Lucas caminaba por el frío pasillo de la comisaría con las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero, su expresión marcada por una mezcla de exasperación y preocupación. Había recibido la llamada temprano esa mañana: Haël había pasado la noche en una celda por conducción temeraria y resistencia a la autoridad. Nada nuevo, pensó con un suspiro, ya acostumbrado a las imprudencias de su mejor amigo. Pero esta vez había algo más. Sabía que el asunto con Kevin complicaba las cosas, y no estaba seguro de cuánto tiempo podrían seguir controlando el caos que Haël creaba.
—Blackwood, Haël Blackwood —dijo Lucas al llegar al mostrador, su tono seco y directo, como si hubiera hecho esto demasiadas veces ya.
El oficial, que lo reconocía de alguna visita anterior, asintió sin mucho interés y buscó el nombre en su lista.
—Ah, sí. Haël Blackwood. Parece que tu amigo ha tenido una buena noticia esta mañana —comentó el oficial mientras ojeaba los papeles.
Lucas frunció el ceño, algo sorprendido.
—¿Qué clase de buena noticia?
El oficial lo miró brevemente antes de darle una ligera sonrisa.
—Los cargos por agresión han sido retirados. Al parecer, el denunciante decidió no seguir adelante con la demanda.
Lucas parpadeó, desconcertado. No lo esperaba, no después de lo que había pasado entre Kevin y Haël. De alguna manera, Kevin había decidido echarse atrás. Quizás Katherine había intervenido. Fuera lo que fuera, aquello era un alivio.
—¿Y puedo sacarlo de aquí ya? —preguntó Lucas, tratando de no mostrar demasiado entusiasmo, aunque el alivio comenzaba a hacer mella en él.
El oficial asintió.
—Están preparando el papeleo ahora mismo. No le tomará mucho tiempo.
Lucas dejó escapar un suspiro aliviado y apoyó los codos en el mostrador mientras esperaba. Sabía que, aunque Haël saldría libre, esto no resolvería todos sus problemas. Katherine, Kevin, la tensión... Todo seguía ahí, enredado en el fondo, pero al menos por el momento, había algo de respiro.
Minutos después, una puerta se abrió al final del pasillo, y Haël apareció, acompañado por otro oficial. Llevaba la misma expresión endurecida de siempre, pero al ver a Lucas, una chispa de agradecimiento cruzó brevemente sus ojos. Se acercó lentamente, y cuando finalmente llegó a su lado, Lucas lo miró con una mezcla de alivio y reproche.
—Qué bueno verte otra vez en libertad, idiota —dijo Lucas con una sonrisa torcida, dándole una palmada en el hombro—¿Qué harías sin mí?
Haël soltó una pequeña risa, aunque había una sombra de preocupación en su mirada.
—Gracias por venir —respondió con voz baja—Pensé que estaría aquí por más tiempo.
Lucas lo observó por un segundo, notando la tensión que Haël trataba de ocultar, y luego decidió no perder el tiempo.
—Me dijeron que los cargos por agresión fueron retirados —le informó, mientras comenzaban a caminar hacia la salida—Kevin decidió no seguir adelante con la demanda.
Haël se detuvo en seco, mirando a Lucas con una mezcla de incredulidad y confusión.
—¿Qué? —preguntó, su voz teñida de sorpresa—¿Kevin retiró la demanda?
Lucas asintió lentamente.
—Eso parece. No sé cómo ni por qué, pero lo hizo.
Haël apretó la mandíbula, su mente comenzando a trabajar a toda velocidad. Sabía que Kevin no era el tipo de persona que se echaba atrás sin motivo, y esa acción solo podía significar una cosa: Katherine había hecho algo para que él cambiara de opinión. Y aunque Haël no sabía qué exactamente, no podía evitar sentir que ella había pagado un precio por ello.
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NIX.
Teen FictionKatherine siempre había sido el alma de la fiesta, una joven llena de sueños y risas. Pero cuando un extraño, Haël, comienza a seguirla en secreto, su vida da un giro inesperado. Aunque no se conocen, la intensidad de la obsesión de Haël por ella se...