La habitación del motel estaba demasiado tranquila, casi sofocante en su silencio. Las paredes, desnudas y desgastadas, parecían absorber cada susurro, cada movimiento, como si el aire mismo estuviera tenso y lleno de incertidumbre. En un rincón, Lucas estaba sentado en el borde de la cama, sus piernas colgando, observando a Katherine con atención. Jake, aún un poco adolorido y en reposo tras el disparo, estaba tirado en el sofá, mirando el techo con una expresión que oscilaba entre el aburrimiento y el malestar.
Katherine no podía quedarse quieta. Se movía de un lado a otro de la pequeña habitación, dando vueltas en círculos como un animal enjaulado. Su mente no dejaba de volar, siempre volviendo a la misma imagen: Haël. Sabía que no debía preocuparse tanto, que la situación podía estar bajo control, pero el nudo en su estómago se aferraba cada vez con más fuerza. La ausencia de noticias, la incertidumbre de no saber qué estaba sucediendo en ese momento, la estaba consumiendo.
Lucas la miraba en silencio, conocía bien la preocupación de Katherine, la forma en que se descontrolaba cuando alguien que amaba estaba en peligro. Sabía que ella había estado haciendo todo lo posible para mantenerse calmada, pero su ansiedad era palpable.
Jake, por su parte, apenas prestaba atención a la atmósfera tensa que los rodeaba. Aunque seguía recuperándose, había algo en su actitud que dejaba claro que la situación lo divertía, de una manera retorcida. Sonrió con un dejo de ironía mientras observaba el caos silencioso que se generaba a su alrededor.
Katherine detuvo su marcha frente a la ventana, su mirada fija en el horizonte, donde la luz del atardecer apenas comenzaba a desaparecer. Respiró hondo, pero aún sentía la presión en su pecho, como si cada vez fuera más difícil conseguir que su corazón latiera con normalidad.
-No puedo... -murmuró, apenas audible, pero suficiente para que Lucas y Jake la escucharan. Su voz estaba quebrada por la frustración-No puedo quedarme aquí sin saber qué le está pasando. Me estoy volviendo loca.
Lucas levantó la mirada, observándola con una expresión tranquila, pero preocupada. Sabía lo que significaba Haël para Katherine, lo que ella sentía por él, incluso si no lo admitía completamente.
-Katherine, él es fuerte. Sabes que es capaz de manejar cualquier cosa -dijo Lucas, con la voz suave pero firme, intentando calmarla.
Katherine lo miró por un segundo, sus ojos reflejaban la mezcla de miedo y enojo que no conseguía ocultar. Negó con la cabeza, sin poder aceptar esas palabras como un consuelo.
-No es eso, Lucas... -dijo, casi entre dientes, sus puños apretándose involuntariamente-Es que si alguien... Si alguien se atreve a tocarlo, a hacerle algo, a lastimarlo... No sé qué voy a hacer-Su voz se quebró mientras decía las últimas palabras, su ansiedad tomando control-No puedo... no puedo quedarme aquí sin hacer nada.
Jake, que había estado observando el intercambio en silencio, se incorporó un poco en el sofá, su rostro esbozando una sonrisa irónica.
-Vaya... Parece que alguien está realmente metida en esto, ¿eh? -murmuró con una risa que intentaba parecer despreocupada, aunque su tono era un tanto burlón-El tipo está en peligro, y tú estás tan preocupada como si fuera tu vida la que estuviera en juego.
Katherine lo miró, su cara endureciéndose de inmediato. No le gustaba ese tono de Jake, pero lo que más le molestaba era la verdad oculta detrás de sus palabras. Sabía que su preocupación era evidente. Sabía que estaba perdiendo el control.
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NIX.
Teen FictionKatherine siempre había sido el alma de la fiesta, una joven llena de sueños y risas. Pero cuando un extraño, Haël, comienza a seguirla en secreto, su vida da un giro inesperado. Aunque no se conocen, la intensidad de la obsesión de Haël por ella se...