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En su apartamento, Dan estaba concentrado en empacar sus cosas.

Sobre su cama, tenía una maleta abierta, la misma maleta con la que llegó a Inglaterra. El castaño iba colocando cuidadosamente cada artículo que necesitaría. Primero, una muda de ropa: camisetas, pantalones cortos, y ropa interior. Luego, añadió su neceser con artículos de aseo y un protector solar.

Al llegar a la parte más importante de su equipaje, Dan sacó su traje de baño tipo short holgado del armario, era de color blanco con franjas y dibujitos de anclas azules.

Lo sostuvo un momento, asegurándose de que estaba en buenas condiciones antes de doblarlo cuidadosamente y colocarlo en la maleta. Luego, se quedó mirando a otros trajes de baño, el speedo que le había dado Matthew y el speedo del centro.

Dan los tomó entre sus manos, dudando. Había algo intimidante en la idea de usarlo, pero también un sentido de pertenencia y de orgullo.

Se recordó a sí mismo que formar parte del equipo y del centro significaba aceptar todos los aspectos, incluidos los pequeños desafíos personales como este.

Después de un momento de reflexión, respiró hondo y decidió que por si las dudas llevaría ambos. Dobló los trajes de baño con cuidado y lo colocó entre sus otras cosas, asegurándose de que no quedara aplastado ni arrugado.

Terminó de empacar sus toallas, unas gafas de sol que compró un día que fue de compras con Matthew y una gorra.

Cerró la maleta y se aseguró de tener todo lo necesario para la competencia. Al mirar alrededor de su apartamento una última vez, Dan sintió una mezcla de nervios y anticipación.

Sabía que esta competencia no solo sería un reto para los nadadores, sino también una oportunidad para él de demostrar su compromiso y crecimiento personal como fisioterapeuta.

Con todo listo, tomó la maleta y salió de su apartamento, decidido a enfrentar lo que viniera en la competencia y a apoyar a su equipo con todo su esfuerzo.

Unos momentos después...

El sol comenzaba a salir cuando el grupo de seleccionados y el equipo de apoyo se reunió en el estacionamiento del centro deportivo.

Había una atmósfera de emoción y anticipación en el aire mientras los nadadores subían al autobús. Entre ellos, Valerie, Sam y Oscar conversaban animadamente sobre la competencia que les esperaba.

El entrenador Mark estaba revisando la lista de participantes, asegurándose de que todos estuvieran presentes.

Alex y Dan estaban cerca, listos para cualquier necesidad médica que pudiera surgir durante el viaje. Jaekyung y el coordinador, junto con su hijo, también se preparaban para la larga travesía hacia la playa.

Cuando todos estuvieron listos, comenzaron a subir al autobús.

Dan se sentó primero, pensando que sería un viaje tranquilo y quizás hasta una oportunidad para descansar un poco. Sin embargo, justo cuando estaba acomodándose, Jaekyung se sentó a su lado.

— Pareces cansado Kim Dan

— Apenas dormí para hacer mi maleta... — dijo Dan — Pensé que elegirías un asiento en una fila solo para ti...

— No me sentaré con gente que apenas conozco... El único que conozco de todos eres tú, así que estoy más cómodo así.

Ambos intercambiaron una mirada. La tensión entre ellos era palpable, pero había también una cierta comodidad.

El autobús arrancó y pronto estuvieron en la carretera. El coordinador se sentó con su hijo en los primeros asientos, mientras que los demás se acomodaban como podían. Dan sacó su teléfono y unos auriculares, intentando perderse en la música y los paisajes que pasaban rápidamente por la ventana.

El viaje era largo, y aunque ambos intentaban mantener las cosas profesionales, la proximidad física hacía que fuera difícil ignorar la tensión subyacente.

Dan estaba sentado junto a la ventana con la mirada perdida en el paisaje. La música que se reproducía llenaba sus oídos, ayudándole a relajarse y a olvidar por un momento las tensiones recientes.

Jaekyung, sentado a su lado, notó la expresión tranquila de Dan. Curioso, se inclinó hacia él y le quitó un audífono suavemente, colocándoselo en su propio oído. Dan frunció el ceño y se giró hacia Jaekyung, molesto.

— ¿Qué haces? — preguntó Dan, tratando de recuperar el auricular.

Jaekyung simplemente sonrió.

— Solo quiero escuchar lo que estás oyendo.

Dan suspiró, resignado. Al ver que Jaekyung parecía disfrutar de la música, decidió dejarlo pasar. Ambos se quedaron en silencio, compartiendo el momento y la música mientras el paisaje seguía deslizándose por la ventana.

Con el tiempo, el suave ritmo de la música y el movimiento del autobús empezaron a hacer efecto en Dan. Sus párpados se volvieron pesados y, poco a poco, se quedó dormido, apoyado incómodamente contra el vidrio de la ventana.

De repente, el autobús pasó por un bache, haciendo que Dan se moviera bruscamente hacia adelante. Antes de que pudiera golpearse la cabeza contra el vidrio, Jaekyung rápidamente puso su mano entre el vidrio y la cabeza de Dan, amortiguando el golpe.

Hombre... Realmente está en un sueño profundo — pensó Jaekyung para sí mismo.

Luego, con suavidad, lo atrajo hacia sí mismo, permitiendo que Dan descansara su cabeza en su hombro.

[Aquí entra la canción]

Jaekyung miró a Dan, ahora dormido profundamente a su lado, y sonrió ligeramente. Mientras el autobús continuaba su viaje, Jaekyung se acomodó para que Dan usase su brazo y parte de su pecho como almohada, asegurándose de que estuviera cómodo y seguro. La música seguía sonando en sus oídos, creando un pequeño oasis de tranquilidad en medio del viaje.

Dan, sumido en su sueño, comenzó a moverse ligeramente. De repente, sus brazos se envolvieron alrededor del brazo de Jaekyung, abrazándolo con fuerza, soltando un pequeño pujido.

Al principio, Jaekyung se tensó. No estaba acostumbrado a ese tipo de contacto y afecto, especialmente de manera tan repentina.

El pelinegro azabache miró a Dan, que seguía profundamente dormido, su respiración suave y tranquila, la incomodidad inicial se iba desvaneciendo lentamente.

Había algo en la vulnerabilidad de Dan y en la calidez de su abrazo le resultó reconfortante. Jaekyung sonrió para sí mismo y, en un movimiento casi instintivo, atrajo a Dan aún más cerca, apoyando su propia cabeza sobre la de Dan.

El ritmo de la música seguía envolviéndolos, creando una atmósfera íntima y serena. Jaekyung, sorprendido por la comodidad y la paz que sentía en ese momento, y cerró los ojos, permitiendo que el suave balanceo del autobús y el contacto con Dan lo relajaran completamente.

Bueno, si bien es de los que tiene sueño ligero y no iba a poder dormir en parte por el bullicio, al menos la comodidad de la situación, ignorando a las otras personas en el autobús, lo tranquilizó.

Esta es la primera vez en mi vida que me siento seguro... Y sin preocupaciones de lo que pueda pasar después — pensó Jaekyung — Qué irónico, antes lo quería fuera de mi vista, y ahora aprovecho cada momento que puedo para estar cerca de él.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora