Capítulo 76.

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El sol apenas comenzaba a alzarse, tiñendo el cielo de un tono dorado y suave, mientras el aire fresco de la mañana envolvía el patio trasero del club. El sonido de los golpes, el cuerpo impactando contra el suelo y el respiro entrecortado de quienes entrenaban, llenaba el aire. Era temprano, casi nadie más estaba despierto, pero Katherine ya estaba allí, con su cabello recogido en una coleta, vestida con ropa cómoda y ajustada, enfocada en su entrenamiento.

Lucas se movía ágilmente frente a ella, sus movimientos rápidos, precisos, intentando mantener la ventaja. Katherine, aunque visiblemente más agotada de lo que pretendía mostrar, no perdía el ritmo. Sus piernas se movían con fuerza, esquivando y golpeando con precisión, respondiendo a cada movimiento de Lucas con una intensidad que sorprendía incluso al propio Lucas. Ella tenía una rapidez instintiva, una capacidad para leer los movimientos de su oponente y anticiparse a ellos, como si la práctica y el combate se hubieran convertido en una extensión natural de su cuerpo.

Con una patada bien ejecutada, logró desarmar a Lucas, quien se tambaleó, pero sonrió satisfecho, reconociendo la habilidad que Katherine había desarrollado en tan poco tiempo. No era solo su fuerza, era su estrategia, su forma de pensar antes de atacar, algo que ella había aprendido, de una manera u otra, a lo largo de los últimos días, semanas.

Mientras tanto, en un banco cercano, Jake los observaba en silencio. Su mirada era distante, perdida entre los movimientos de ambos, con las manos entrelazadas sobre sus piernas. Aunque no lo decía en voz alta, había algo inquietante en la forma en que Jake los miraba, algo que seguía presente, sin importar cuán distantes parecieran estar en ese momento. Había estado callado desde su regreso, desde que los secuestradores fueron vencidos, pero su tensión, su reserva, seguían ahí, como un peso no tan fácil de sacar.

Lucas lanzó una mirada a Jake y luego a Katherine, quien se recuperaba rápidamente, preparándose para el siguiente round. La energía entre ellos había cambiado, especialmente entre Katherine y Jake. Había una brecha creciente, una distancia silenciosa que parecía estar construyéndose, algo que ni ellos ni el entorno podían ignorar.

Katherine, con el rostro lleno de concentración, no podía dejar de sentir que las manos de Haël todavía la rodeaban, incluso cuando él no estaba cerca. Era como si esa sensación de tenerlo a su lado le diera fuerza, pero también algo de inquietud. Sabía que había algo más que no se había dicho, algo que la mantenía alerta y atenta, y por eso, entrenaba con una intensidad casi implacable.

La patada final de Lucas la sacó de sus pensamientos, pero Katherine no se detuvo. Estaba demasiado en su cabeza para permitir que cualquier cosa la distraiga.

Lucas, viendo la concentración de Katherine, no pudo evitar sentirse impresionado. Sabía que había algo más detrás de su actitud. Ella no solo estaba entrenando para defenderse; estaba buscando algo, algo que ni él ni nadie más parecían entender completamente. No era solo el miedo o la ansiedad, sino algo más oscuro que había comenzado a crecer en ella desde el secuestro. Sin embargo, lo que más le sorprendía era que, a pesar de todo eso, no lo mostraba. Nadie lo veía.

Con un movimiento rápido, Lucas la detuvo antes de que volviera a lanzarse.

-Basta por hoy -dijo con voz firme, tratando de calmarla. No era fácil, sabía que ella no se lo perdonaría si no lo hacía. Había algo diferente en su manera de luchar, una furia contenida. Y no quería que se dañara más de lo necesario.

Katherine paró en seco, exhalando con fuerza, su respiración aún acelerada. Miró a Lucas con el mismo nivel de intensidad que había mostrado en la pelea, pero al instante algo en su expresión cambió. Era como si un velo se hubiera levantado de su rostro. La dureza que normalmente ocultaba detrás de su mirada se había suavizado.

NIX.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora