La luz del hospital brillaba de una manera fría y aséptica. Los pasillos, con su blanco inmaculado y su eco constante, daban la sensación de una calma inquietante, que contrastaba enormemente con la tormenta de emociones que Katherine sentía en ese momento. El olor a antisepticida era fuerte, un recordatorio constante del peligro que acababan de enfrentar. Jake, que seguía semiinconsciente, fue llevado rápidamente a la sala de urgencias, rodeado por personal médico que no perdió tiempo en atenderlo. Pero Katherine... Katherine estaba sola, y su ropa empapada en sangre lo decía todo.
Una camisa manchada de rojo, la que antes había sido blanca, se pegaba a su piel, cubriéndola de sangre que no era solo de Jake. La adrenalina ya comenzaba a decaer, y el cansancio le pesaba en cada músculo. La herida de Jake, aunque grave, no era tan terrible como la incertidumbre de haber salido ilesa de una situación tan violenta. Se había cubierto de sangre mientras intentaba protegerlo, y esa imagen se quedaría con ella durante mucho tiempo.
En la sala de espera, Katherine se apoyó contra una de las paredes, respirando profundamente. Sabía que debía mantenerse fuerte, pero la tensión de los últimos minutos seguía dominando su cuerpo. No podía quitarse la sensación de que algo más estaba en juego, algo que iba mucho más allá de lo que había sucedido con los disparos.
En ese momento, su mente se desvió hacia Haël. Aunque su presencia en el hospital era inevitablemente esperada, no podía dejar de preguntarse si llegaría pronto. No podía negarlo: su presencia era reconfortante, aunque su manera fría y controladora a veces la hacía sentir atrapada. Pero lo peor de todo era que, incluso cuando quería estar lejos, había algo en él que la hacía sentirse segura. Y en ese momento, eso era lo único que necesitaba.
Su concentración se rompió cuando una figura apareció en el pasillo. Kevin.
Allí estaba, con su uniforme de enfermero, el mismo que ella había dejado atrás meses antes cuando fue expulsada. Su presencia la golpeó como una bofetada, y por un momento, todo lo que había sentido por él -la furia, la incomodidad, el dolor- regresó de golpe.
-Vaya, vaya... -dijo Kevin, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. Su tono era entre sarcástico y condescendiente, como si disfrutara de su situación-Parece que la vida que te advertí que tendrías con Haël está tomando forma. Veo que te ha costado, pero aquí estás, cubierta de sangre. ¿Lo esperabas, Kath? ¿En serio pensaste que podías seguir con ese tipo y que todo sería fácil?
Katherine se tensó, su cuerpo ya preparado para lo que se avecinaba, pero también sintiendo un repentino vacío en su estómago. Su mirada se endureció mientras sus ojos se fijaban en él, tratando de ignorar los recuerdos dolorosos de su tiempo trabajando en el hospital y la humillación que había tenido que soportar por culpa de él.
Kevin dio un paso más hacia ella, su mirada lasciva e insidiosa, mientras sus palabras seguían cayendo como gotas de veneno.
-Siempre te dije que este sería tu destino, Kath. Una vida llena de violencia, de caos. Tú eres demasiado buena para estar con alguien como Haël. Y sabes que mi oferta sigue en pie. No es tarde para dejar esa vida atrás y venir conmigo. Yo siempre estuve dispuesto a cuidarte. Estaba dispuesto a hacer todo por ti. Si hubieras aceptado mi propuesta, ahora no estarías en esta situación, ¿verdad?
La rabia comenzó a hervir en el pecho de Katherine. Sabía que no debía reaccionar, que las provocaciones de Kevin solo buscaban sacarla de quicio. Pero no podía evitarlo. La idea de que este hombre, este miserable, estuviera sugiriendo que ella estaba donde estaba por elección, simplemente por estar con Haël, la llenaba de furia.
-No te atrevas a hablarme de lo que es mi vida -dijo con voz baja y tensa, mirándolo con desdén-No sabes nada de lo que es estar con Haël, y mucho menos de lo que yo quiero. Me deshice de ti porque no te quería en mi vida. Y si alguna vez creí que podía confiar en ti, eso ya no tiene sentido. No eres más que un imbécil.
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NIX.
Teen FictionKatherine siempre había sido el alma de la fiesta, una joven llena de sueños y risas. Pero cuando un extraño, Haël, comienza a seguirla en secreto, su vida da un giro inesperado. Aunque no se conocen, la intensidad de la obsesión de Haël por ella se...