Jaekyung, caminando por las calles del pueblo se detenía a preguntar por Dan en varios lugares del pueblo, mostrandoles una foto de él...
Primero se acercó a una señora mayor que pasaba por la calle con una bolsa de compras.
— Disculpe, señora. ¿Conoce a un hombre llamado Kim Dan? Es él — dijo Jaekyung, mostrandole la fotografía a la señora — ¿Sabrá en dónde esta?
La señora frunció el ceño, intentando recordar, y luego negando con la cabeza.
— No sabría responderte chico, pero quizá en la tienda de conveniencia que colinda con la esuina de subida a la colina sepan de él, trabajaba ahí
No desanimado, Jaekyung continuó caminando, llegando a la tienda de conveniencia, donde un joven de aspecto algo rudo estaba haciendo inventario.
— Buenas tardes... Oh Dios, ¿Es usted Joo Jaekyung? — dijo el chico, que se veía notablemente emocionado.
— Soy yo...
— Vi la noticia... Le deseo pronta recuperación, soy un gran admirador suyo — dijo el chico, Jaekyung se acercó al mostrador, notando que en su placa de empleado ponía Shin Joohyeon.
— Gracias, supongo... Bien, estoy buscando a un hombre llamado Kim Dan ¿Sabes dónde puedo encontrarlo?
Joohyeon al escuchar el nombre de Dan, su mirada entristeció un poco...
— Kim Dan trabajó aquí por unos meses, pero fue despedido por quedarse dormido, no se veía bien durante su tiempo trabajando aquí... Quizá en la gasolinera te digan qué fue de él, ya tiene tiempo que no lo veo... — dijo Joohyeon, sabía que Dan estaba probablemente ya en Londres, pero no quería decirle para complicarle las cosas.
— Bueno, gracias — dijo Jaekyung, acomodándose la gorra que traía, y salió de la tienda de conveniencia.
Jaekyung siguió buscando y llegó a la gasolinera, donde un hombre mayor estaba llenando el tanque de un coche.
— Perdón, estoy buscando a un hombre llamado Kim Dan, me dijeron que aquí me podrían decir algo sobre él
— Ah, Dan, sí, lo recuerdo — dijo el señor — Simepre muy eficiente, aunqeu a veces era muy tajante, pero renunció no hace mucho tiempo, hace semanas que nadie aquí sabe exactamente dónde pueda estar.
Justo cuando Jaekyung empieza a perder la esperanza, una anciana que estaba cerca, y oyendo la conversación como la buena vecina chismosa que es, se acercó a donde estaba el chico de 1.92m.
— Chico, quizás alguien en el hospicio pueda ayudarte. Él solía trabajar ahí.
Agradeciendo a la anciana, Jaekyung se dirigió al hospicio, que quedaba colina arriba, no muy lejos del cementerio del lugar.
Al llegar, un amable recepcionista lo dejó pasar después de escuchar su historia.
Jaekyung se adentró, admirando el interior cálido y acogedor del lugar. Los pasillos estaban decorados con fotos de los residentes y eventos pasados, creando una atmósfera hogareña. Siguiendo los sonidos suaves de la naturaleza, sus pasos lo llevaron al jardín del lugar, donde descubre una zona con una pequeña placa dorada donde estaba grabada la palabra "Memorial".
El ojigris, curioso, se adentró en la pequeña zona techada del jardín, observando el espacio con curiosidad y respeto. El lugar estaba lleno de plantas y flores que Dan y los ancianos, el día de la inauguración había ayudado a plantar aún cuando el lugar tenía varias ya plantadas.
Las fotos de los residentes fallecidos estaban cuidadosamente dispuestas, y una en particular llamó la atención de Jaekyung: la foto de la abuela de Dan. Recordaba con claridad cómo solía visitarla, apreciando su sabiduría y cariño. La tristeza lo invadío al darse cuenta de que Dan había perdido a alguien tan importante en su vida, lo sabía por la forma en la que él se expresaba de ella.
Jaekyung estaba absorto en sus pensamientos frente al memorial cuando una de las residentes más queridas del hospicio, se le acercó.
— Ah, Hyejin, era una gran mujer.
Jaekyung asintió, sus ojos tristes coincidieron con los de la anciana.
— ¿Usted la conoció?
— Claro que sí, llegamos a convivir un tiempo cuando eramos niñas... años después regresó acompañada de su nieto, Dan — dijo la anciana, que es la señora Kang... Jaekyung se sentía aliviado parcialmente ahora que alguien le podía dar una respuesta afirmativa — Él en tan poco tiempo pasó por tanto. Hyejin era una mujer maravillosa. Sus últimos días aquí fueron difíciles, pero Dan estuvo a su lado en todo momento. Nunca se separó de ella... Cuando empezó a trabajar aquí siempre la cuidaba con tanto amor... Gracias a él, todos los cuidadores nos trataron mejor...
Jaekyung escuchaba cada palabra de la señora Kang de forma muy atenta.
— Cuando Hyejin falleció, fue como si el mundo de Dan se desmoronara... Lo vi romperse, su mirada estaba apagada, sin luz. Perdió el sentido de todo. Primero renunció al hospicio, luego lo despidieron de la tienda de conveniencia y finalmente dejó la gasolinera. Todo esto mientras su alma se hundía más y más en la desesperación.
Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de la señora Kang mientras continuaba su relato.
— Intentó quitarse la vida, ¿sabes? — dijo la señora Kang, haciendo que Jaekyung abriese los ojos sorprendidos — Cuando nos enteramos, todos aquí en el hospicio nos sentimos devastados. Lloré tanto al saber que ese joven, tan lleno de vida y amor, de un momento a otro y de golpe había llegado a un punto tan oscuro.
Jaekyung sintió un nudo en la garganta, luchando contra sus propias lágrimas.
— De hecho, es por él que estoy aquí, lo estoy buscando ¿Sabe usted dónde puedo encontrarlo ahora?
La señora Kang suspiró profundamente, tratando de calmar sus emociones.
— Lo último que supe es que se iba a ir a Londres. Será difícil comunicarse con él, porque le robaron su teléfono antes de irse. Pero estoy segura de que está allí, buscando una nueva oportunidad, un nuevo comienzo... Lejos de tanto dolor.
Jaekyung asintió, notablemente afectado por la información... Tenía que encontrar a Dan, ya no era un quería, es un tenía que.
— Dan aún a pesar de irse de aquí, parte del dolor aún lo lleva dentro, me preocupa que lo llegue a intentar otra vez, está roto, más que nadie necesita recuperar esa luz que perdió ese día...
Jaekyung tomó la mano de la señora Kang y la apretó suavemente.
— Gracias, señora, haré todo lo posible por encontrarlo y apoyarlo.
La señora Kang sonrió débilmente, sus ojos aún brillando con lágrimas.
— Buena suerte chico, tú también recupérate — dijo la señora Kang para apretar nuevamente la mano del azabache, y soltarla, ambos saliendo del lugar y partiendo caminos.
Con una última mirada al memorial y una nueva motivación en su corazón, Jaekyung salió del hospicio. Ahora sabía que era más importante su objetivo, encontrar a Dan en Londres. Ahora caía como anillo al dedo lo del plan del entrenador de irse para allá y estar lejos del mundo de las peleas por un tiempo.
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[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)
Fanfiction[La mayor parte de los personajes no me pertenecen, solo los estoy usando para crear una historia. Créditos a sus respectivos creadores] [ESTA SÍ ES UNA HISTORIA JAEDAN] Joo Jaekyung se encuentra luchando contra sus propios demonios internos y las c...