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— Linda vista ¿No? — dijo Jaekyung, intentando mantener un tono casual, pero en su interior, sentía un torbellino de pensamientos y emociones.

El azabache miró a Dan de reojo, notando la forma en que la luz del atardecer iluminaba su rostro, resaltando sus rasgos y la profundidad de sus ojos.

— Te traje algo — agregó Jaekyung, levantando la brocheta de carne.

Dan se giró hacia él, una pequeña sonrisa se mostró en sus labios.

— Gracias — respondió Dan, tomando la brocheta de la mano de Jaekyung. Mientras mordía un trozo, sus ojos se encontraron, y por un momento, el mundo a su alrededor se desvaneció.

— ¿Todo bien? — preguntó Jaekyung, su voz suave, mientras su mirada se mantuvo fija en Dan, buscando cualquier indicio de lo que estaba sintiendo.

— Solo... solo estoy pensando — dijo Dan, dejando que el sabor de la carne llenara su boca — Mi vida ha cambiado mucho, y a veces me cuesta procesarlo.

Jaekyung asintió, sintiendo que había mucho más detrás de esas palabras. Mientras el sol seguía su descenso, ambos se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía del otro y el aire fresco del mar.

— ¿En qué aspecto? — preguntó curioso el azabache, encontrándose nuevamente con los ojos miel de Dan.

— Cuando mi abuela murió... Fue como si... Como si una cadena larga, extremadamente pesada me estuviese jalando del pecho me estuviese hundiendo, sin poder siquiera respirar, asfixiándome de a poco... Fue demasiado abrumador... El mundo se me vino abajo... — las palabras de Dan salían de un lugar del que aún emanaba un atisbo de dolor — No quise ayuda porque ya había causado muchos problemas, sentía que me merecía todo ese sufrimiento, que era mi castigo... lo del sabotaje en la pelea, la deuda que aún tengo contigo, la muerte de mi abuela, el maltrato que sufrí cuando empecé a trabajar en todos los empleos que tomé cuando llegamos a Gureumhae... Todo fue como si me estuviese sumergiendo el lo más profundo del mar...

Jaekyung no decía nada, solo notaba como Dan iba contando todo, lágrimas se empezaban a agolpar en su rostro...

— Intenté matarme ¿Sabes? — dijo Dan, limpiándose una lágrima — Estaba completamente desesperanzado sobre la vida en la que me sentí que iba a estar condenado el resto de la vida... Después de que alguien detuvo mi caída en ese puente, uno donde pasaba un hermoso río, aún sentía que no tenía una razón por la cual seguir... Unos días después de eso sentí que de verdad podía haber esperanza para mí cuando empecé mi trámite de la licencia médica y cuando me pude ir de Corea... 

Jakeyung solo escuchaba atentamente como Dan contaba aquello, las lágrimas se agolpaban una tras otra, ya sabía lo que había pasado pero el escucharlo de Dan era todavía más impactante y doloroso...

— Mi últimos días en Corea, en la playa del pueblo, fue donde hice una promesa a mi abuela... Que iba a retomar mi vida, y todo lo que hiciese, lo iba a hacer bien...

Estas últimas palabras resonaron en Jaekyung, y fue cuando por fin exhaló ligeramente, epserando que sus palabras sonaran lo más sinceras posibles.

— Después de que todo se aclaró y descubrimos que tú eras inocente, intenté contactarte — dijo Jaekyung, con la mirada fija en el horizonte — Te llamé, te mandé mensajes... No podía contactarte...

Dan frunció el ceño, sorprendido por esta revelación

— ¿De verdad? 

Jaekyung solo asintió con la cabeza.

— No supe cómo llegar a ti, solo te fuiste dejando esa carta... Incluso fui a Gureumhae para hablar contigo, pero llegué tarse... ya te habías ido — dijo Jaekyung — Quería pedirte perdón personalmente, por todo lo que pasó, por no haberte creído, incluso, quería ofrecerte otra oportunidad para trabajar en el Team Black ora vez, ya no solo para mí... 

Dan sintió un nudo en la garganta

— ¿Fuiste a buscarme hasta allí? — preguntó Dan, su voz apenas un susurro.

— Sí — dijo Jaekyung, girándose para mirarlo a los ojos.

El peso de su confirmación cayó sobre Dan, quien no pudo evitar que las lágrimas llenasen sus ojos. 

— Yo... yo no sabía... — dijo Dan —Pensé que te habías encontrado un reemplazo tanto para fisioterapeuta... y para tu ritual...

— Nunca lo hice... Ninguno fue competente, y nadie me hacía sentir pleno como tú — dijo Jaekyung — Después de salir del hospital por la segunda cirugía... Me di cuenta que realmente eras... Eras algo que ya no solo se resumía a eso... Tarde me dí cuenta de que realmente me importas Kim Dan... Ya no como objeto ni herramienta, sino como persona...

Dan estaba dudando si lo que estaba oyendo era real o simplemente otra ilusión, similar a la de la noche anterior.

Conocía a Jaekyung como alguien reservado, brusco y demasiado gorsero y egoísta, esta apertura emocional parecía tan fuera de su carácter que casi no podía creerlo.

¿Es realmente él? ¿Está diciendo todo esto de verdad? — pensó Dan. Observó a Jaekyung detenidamente, buscando algún indicio de insinceridad o duda, pero lo que encontró fue una mirada cargada de sinceridad y arrepentimiento.

El sol se ponía lentamente, bañando la playa en un resplandor dorado, mientras las palabras de Jaekyung colgaban en el aire. Dan sintió el peso de las emociones acumuladas en su pecho, una mezcla de dolor, amor y miedo. La honestidad de Jaekyung era desconcertante, pero también profundamente conmovedora.

El corazón del ojimiel latía con fuerza, atrapado entre el deseo de creer y el temor de ser herido de nuevo. La vulnerabilidad en la voz de Jaekyung y la mirada genuina en sus ojos parecían auténticas, pero Dan no podía evitar sentirse cauteloso.

La calidez del momento y la sinceridad de sus palabras anteriores le dieron el valor necesario a Jaekyung  para decir lo que sentía.

— Kim Dan — comenzó Jaekyung, con voz firme pero cargada de emoción — Yo... Me gustaría pedirte algo...

— ¿Qué es? — preguntó Dan.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO I (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora