Katherine se quedó unos segundos más, observando cómo Jake se alejaba entre las tumbas, hasta que su figura se desvaneció. Había algo en él que le resultaba familiar, algo en su manera de hablar, en su forma de moverse, que le hizo pensar en alguien. Sin embargo, el pensamiento fue vago y difuso, como un sueño que se desvanece al despertar. Trató de forjar la imagen en su mente, pero no conseguía dar con la persona en cuestión.
Se encogió de hombros, sacudiendo la cabeza como si pudiera despejar ese pensamiento que no terminaba de formar.
-No tiene sentido... -se dijo en voz baja, más para sí misma que para cualquier otra persona.
El viento seguía soplando entre las lápidas, y el sol ya comenzaba a descender, bañando el cementerio en tonos dorados. Se dio un último vistazo a la tumba de su padre, sintiendo el peso de su presencia en cada rincón, y se levantó lentamente.
El tiempo no se detendría por sus pensamientos, y había quedado con Lucía para tomar un café. Necesitaba distraerse, hablar de otras cosas, algo que la sacara de esa quietud emocional en la que se había sumido.
Con pasos decididos, se dirigió hacia la salida del cementerio. Al llegar al coche, metió las llaves en la cerradura y arrancó, dejándose llevar por el suave sonido de la radio, mientras sus pensamientos se mezclaban entre el encuentro con Jake y las expectativas de una tarde más normal con su amiga.
Sabía que necesitaba desconectar, y Lucía era la mejor opción.
Katherine llegó al café y vio a Lucía sentada en una mesa junto a la ventana, con una taza de café humeante entre las manos. Lucía la saludó con una sonrisa y un gesto para que se sentara. Katherine le devolvió la sonrisa y se unió a su amiga, quitándose el abrigo y acomodándose.
-¡Qué bien te veo! -dijo Lucía con una sonrisa. -Hace tiempo que no te veía tan tranquila, aunque... parece que hay algo en tu mirada que no termina de encajar, ¿todo bien?
Katherine sonrió, pero su mente seguía atrapada en el pensamiento de Jake y en todo lo que había sucedido últimamente. Decidió no hablar de eso, y en lugar de eso, evitó la pregunta con otra.
-Te agradezco que me hayas invitado, necesitaba un descanso. -Miró hacia la ventana, viendo las calles tranquilos y despejadas. -He estado... ocupada últimamente.
Lucía asintió, inclinándose un poco hacia adelante.
-Sí, te he notado algo más distanciada, aunque me imagino que todo eso tiene que ver con lo que pasó en el hospital, ¿verdad? -Lucía la miró con simpatía, esperando una respuesta.
Katherine suspiró, jugando con la taza de café que había pedido. Sabía que no podía ocultar todo, pero tampoco quería admitir que la razón de su despido se debía a Haël. Se quedó en silencio un momento, mordiéndose el labio.
-Sí, el hospital... Bueno, hubo problemas. -Se encogió de hombros, evitando entrar en detalles. -Me despidieron, pero no es tan grave, ya encontraré algo. Es solo que... bueno, no estaba preparada para eso. Me había encariñado con el lugar y con mis compañeros.
Lucía frunció el ceño, claramente sorprendida.
-¡Pero si eras una de las mejores! -exclamó Lucía. -No me lo puedo creer. ¿Qué pasó?
Katherine tragó saliva, evitando mirar a Lucía directamente. Sabía que la historia real era mucho más complicada, pero no podía contarle todo sobre Haël y su mundo. Aún no.
-Hay cosas que... no entiendo del todo, Lucía. No te preocupes, lo importante es que estoy bien. Aunque sí... me ha afectado más de lo que esperaba.
Lucía la miró con atención, como si pudiera ver la tensión en los ojos de Katherine, pero no presionó más. En lugar de eso, asintió y cambió de tema.
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NIX.
Teen FictionKatherine siempre había sido el alma de la fiesta, una joven llena de sueños y risas. Pero cuando un extraño, Haël, comienza a seguirla en secreto, su vida da un giro inesperado. Aunque no se conocen, la intensidad de la obsesión de Haël por ella se...