Katherine despertó lentamente, aún sumida en un suave letargo. La luz de la mañana se colaba a través de las cortinas, iluminando la habitación con un tono cálido y dorado. Parpadeó un par de veces, desorientada por un segundo, hasta que notó el peso firme de un brazo rodeando su cintura. El calor que emanaba de ese contacto trajo de vuelta la memoria de la noche anterior como un torrente incontrolable.
Su corazón dio un vuelco.
Haël estaba a su lado, su pecho subiendo y bajando rítmicamente, profundamente dormido. La cercanía de su cuerpo era abrumadora. Katherine pudo sentir la calidez de su respiración en la piel de su cuello, y su aroma familiar, ahora mezclado con el leve olor metálico de la sangre, llenaba el aire. Por un momento, simplemente lo observó, su rostro tan pacífico que parecía un contraste total con el hombre que conocía despierto: frío, implacable, siempre controlado. Esa vulnerabilidad que rara vez mostraba ahora la envolvía como una niebla densa.
Katherine cerró los ojos de nuevo, queriendo aferrarse a la tranquilidad del momento, pero los recuerdos insistentes no tardaron en invadir su mente. El beso. Las caricias. La intensidad de lo que habían compartido. Todo había sido tan visceral, tan lleno de una pasión contenida que ninguno de los dos había logrado controlar. Habían cruzado una línea, y no había marcha atrás.
Sintió un ligero estremecimiento al recordar el momento en que se había rendido por completo a sus deseos, a pesar de sus dudas, a pesar de lo peligrosa que sabía que era esa conexión. El cuerpo de Haël aún irradiaba calor contra el suyo, y la realidad de lo que había sucedido entre ellos la golpeó de nuevo. Había dejado caer las barreras que tanto le había costado levantar.
Abrió los ojos y lo miró una vez más. Él seguía durmiendo, su ceño fruncido, como si incluso en el sueño estuviera luchando con algo. Katherine sintió una punzada en el pecho. Había visto a Haël en su estado más vulnerable, y eso le había revelado una parte de él que hasta entonces había permanecido oculta, enterrada bajo capas de frialdad y distancia. Quizás esa noche no solo había sido un punto de no retorno para su relación, sino también para él mismo.
Movió la mano con suavidad, acariciando apenas con la yema de los dedos su mandíbula áspera por la barba incipiente. Un pequeño gesto, lleno de ternura, casi inconsciente. No quería despertarlo, pero había algo en esa cercanía que la hacía querer permanecer a su lado, cuidar de él, asegurarse de que no se quebrara bajo el peso de sus propios demonios.
Katherine suspiró, sintiendo la contradicción que había crecido en su pecho desde que había conocido a Haël. Sabía que lo que sentía por él iba más allá de la atracción física. Había una conexión profunda, peligrosa, que los unía, y aunque una parte de ella seguía temiendo a dónde los llevaría, ya no podía negarlo. Aún así, había preguntas que resonaban en su mente. ¿Qué significaba todo esto ahora? ¿Cambiaría algo entre ellos, o simplemente seguirían pretendiendo que nada había pasado?
En ese momento, Haël se movió ligeramente, soltando un leve gemido antes de abrir los ojos con lentitud. Sus pestañas revolotearon un par de veces antes de enfocarse en Katherine, quien lo observaba en silencio. Un destello de reconocimiento cruzó por su mirada, seguido de una pequeña sonrisa, cansada pero sincera.
—Buenos días —murmuró Haël, su voz ronca por el sueño.
Katherine sintió su corazón acelerarse al oír su tono suave, diferente al de siempre. Se esforzó por devolverle la sonrisa, aunque la confusión aún persistía en su interior.
—Buenos días —respondió en un susurro, sin saber exactamente qué decir después de lo que había pasado la noche anterior.
El silencio que siguió no fue incómodo, pero estaba cargado de todo lo que ambos sabían que tendrían que enfrentar. Haël la miró a los ojos, y por un instante, no hubo necesidad de palabras. Ambos sabían lo que había ocurrido, lo que habían sentido, pero ninguno parecía dispuesto a romper esa frágil burbuja de calma en la que se encontraban.
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NIX.
Teen FictionKatherine siempre había sido el alma de la fiesta, una joven llena de sueños y risas. Pero cuando un extraño, Haël, comienza a seguirla en secreto, su vida da un giro inesperado. Aunque no se conocen, la intensidad de la obsesión de Haël por ella se...