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Mientras Dan se preparaba para irse, notó una figura familiar en el nivel del río.

Era la señora Kang.

La mujer estaba de pie delante de una piedra, dejando unas flores con cuidado. Intrigado y conmovido, Dan decidió bajar para ver de cerca. A medida que se acercaba con el sonido del río fluyendo, escuchó a la señora Kang hablar en voz baja.

- Mi niña, espero que estas flores te traigan algo de paz... Te extraño todos los días...

Dan se detuvo a unos pasos de distancia, respetando el momento íntimo. La señora Kang se dio cuenta de su presencia y se volvió para mirarlo, una suave sonrisa cruzando su rostro.

- Dan, ¿qué haces aquí? - dijo la señora Kang, denotando la curiosidad en los ojos de Dan.

- Perdón la interrupción, es que la vi aquí, con las flores y escuché... pensé que sería su hija. Lo siento si interrumpo.

-No interrumpes, hijo. Ven, acércate. Quiero hablarte de ella.

Dan se acercó, mirando la piedra que funcionaba como una lápida improvisada. La señora Kang suspiró y comenzó a contarle la historia.

- Bongseon, mi niña, era una chica maravillosa - dijo la señora Kang - Era maestra, siempre fue muy aplicada, se notaba que amaba lo que hacía... Tenía una pasión por enseñar y ayudar a los demás. Pero su vida cambió radicalmente después de un robo.

Dan escuchaba atentamente, sintiendo una profunda empatía.

- Durante ese robo, perdió a su bebé, al que iba a ser mi nieto... Fue un golpe devastador para ella... Su esposo no pudo soportarlo y la abandonó... Poco después, su padre falleció, todo eso fue lo que la sumió en una tristeza profunda que la llevó a tomar la decisión de saltar del puente... No pudo con tanto dolor.

Dan sintió un nudo en la garganta, entendiendo mejor por qué la señora Kang era tan amable y comprensiva con él.

- Lo siento mucho, señora Kang. No puedo imaginar lo difícil que ha sido para usted. - dijo Dan, mirando a la señora Kang, a quien se le agolparon las lágrimas en sus ojos, dejándolas caer sobre la tierra.

- Es un dolor que nunca desaparece, sigue vigente como el primer día, pero trato de honrar su memoria ayudando a los demás - dijo la señora Kang, con la voz quebrada, mirando a Dan - Cuando te vi tan perdido, supe que no podía quedarme de brazos cruzados. Nadie debería sentirse tan solo.

Dan se sintió abrumado por la compasión y la fuerza de la señora Kang. La abrazó con cuidado, queriendo transmitirle algo de consuelo.

- Gracias por todo, señora Kang. Prometo que haré todo lo posible para encontrar un nuevo rumbo en mi vida - dijo Dan.

La señora Kang le devolvió el abrazo, sintiéndose agradecida por haber podido compartir su historia.

- Lo sé, Dan. Eres fuerte, y encontrarás tu camino... Anda, subamos - dijo la señora Kang, sonriendo nuevamente a la lápida.

Dan y la señora Kang caminaron en silencio a lo largo del sendero junto al río, cada uno perdido en sus propios pensamientos, subiendo por los escalones que conducían nuevamente a nivel del puente.

A medida que se acercaban al pueblo, la señora Kang se volvió hacia Dan con una suave sonrisa.

-Bueno, es hora de que regrese al hospicio -dijo con ternura- No olvides que siempre tienes un lugar donde ir.

Dan asintió, devolviendo la sonrisa con un agradecimiento silencioso. Vio cómo la señora Kang se alejaba lentamente por el camino que llevaba al hospicio. Dan, por su parte, se volvió hacia la dirección opuesta, comenzando su caminata de regreso hacia la playa para voler a casa.

Perdido en sus pensamientos, Dan casi no notó el cambio en su entorno. Estaba sumergido en sus recuerdos y reflexiones, pensando en la señora Kang, en su hija, en su propia abuela y en las decisiones que debía tomar. Cada paso que daba era automático, guiado más por el hábito que por la intención consciente.

Sin darse cuenta, sus pies lo llevaron hasta la estación del tren. Dan se detuvo, mirando alrededor con una ligera sorpresa. No sabía exactamente por qué había terminado allí, pero algo en el bullicio y la actividad de la estación lo hizo detenerse. Observó a las personas que iban y venían, todas con destinos y propósitos claros.

- ¿Qué hago aquí?

Dan se sintió fuera de lugar, un espectador en medio de un escenario lleno de vida. Por un momento, consideró la idea de subirse a uno de los trenes, de dejar todo atrás nuevamente y empezar de nuevo en un lugar completamente diferente, en donde nadie lo conozca. Pero rápidamente desechó la idea, recordando la conversación con Matthew y el compromiso que había hecho para tratar de darle un nuevo rumbo a su vida.

Suspirando, dio media vuelta y comenzó a caminar de regreso hacia la casa en la playa. Esta vez más decidido, aunque la sensación de incertidumbre seguía pesando sobre sus hombros. El camino de regreso lo llevó por calles familiares, pasando por lugares que ahora tenían un nuevo significado para él.

Finalmente, llegó a la pequeña casa junto a la playa. Se detuvo un momento en la puerta, observando el horizonte donde el cielo se encontraba con el mar. La vista le recordó la promesa que había hecho a su abuela en su sueño, una promesa de seguir adelante, de encontrar un nuevo propósito.

Entró en la casa, cerrando la puerta tras de sí, y se dejó caer en la silla junto a la ventana. Desde allí, podía ver la playa y el mar, un recordatorio constante de que, aunque su vida había sido difícil, aún tenía la oportunidad de encontrar su camino.


[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora