principio en shock, lo correspondió — Por todo... Pensar que el que detuvo mi muerte es el que me está dando la oportunidad de una nueva vida

— No hay de qué — dijo Matthew, riendo un poco — Y más te vale no volver a intentarlo... Piensa en esto como un pequeño empujón, porque todo lo que has logrado, aunque pueda que haya habido motivaciones de por medio... Lo has hecho tú solo... Tú puedes con esto... 

Dan asintió, sintiendo por primera vez en mucho tiempo una chispa de esperanza y emoción por el futuro.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora