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El avión aterrizó suavemente en el aeropuerto de Londres Heathrow.

Dan y Matthew descendieron del avión, atravesando el bullicio del aeropuerto con sus maletas. Dan, todavía procesando todo lo que estaba ocurriendo, miraba a su alrededor con asombro. Las voces, los acentos, el ambiente extranjero; todo era nuevo y emocionante.

Después de recoger su equipaje, se dirigieron a la estación de tren dentro del aeropuerto. Matthew, ya bastante familiarizado con el lugar, guiaba a Dan con confianza.

Tomaron el tren hacia Richmond-upon-Thames, al suroeste de Londres. Mientras viajaban, Dan observaba por la ventana, maravillado por el cambio de paisaje. Las casas y edificios con su arquitectura característica, los parques bien cuidados, y el río Támesis serpenteando a lo lejos, todo le parecía sacado de un cuento.

- Es hermoso - comentó Dan, casi en un susurro.

Matthew sonrió.

- Sí, lo es. Richmond es un lugar muy especial. Estoy seguro de que te encantará vivir aquí.

Después de una hora en el tren y un par de horas caminando por el pintoresco barrio, finalmente llegaron a lo que era la casa de Matthew, un dúplex, una casa tradicional de ladrillo rojo, con un pequeño jardín delantero lleno de flores.

Al llegar, Dan quedó impresionado por la fachada, que mostraba dos chimeneas que sobresalían, sugiriendo calidez y confort.

- Bienvenido a tu nuevo hogar Daniel - dijo Matthew, deteniéndose frente a la puerta, sacando la llave de la cerca.

Dan miraba la casa con asombro.

- Es... increíble. Sigo sin creer que realmente esté aquí.

- Pues pellízcate, porque esto es más real que un ship de One Direction - dijo Matthew, abriendo la cerca, y pasando a la casa, seguido por Dan - Vamos, te enseñaré tu parte de la casa - continuó mientras caminaba por un pequeño pasillo que llevaba a una planta baja - Yo vivo arriba, normalmente rento la casa de abajo, pero la última persona que estuvo aquí se mudó porque consiguió una casa más cercana a su trabajo, así que pensé que sería perfecto para ti.

- Matthew, esto ya es mucho. No quiero ser una carga para ti

- No te preocupes por eso, lo que quiero es que te adaptes y te sientas cómodo primero... No pienso cobrarte hasta que consigas un trabajo estable... No cobro mucho ya que en donde trabajo, la paga es buena... la tarifa que ocupo normalmente es de 70 libras al mes, pero por ahora, solo quiero que te sientas en casa... Espérame aquí.

Matthew con su maleta, subió rápidamente a su apartamento, tardando unos minutos hasta que regresó con una llave en la mano.

- Aquí tienes, Dan - dijo Matthew, entregándole la llave a Dan en sus temblorosas manos.

- Gracias, Matthew. Realmente, gracias.

- No hay de qué Dan, ahora instálate, en la noche traeré algo para cenar.

Dicho esto, Matthew regresó a las escaleras, subiendo a su parte de la casa.

Dan, nervioso, colocó la llave en la puerta de su apartamento, y abrió la puerta de su nuevo hogar, notando de inmediato la sencillez y la belleza del lugar.

La planta baja estaba pintada de un suave color crema, con contraventanas de madera y un pequeño jardín lleno de flores y plantas trepadoras.

Al entrar, Dan se encontró con una sala de estar acogedora, donde lo primero que llamó su atención fue una chimenea en una esquina, encajada en una pared de ladrillos expuestos.

La chimenea tenía una repisa de madera rústica decorada con espacio para fotos y velas. A su alrededor, cómodos sofás con mantas tejidas y almohadas en tonos cálidos invitaban a sentarse y relajarse.

La mezcla de muebles antiguos y modernos, con una mesa de café de madera envejecida y una alfombra de diseño minimalista le daba al espacio un aire equilibrado y acogedor.

La cocina, visible desde la sala, mantenía el mismo estilo cottage-core, con gabinetes de madera clara, encimeras de mármol y detalles en cobre.

Plantas colgantes y hierbas frescas en macetas pequeñas le daban un toque de vida y frescura. Una gran ventana sobre el fregadero dejaba entrar la luz del sol, iluminando todo el espacio con un brillo natural.

A medida que Dan recorría el lugar, no podía evitar pensar en su abuela. Imaginaba cómo ella hubiera disfrutado de la calidez de la chimenea, leyendo un libro junto al fuego o tomando una taza de té en la acogedora sala de estar. La casa tenía un aire de hogar que le hacía sentir una mezcla de nostalgia y esperanza.

El dormitorio principal tenía una cama matrimonial cubierta de edredones suaves y una ventana que daba al jardín, parecía el lugar perfecto para descansar después de un largo día. Las paredes estaban adornadas con cuadros de paisajes y detalles sencillos, que añadían carácter sin abrumar el espacio. No sabía si el inquilino anterior los dejó aquí, pero daba un toque acogedor.

Dan respiró hondo, sintiendo una sensación de tranquilidad. Pensó en cómo, a pesar de todo lo que había dejado atrás, este nuevo hogar en Londres ofrecía una oportunidad para comenzar de nuevo, en un lugar que, aunque diferente, tenía el potencial de convertirse en un verdadero hogar.

Los muebles eran básicos pero de buen gusto, con una mesa de comedor pequeña, un sofá acogedor, y una cocina bien equipada. Las ventanas dejaban entrar una luz suave que hacía que todo se sintiera cálido y acogedor.

Cada detalle le parecía un lujo después de todo lo que había pasado. Se sentó en el sofá, respirando profundamente, sabiendo que este era el comienzo de una nueva vida.

- Bienvenido a tu nueva vida, Kim Dan.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora