[Esta parte tiene contenido no apto para todxs (suicidio). Lean bajo su propia precaución]
Dan se encontraba sentado al borde de un puente que quedaba muy lejos del suelo, por donde corría un hermoso río, sus pies colgaban en el vacío, balanceándose ligeramente sobre el río oscuro que apenas era iluminado por unas farolas dispersas. El agua reflejaba de manera intermitente las luces titilantes, creando un contraste inquietante con la calma de la noche.
Su mente inmersa en una tormenta de pensamientos y recuerdos.
— ¿Cómo llegué hasta aquí? — se preguntó, su voz apenas era un susurro comparado con el aullido de la brisa.
Recordaba vívidamente el momento en que todo comenzó a desmoronarse. Había sido despedido de la tienda de conveniencia después de que el jefe de zona lo encontrara durmiendo en su escondite, y este mismo obligó al gerente Jung a despedirlo.
— Ya no tengo donde dormir.
Cuando la lluvia comenzaba a caer aquella noche, fue asaltado y golpeado. No mucho después de haber tomado sus cosas de su escondite, le agradeció al gerente Jung por todo y salió del lugar completamente cabizbajo... No notó que un grupo de personas lo estarían acosando, forcejearían con él, lo tirarían al suelo moliéndolo a golpes y patadas, terminando sin la ropa que tenía guardada en una maleta al igual que productos de aseo personal.
— Me quitaron todo... incluso la última foto que tenía de mi abuela — susurró con la voz temblando, sintiendo un nudo en la garganta. La imagen que tanto atesoraba ahora estaba rota, la tinta se había corrido por el agua, desdibujando el rostro que tanto amaba.
Eso había sido el límite para él. Fue entonces cuando con una hoja de papel que halló por allí, escribió una carta de renuncia en la gasolinera, no hbaía nadie de su turno que le pudiese cuestionar sobre su decisión.
— El mundo y la vida me odia... Tragedia tras tragedia... Ya estoy harto de tanto dolor — dijo en voz baja, sus palabras flotando en el aire — No tengo ya nada que perder.
Dan miró una vez más el río, sintiendo la frialdad de la noche calar en sus huesos mientras un relampago caía cerca, iluminando el cielo por un efímero momento.
— Es hora de reunirme contigo abuela — pensó. Más lágrimas que se mecvlaban con la lluvia comenzaron a rodar por sus mejillas.
— Quizás muerto sea más feliz — dijo Dan para sí mismo, su voz estaba completamente quebrada por el llanto — A nadie le importaría hallarme muerto... Quizá solo soy una lacra en este mundo
En ese momento, todo parecía tan simple y claro. La idea de poner fin a su sufrimiento le daba una extraña sensación de paz. Dan cerró los ojos, permitiendo que los recuerdos de su abuela, su sonrisa cálida y sus abrazos reconfortantes, lo envolvieran una última vez.
Y fue cuando con cuidado, se empezó a poner de pie a la orilla del puente, que ya estaba algo resbalosa por la lluvia. Con la mirada perdida en el río oscuro, cerró los ojos y dejó que los recuerdos inundaran su mente, reviviendo su vida en una serie de flashes que se mezclaban con la fría brisa nocturna.
Los recuerdos de su infancia eran una mezcla de sombras y luces. Recordaba los días en que los prestamistas acosaban a su abuela y a él, exigiendo el dinero que nunca tenían. El miedo y la impotencia lo habían acompañado durante esos años.
A pesar de la pobreza, Dan siempre había logrado destacar en la escuela, obteniendo buenas calificaciones. Sin embargo, esto también lo convirtió en blanco de acoso. Los otros niños lo molestaban, burlándose de sus ropas gastadas y de su situación económica. Pero su abuela siempre estaba allí para consolarlo, ofreciéndole palabras de aliento y un pan con crema cada cumpleaños, simulando un pastel en medio del frío.
Los años pasaron y Dan se graduó, sintiendo una mezcla de orgullo y temor por el futuro incierto. Entró al servicio militar, donde aprendió disciplina y resistencia. El día que salió del servicio fue un momento de alivio, pero también de incertidumbre, preguntándose qué vendría después.
Consiguió trabajo en el hospital donde hizo residencia, pero el destino le jugó una mala pasada cuando fue injustamente despedido por un pervertido. Esto le impidió trabajar en otros hospitales de la zona justo cuando su abuela enfermó gravemente. La desesperación de no poder ayudarla lo consumía cada día.
El entrenador lo contrató para trabajar con Jaekyung y el Team Black. Al principio, hubo momentos efímeros de buenos tratos, pero estos eran eclipsados por la mayoría de las veces que Jaekyung lo trataba con desdén y crueldad. A pesar de todo, Dan se mantenía firme, haciendo su trabajo con dedicación.
Recordaba el día queJaekyung lo defendió de un primer sabotaje, tomando una bebida adulterada destinada al ojigris. Luego vino el día del sabotaje real, cuando fue acusado injustamente. Esa experiencia lo devastó.
El golpe más duro llegó cuando su abuela dejó de responder al tratamiento. Dan se desmoronó cuando le dijeron que ella no iba a mejorar. Su muerte fue un dolor indescriptible, un vacío que nunca podría llenar.
En medio de todo ese caos, hubo momentos que brillaban en su memoria. Recordaba la sensación de ser abrazado por Jaekyung, algo que había experimentado solo en momentos de intimidad y vulnerabilidad. Esos instantes le habían dado un respiro del dolor constante, una chispa de calidez en una vida fría.
Abrió los ojos y miró nuevamente el río. La mezcla de recuerdos felices y tristes le causaba un nudo en la garganta. Todo había culminado en ese momento, sentado al borde del puente, contemplando el fin de su sufrimiento.
Dan suspiró profundamente.
— Abuela... Voy vuelvo a casa — dijo Dan, permitiendo que las lágrimas fluyeran libremente mientras sentía el peso de su vida aplastarlo. La última imagen en su mente fue la de su abuela sonriéndole, ofreciéndole consuelo en sus sueños.
El sonido de la lluvia empezaba a intensificarse, mezclándose con el eco distante de la ciudad. Dan sentía que ya no tenía nada más que perder, que era hora de encontrar la paz que tanto anhelaba.
Empezó a inclinarse hacia adelante...
ESTÁS LEYENDO
[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)
Fanfiction[La mayor parte de los personajes no me pertenecen, solo los estoy usando para crear una historia. Créditos a sus respectivos creadores] [ESTA SÍ ES UNA HISTORIA JAEDAN] Joo Jaekyung se encuentra luchando contra sus propios demonios internos y las c...