20

739 102 5
                                    

Dan, algo mareado, con dolor de cabeza, y confundido, empezó a abrir los ojos, estaba en la oficina del gerente.

— Dan... Pensé lo peor, me alegra verte despierto — sonó la voz del gerente entrando con una Coca-Cola y un ramen instantáneo recién preparado que dejó sobre su escritorio — Por favor, siéntate un momento.

Dan, quien estaba acomodado entre dos sillas, se incorporó con las fuerzas reunidas después de lo que le haya pasado, estab comkpletamente desconcertado.

— ¿Qué fue... qué pasó?

— Te desmayaste — dijo el gerente — Mientras atendía y todos veíamos la noticia del peleador ese... De repente empezaste a tambalear y te desplomaste

— Perdón... Es que... Creo que la... La noticia me afectó o algo, ya salgo a trabajar en un momento

— Hoy descansa Dan, no te ves bien

— Gerente, por favor, necesito tr-

— Y también necesitas un descanso Kim, no te ves bien — dijo el gerente, notablemente preocupado — Y hablando de descanso... Estaba moviendo unas cajas en la bodega... Y encontré algunas cosas tuyas detrás de una caja... Sé honesto... ¿Estas semanas has dormido aquí?

Dan se tensó, su mirada se llenó de miedo.

— Sí...

— ¿Por qué? Solo quiero saber

— No tengo casa... Desde hace ya unos meses — dijo Dan, jugando muy nervioso con sus manos — Lo siento mucho... No tengo a dónde ir... Si me despides, no sé qué haré...

Le gerente Jung suspiró y se pasó una mano por el cabello, visiblemente conflictuado.

— Mira, Dan, no te voy a despedir... Pero necesitas tener más cuidado. No puedes dejar que otros lo descubran, especialmente el jefe. Puedes seguir quedándote ahí, pero hazlo de forma discreta. ¿Entendido?

— Sí... Gracias. De verdad, muchas gracias. Prometo que seré más cuidadoso.

El gerente Jung asintió y le da una palmadita en el hombro antes de levantarse para volver al trabajo y atender a los clientes.

— Recupérate un poco, te traje ese ramen, come, descansa un rato, y vuelve a trabajar cuando te sientas mejor... Te voy a cubrir.

Dan asiente, aún recuperándose del impacto, y asintió con la cabeza. Bebió otro sorbo del refresco y tomó un respiro profundo, sabiendo que tiene que seguir adelante.

Se acercó al escritorio, notando que el ramen aún seguía emitiendo vapor.

No merezco que me traten bien... No lo merezco.

Mientras tanto...

El quirófano donde Jaekyung estaba siendo operado estaba lleno de médicos que iban de aquí para allá. El monitor de frecuencia cardíaca emite un pitido constante, mientras los cirujanos trabajan frenéticamente para estabilizar su condición.

— Paciente masculino, veintisiete años, múltiples contusiones y desgarro grave en los músculos del manguito rotador, hemorragia interna en el hombro izquierdo.

— Está perdiendo sangre — dijo la cirujana principal — Necesitamos detener el sangrado ahora mismo.

— La presión arterial está bajando, rápido, necesitamos más sangre.

Los cirujanos intercambian herramientas quirúrgicas, la atmósfera está cargada de tensión. El rostro inconsciente de Jaekyung, era iluminado por las luces quirúrgicas.

— El pulso está disminuyendo.

— Preparen el desfibrilador. No podemos perderlo ahora.

Un sonido de alarma suena cuando el monitor muestra una caída en la frecuencia cardíaca de Jaekyung. La enfermera coloca las paletas del desfibrilador en el pecho del peleador.

— ¡Despejen!

Un fuerte zumbido y el cuerpo de Jaekyung se sabido ligeramente. El monitor muestra una línea plana.

— Otra vez... ¡Despejen!

La descarga eléctrica en el cuerpo de Jaekyung por un momento no ocasionó alguna reacción, pero antes de ir por el tercer y último intento antes de ser declarado muerto, esa descarga junto con la administración de sangre, lograron que el monitor de pulso y presión mostrase datos.

— Vuelve a tener pulso. Presión estabilizada, por ahora.

— Bien, sigamos con la sutura interna. No hemos terminado aún.

La cirujana principal estaba haciendo su mayor esfuerzo mientras sus compañeros continúan trabajando administrando sangre, aspirando la sangre dentro del area dónde se estaba operando.

Volviendo a la tienda de conveniencia...

Dan se hallaba sentado en la parte trasera, tratando de calmarse. Las imágenes de Jaekyung siendo llevado al hospital siguen repitiéndose en su mente, mezcladas con recuerdos de su tiempo juntos.

— Jaekyung...

— Dan, ¿cómo te sientes? ¿Cómo estuvo el ramen?

— Delicioso, gracias — dijo Dan fingiendo su sonrisa, aunque era hermosa, no había una satisfacción como la que solía sentir mientras comía.

— Bueno... En un minuto tendré que empezar a irme a casa... Prepárate ya que hoy es tu turno difícil.

— Lo entiendo... Gracias una vez más.

— No hay de qué, en algún momento todos necesitamos ayuda.

El gerente asiente y se aleja, dejando a Dan solo con sus pensamientos. Dan cierra los ojos y toma una respiración profunda, intentando encontrar algo de calma en medio del caos que siente por dentro.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora