Katherine parpadeó varias veces, intentando despejar la neblina que envolvía su mente. El suave roce de las sábanas contra su piel la hizo sentirse un poco más consciente, pero la sensación de resaca la golpeó de inmediato. Se giró, sintiendo un mareo ligero que la obligó a cerrar los ojos nuevamente. Sin embargo, cuando se dio cuenta de que no estaba en su casa, sino en la habitación de Haël, su corazón dio un vuelco.
Con un esfuerzo, levantó la cabeza y lo vio a su lado, dormido, su cabello desordenado y su rostro sereno. La visión de él, tan tranquilo, le trajo un pequeño alivio y una sonrisa involuntaria a sus labios. Sin embargo, su mente aún luchaba por recordar los eventos de la noche anterior. Las risas, la música, sus palabras... ¿había realmente dicho que iban a estar juntos toda la vida? Se ruborizó al pensarlo.
Intentando no hacer ruido, Katherine buscó su teléfono en la mesita de noche. La pantalla iluminada reveló un mensaje del hospital. Se sentó con cuidado, el mareo aumentando con el movimiento, y abrió el mensaje.
"Urgente: Necesitamos reunirnos contigo para discutir un tema serio. Por favor, contacta a la administración lo antes posible."
Las palabras se quedaron grabadas en su mente, haciendo que su corazón se acelerara. Se le ocurrió que podría ser algo relacionado con Kevin, aunque esperaba que no fuera así. La idea de tener que enfrentar nuevamente esa situación la llenó de ansiedad.
Miró a Haël, quien continuaba dormido, con su expresión tranquila y poderosa. En esos momentos, se sintió agradecida de tenerlo a su lado, de alguna manera era un ancla en medio de la tormenta de emociones que la envolvían. Pero, ¿podría recurrir a él para pedirle apoyo con respecto al hospital y todo lo que eso implicaba? La conexión entre ellos era intensa, pero aún era nueva, y no quería poner más presión sobre la situación.
Respiró hondo, intentando calmarse. Tenía que averiguar qué estaba pasando. Se levantó cuidadosamente de la cama, notando la ligera palpitación en su cabeza. Se dirigió al baño, dispuesta a lavarse la cara y tratar de recomponerse antes de hacer la llamada al hospital.
Mientras se miraba en el espejo, recordó la noche anterior. La risa, la música, y esa conexión con Haël que parecía más profunda que cualquier otra. A pesar del desasosiego que la aguardaba, había una parte de ella que deseaba aferrarse a esa felicidad fugaz.
Con la determinación en la mirada, salió del baño y se dirigió a la sala, dispuesta a buscar su teléfono y llamar al hospital. Pero antes de hacerlo, no pudo evitar mirar una vez más a Haël, sintiendo que la tranquilidad que él emanaba era justo lo que necesitaba en ese momento de incertidumbre. Sin embargo, el tiempo no se detendría, y debía prepararse para lo que vendría.
Katherine se sentó en el borde de la cama, sintiendo la frescura de las sábanas y el suave crujido del colchón. Observó a Haël, quien aún dormía con una expresión serena. Era difícil no sentirse segura en su presencia; su fortaleza y determinación eran un bálsamo para la inquietud que le generaba el mensaje del hospital.
Decidida, tomó su teléfono y buscó el número de la administración. La pantalla iluminó su rostro en la penumbra de la habitación. Mientras esperaba que la llamada se conectara, sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho, anticipando lo que estaba por venir.
-Hospital General, ¿en qué puedo ayudarle? -respondió una voz al otro lado de la línea.
-Hola, soy Katherine-dijo, tratando de que su voz sonara firme a pesar del nerviosismo que sentía-Recibí un mensaje sobre una reunión urgente.
-Ah, sí, Katherine. Gracias por llamar. Necesitamos que venga a la sala de reuniones en el tercer piso lo antes posible. Hay un asunto que requiere su atención inmediata.
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NIX.
Teen FictionKatherine siempre había sido el alma de la fiesta, una joven llena de sueños y risas. Pero cuando un extraño, Haël, comienza a seguirla en secreto, su vida da un giro inesperado. Aunque no se conocen, la intensidad de la obsesión de Haël por ella se...