NIX.

Capítulo 59.

Katherine terminó de prepararse, ajustando los detalles finales de su vestido. El ambiente de la habitación seguía cargado de esa mezcla entre deseo y tensión que ambos compartían. No podía evitar pensar en lo que Haël le había dicho, en ese deseo tan palpable que, a pesar de los momentos de contención, siempre encontraba una manera de salir a la superficie. Pero ahora no era el momento de dejarse llevar por ello. Hoy era el día de Lucas, y tenía que asegurarse de que todo saliera bien para él.

Unos minutos después, se unió a Haël en el pasillo. Ambos caminaban hacia el lugar donde la fiesta para Lucas estaba en proceso de preparación, y aunque intentaban mantener la compostura, la química entre ellos seguía presente. La forma en que Haël la miraba, esa chispa en sus ojos, la hacía sentirse nerviosa pero a la vez segura de sí misma.

El club estaba lleno de actividad. Los chicos de la banda estaban ocupados organizando el lugar, asegurándose de que todo estuviera perfecto para la fiesta. Se notaba el ambiente más relajado, una rara tregua entre los miembros mientras se preparaban para celebrar el cumpleaños de Lucas.

Lucas ya estaba en el centro de la acción, charlando con varios de los hombres. Cuando vio a Katherine y Haël acercarse, una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro. Aunque mantenía su carácter serio, había un aire de gratitud y alegría que no se podía ocultar. No había mejor manera de celebrar su día que con la gente que lo apoyaba y, especialmente, con Katherine, que había sido clave en mantener el ambiente relajado.

-¡Qué bien que ya están aquí! -exclamó Lucas, acercándose a ellos-. No podía esperar para que todos estuviéramos reunidos. Hoy es un día para disfrutar.

Katherine sonrió y le dio una palmada en el hombro, antes de acercarse para abrazarlo brevemente. Haël se quedó a su lado, observando en silencio, aunque con una mirada protectora hacia Katherine. Era evidente que a pesar de la importancia del día, su atención seguía estando en ella.

-¿Todo listo para la fiesta? -le preguntó Katherine, viendo que la organización del evento estaba bastante avanzada.

-Casi todo -respondió Lucas, asintiendo-Sólo faltan un par de cosas. Pero la música ya está y los chicos están trayendo la bebida. Será una buena noche, lo prometo.

Katherine miró a Haël, quien la observaba con esa mezcla de interés y deseo. Su presencia era tan poderosa que era imposible ignorarla. Y aunque sabía que había algo entre ellos que aún no había terminado de resolverse, también sabía que esta noche no era para hablar de eso. Estaba dispuesta a disfrutar del momento, de la celebración de Lucas, sin que sus problemas personales se interpusieran.

-Genial -dijo ella, sonriendo y mirando hacia Lucas-Entonces, será una buena noche. Estoy feliz de que estés disfrutando, Lucas.

La atmósfera en el club seguía animada mientras los primeros invitados llegaban. La música comenzó a sonar y los chicos se fueron agrupando en las mesas. Katherine se encontraba entre dos mundos: su relación con Haël y la celebración para Lucas. Sin embargo, la tensión seguía presente, y aunque la fiesta ya había comenzado, sabía que esta noche, como siempre, algo más se estaba cocinando bajo la superficie.

El club estaba lleno de risas, música y un ambiente vibrante. La celebración del cumpleaños de Lucas había comenzado con buen pie. Los chicos de la banda ya estaban en su elemento, disfrutando de la bebida y de la compañía mientras la música se mezclaba con las voces que se alzaban en un alegre bullicio. Era un lugar donde las tensiones parecían disolverse, aunque los ecos de las preocupaciones siempre seguían presentes, como una sombra tras cada conversación.

Katherine había disfrutado de cada momento del día hasta ahora. Había organizado la celebración con Lucas y había ayudado en lo que podía para que todo saliera bien. Estaba feliz de ver que él sonreía y se divertía, un detalle que sabía que significaba mucho para su amigo. Y aunque no lo mostraba completamente, dentro de ella se sentía en paz por el momento. La fiesta le daba una sensación de normalidad, algo que no había tenido en mucho tiempo.