Los cantos de la afición aturdían a los jugadores, una lluvia de papelitos blancos y rojos les nublaba la vista y las bengalas rojas teñían los cielos, el Pecho de Mesut subía y bajaba con fuerza, su corazón iba a mil y tenía la mente enfocada en el partido, veia una y otra vez hacia la gradas, tratando de memorizar todo, el himno del Sevilla sonaba desde los parlantes, Sergio tarareaba junto a el público los cántico de su ex equipo de forma disimulada ya que Mourinho lo mataría si lo llegaba a ver, pese a la voz dulce de Ramos nada bajaba la ansiedad del turco, si perdían, no, no podían perder, Mou los había convencido de ello, no había margen de error, incluso si tenían la vuelta, era mejor acabar con esto de una vez, eliminar todo tipo de esperanzas de los rivales y pasar con calma, el Barcelona había ganado la vuelta y esto los llenaba de presión, por un lado quería llegar a la final y sacarse aquella espina que tanto les había dolido del último clásico, pero, para ser totalmente honesto, Özil tenía algo de miedo.El himno del Madrid inicio, los jugadores y los niños que habían formado con ellos comenzó a entonar la canción junto a la afición, sus voces se mezclaban y había algo casi romántico en el aire, como una canción de amor, una ley de vida que los unia, entre los cantos y los papelitos, Mesut observo a las personas que llevaban el conjunto blanco, había ilusión en sus ojos, amor, un amor que no puede comprarse con ningún otro, uno incondicional, un amor que mueve montañas, algunos cerraban los ojos y cantaban con fuerza, un pinchazo en el corazón lo hizo ahogarse entre sus recuerdos, a todos ellos, a todos y cada uno de ellos, los había decepcionado, cuando perdieron contra el Barcelona algo cambio en él, no había sido valiente, se guardo sus sentimiento y tuvieron que cambiarlo por qué no lo hizo bien, era una vergüenza, teme, teme volver a sentirse impotente, un completo idiota, teme sentirse avergonzado por ser turco, de ser musulmán, teme que vuelvan a humillarlo y que termine por decepcionar a todos los aficionados, a sus padres, a Mourinho, a Sergio, a si mismo.
Casi sin darse cuentas sus ojos de cristalizaron y su semblante cambio, aquel sentimiento oscuro de temor se plasmaba en su rostro, vio como la camara iban enfocando a los jugadores, su pecho subía y bajaba con fuerza, imperventilandose por la desesperación de aquellos recuerdos, se sentía agobiado y se le dificultaba respirar cuando sintió como Ramos, quien habia notado la actitud de Mesut, paso uno de sus brazos por encima de sus hombros, al estar en un ambiente publico las muestras de afecto tenian que ser mas fraternales para guardar las apariencias, le dió un pequeño masaje sobre el hombro izquierdo, mesut lo miro a los ojos y trato de encontrar confianza en él, Ramos le dió una media sonrisa y lo animó a cantar, sus labios temblaron un poco pero siguió la canción como pudo.
- La equipación negra te queda pinta'- le dijo Sergio con intención de distraerlo, Mesut habia estado muy nervioso los últimos días y Ramos lo sabía.
- ¿Que?- dijo algo desconcertado, esperaba todo menos un coqueteó y más durante el himno.
- Y esas medias te quedan genial, muy ajustadas para mí gusto, vaya, si estuviéramos solos quizás me gustaría más pero no me gusta que otros te vean así- soltó una risa al ver la cara de asombro del turco, Sergio siempre disfruta de molestar a su niño.
- ¡Sergio!- lo regaño avergonzado, el niño que estaba con Mesut giró el rostro para ver las piernas del turco, los había escuchado y dentro de su inocencia creía que Ramos solo le había dado un cumplido a su compañero.
- Ojos al frente- Ramos empujó suavemente el rostro del menor, Mesut no se había percatado que el niño los había escuchado y Sergio lo agradeció ya que seguramente le hubiera echado la bronca.
El himno acabo y cada uno se dispuso a formarse en su respectivo lugar pero Sergio no podía dejar pasar la ocasión para coquetear con su novio, y es que la equipación negra lo volvía loco, el pelo lago y alborotado de mesut se perdía en el negro de la camiseta y la piel del turco parecía aún más palida de los normal, como un muñeco de porcelana, Ramos se miria por enterrar sus dientes en él y dejarle marcas por todas partes, a veces le sorprende lo enamorado que está, Özil provocaba todo tipo de sentimientos en él.
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El arte de Ser
RomanceSergio había escuchado algunas cosas sobre mesut özil, su gran desempeño en el bremen y su magnífica participación en el mundial, hoy España tiene que jugar un partido muy importante que los enfrentará por primera vez.