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[Esto ocurre terminando la parte 27]

La lluvia no parecía detenerse pronto esa noche.

Jaekyung estaba sentado en su penthouse, la pantalla del televisor todavía mostrando imágenes del reportaje que acababa de ver.

Las palabras del titular resonaban en su cabeza: Kim Dan, ex-fisioterapeuta del Team Black es inocente.

Un nudo en su estómago se apretaba cada vez más mientras los recuerdos se acumulaban, uno tras otro, sin piedad, como si fueran golpes que recibe y da en el ring.

Se recostó en el sofá, sus ojos fijos en el techo, pero su mente estaba lejos, perdida en el pasado. La última vez que vio a Dan, sus lágrimas brillaban bajo la luz tenue de aquel vestidor en la arena, justo después de la pelea.

¿De verdad me crees capaz de traicionarte?

Las palabras de Dan resonaban en su mente, claras y dolorosas. Ahora, entendía la desesperación en su voz, la verdad en sus lágrimas. Sintió una punzada de culpa y arrepentimiento, algo que no había experimentado en mucho tiempo.

— Nunca mintió...

Reviviendo esos momentos, recordaba cómo lo maltrataba, cómo despreciaba cada esfuerzo de Dan. Su mente viajaba a los entrenamientos, a las veces que Dan le había advertido sobre los riesgos, sobre la posibilidad de una lesión si no tomaba sus recomendaciones en serio. Pero Jaekyung, arrogante y terco, había ignorado todo.

¡A la mierda Kim Dan! Conozco mi cuerpo mejor que tú, sé lo que hago.

Las palabras duras que solía decirle ahora pesaban como una losa en el pecho. Recordaba las miradas de dolor y frustración de Dan, cada vez más frecuentes, cada vez más profundas.

Se levantó del sofá y caminó hacia la ventana, mirando el horizonte de la ciudad, pero sin realmente verlo. La imagen de Dan, con su rostro lleno de lágrimas y dolor, estaba grabada en su mente.

— Esto es una mierda...

El recuerdo de la mirada de Dan cuando lo defendió de las acusaciones de la bebida adulterada de su pelea de Estados Unidos. Dan siempre había estado ahí, leal y dispuesto a todo por él, incluso cuando no lo merecía. Primero pensaba que era lo mínimo que podía hacer, ahora, por algún motivo, lo veía de otra forma.

La culpa lo abrumaba. Recordaba cómo Dan solía esperarlo pacientemente, siempre con una palabra de aliento, incluso cuando Jaekyung no se lo merecía, siempre servicial, aún sabiendo que lo hacía por mera necesidad. Y él, en respuesta, lo había despreciado y tratado como basura.

Un suspiro pesado escapó de sus labios mientras cerraba los ojos, tratando de encontrar una solución, una manera de enmendar el daño, sentir que podía tener algo de control de la situación. Pero sabía que algunas heridas eran difíciles de sanar, y que podría ser demasiado tarde para pedir perdón. Como en cierta historia de un autora amante de los finales realistas jaja... No diré quién soy.

— ¿A dónde carajo fuiste?

Pero sus palabras se perdieron en la vastedad de la habitación, sin llegar a los oídos de quien más necesitaba oírlas. La realidad de su soledad se hacía más evidente, y el peso de sus acciones pasadas lo hundía más en ella.

— Lo menos que puedo hacer es pedir perdón... Es sorprendente que vaya a hacer esto.

Jaekyung sabía que tenía una tarea clara: enmendar su error, buscar a Dan y hacer todo lo posible por compensar el daño que le había causado.

El ojigris tomó su teléfono con mano temblorosa. Sus dedos buscaron el número de Dan, esperando que él respondiera, que le diera una oportunidad de explicarse, de disculparse, y ver si lo de que hablaron cuando estaba en el hospital era real.

Pulsó el botón de llamada y llevó el teléfono a su oído, escuchando el tono de marcado que sonaba interminable.

— Contesta...

El tono seguía y seguía, pero nadie contestaba. Jaekyung intentó de nuevo, y luego otra vez, cada vez con más desesperación. Pero el resultado fue el mismo: silencio. Finalmente, la llamada se desvió al buzón de voz.

El número que usted marcó no está disponible en este momento. Por favor, deje su mensaje después del tono.

Volvió a intentarlo, pero la llamada seguía sin respuesta. Una sensación de impotencia comenzó a invadirlo. Jaekyung no era alguien que se rindiera fácilmente, así que siguió intentando, una y otra vez, con la esperanza de que Dan respondiera eventualmente.

Después de varios intentos fallidos, Jaekyung dejó un mensaje de voz.

Oye Kim Dan... Por favor, contesta. Necesito hablar contigo... Por favor, llámame cuando escuches esto.

Pero sabía que las palabras, incluso dichas con la mayor sinceridad, a menudo no eran suficientes para reparar el daño hecho.

Siguió llamando, con la esperanza de que Dan simplemente estuviera ocupado y no evitando sus llamadas. Cada vez que el tono de llamada resonaba sin respuesta, su desesperación crecía.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora