17

606 99 6
                                    

En el penthouse retumbaban sonidos de gemidos, pieles chocando, ese día, Jaekyung había llevado a un chico que conoció en un bar, estaba penetrándolo duro, tal como le gusta hacerlo, el otro chico parecía disfrutarlo plenamente, sintiendo el enorme y grueso miembro de Jaekyung entrando y saliendo constantemente y a una alta velocidad y fuerza en su interior.

Jaekyung parcialmente lo disfrutaba, a comparación de otros días, pero esa sensación de plenitud y total satisfacción nunca aparecía.

— Oh... Ngh... Así... Más duro papi — dijo el otro chico, quien empezó a gemir más fuerte — ¡¡Se siente tan bien!!

— Cállate y concéntrate, maldita sea — dijo Jaekyung, quien agarró al chico por la cintura y comenzó a empujar aún más fuerte dentro de él. Su trasero rebotaba y hacía pequeñas olas.

No pasó mucho tiempo hasta que Jaekyung se corrió dentro del condón que estaba usando. Y tal como esperaba, esa sensación no apareció, por lo que al quitarse el condón, y anudarlo para prevenir que este se derramase. Se levantó para ir a tomarse una ducha en el baño de su habitación.

— Oye... ¿No vas a querer otra ronda? Me quedé con ganas de más

—  No... Vístete y lárgate — dijo Jaekyung, notablemente molesto y con ganas de más, pero simplemente no quería seguir cogiéndose a ese chico.

— No comí en todo el maldito día para que alguien me cogiese así de duro como tú y solamente durar unos cuantos minutos... Quiero otra ronda — dijo el chico, sonando aún más molesto.

—Ese no es problema mío... Anda — dijo Jaekyung, quien se acercó a donde tenía su pantalón, sacando su cartera, tomando unos billetes, y aventándoselos en la cara — Pareces bebé...

— Oye, no soy ninguna prostituta como para que me trates así ¿eh?... Por algo me buscaste, y tienes fama de aguantar mucho ¿Ahora porqué no?

— Porque no tengo tiempo ni la paciencia para aguantar tus quejas, tanto te molesta, regrésate a ese bar y búscate a alguien más.

— Ojalá no hubiera tenido mis expectativas altas sobre ti... Supongo que estarías mejor con tus dos brazos curados — dijo con ganas de causar drama, acercándose a Jaekyung para tomarlo del hombro y girarlo para reclamarle en la cara porque estaba de espaldas, pero nunca esperó lo que pasó después de esas palabras dichas.

La única respuesta que recibió fue un sutil, fuerte y rápido puñetazo en la nariz por parte de Jaekyung, cuyos ojos irradiaban pura furia.

— Demasiadas quejas, ¿no crees? — dijo Jaekyung, haciendo más grave su voz — Ahora lárgate.

— !Eres un maldito! — gritó furioso, con la mano en su nariz, ya completamente manchada de sangre — ¡Con razón estás como estás!

— Dije... ¡deja... mi... maldita... casa! — Jaekyung gritó aún más enojado — De todos modos no eres tan bueno como dices que eres, coges como virgen, me aburriste, ahora vete...

— ¡Hijo de puta!

El chico, como pudo, empezó a vestirse, y por orgulloso, le dejó los billetes sobre la mesita de noche a lado de la cama.

— Que se sepa que el karma existe, lo que da vuelta, vuelve... Eres un miserable — dijo el chico, por fin saliendo de la habitación, lo último que se escuchó en el penthouse fue el portazo de la puerta principal.

— Estúpido — dijo Jaekyung, aún desnudo.

Se duchó con cuidado y se puso sus pantalones de dormir negros y la bata del conjunto.

Las emociones de Jaekyung son un torbellino caótico. Inicialmente, la satisfacción momentánea de haber defendido su orgullo con un golpe certero es sobrepasada rápidamente por un vacío opresivo. Jaekyung, nuevamente solo, y con su respiración aún agitada y sus manos temblorosas por la adrenalina y la rabia.

El insulto sobre su brazo herido duele más de lo que le gustaría admitir. Cada palabra del chico resonaba en su mente, amplificando las inseguridades que ha intentado reprimir. El dolor físico de su lesión es insignificante comparado con la angustia emocional que ahora lo consume. La herida en su brazo parece simbolizar su vulnerabilidad, algo que ha pasado toda su vida tratando de ocultar.

Al verse reflejado en el espejo de su vestidor, Jaekyung veía más allá del físico fuerte y el rostro imperturbable que muestra al mundo. Ve a alguien roto, alguien que ha perdido una parte vital de sí mismo.

Como si le hubieses drenado su identidad, no se sentía él.

— Hoy fue otro día de mierda... Espero poder dormir — pensó Jaekyung para sí mismo, luego, se acostó en la cama y cerró los ojos.

Él ya es una persona con sueño ligero, y agregando que su insomnio empeoró después de la pelea con Baek, le resulta doblemente difícil conciliar el sueño.

Tan pronto cerró los ojos, recuerdos de Dan cuidando de él, preocupándose genuinamente por su bienestar eran reproducidos en su mente, contrastando con la frialdad de sus encuentros casuales actuales.

La comparación involuntaria con Dan es inevitable. Dan nunca lo habría insultado ni se habría burlado de su dolor. Siempre estuvo allí, brindando apoyo y comprensión, aunque no lo apreciara en su momento. Jaekyung siente una punzada de arrepentimiento y una soledad aplastante. La compañía efímera de extraños no llena el vacío que dejó Dan.

— Deja de pensar en él, maldita se-... ¿Qué mierda? — Jaekyung empezó a notar cierta incomodidad en su entrepierna... Lo tenía duro — Esto es humillante...

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora