Capítulo 67.

1 1 0
                                    

Haël maldecía entre dientes mientras tiraba el cuerpo desmayado al suelo de concreto húmedo. El sonido sordo del golpe resonó en el silencio de la madrugada, pero él apenas lo notó. El eco de la furia nublaba su mente. Cada golpe que había dado, cada pregunta forzada a través de gritos y sangre, todo había sido en vano. La información sobre el paradero de Katherine que le habían dado era falsa.

Sus nudillos estaban ensangrentados, pero el dolor físico era insignificante comparado con la rabia que lo consumía. Se llevó las manos a la cabeza, respirando con dificultad, intentando mantener el control. No podía permitirse perder el rastro, no ahora. Katherine seguía desaparecida y cada segundo que pasaba sin encontrarla lo empujaba más cerca del borde.

Miró el cuerpo frente a él, apenas consciente, temblando entre estertores de dolor.

-Malditos mentirosos-murmuró.

Haël se agachó junto al cuerpo, sus ojos oscuros ardiendo de ira contenida. El hombre no le diría nada más, eso estaba claro. Las respuestas que necesitaba se habían perdido entre el sudor y la sangre que lo cubrían, y ahora solo quedaba el peso de su frustración. Se levantó con un gruñido, limpiándose las manos ensangrentadas en su chaqueta de cuero. El frío de la noche se sentía lejano, casi inexistente. Todo lo que lo rodeaba estaba teñido por el calor abrasador de su rabia.

Caminó hacia el auto, un cigarro colgando de sus labios, y sacó su teléfono. Marcó un número conocido, sin importarle la hora. No podía permitirse errores ni pérdidas de tiempo, no cuando Katherine podía estar en peligro. El teléfono sonó una vez, luego dos, hasta que la voz somnolienta de Lucas respondió del otro lado de la línea.

-¿Haël? ¿Qué pasa? -Lucas se escuchaba confundido, aún no del todo despierto.

-Me dieron información falsa -respondió Haël, su tono gélido-Katherine no está donde dijeron. Necesito que rastrees otra fuente. A este no le voy a sacar nada más.

El silencio de Lucas del otro lado fue suficiente para que Haël supiera que su amigo ya estaba procesando la información. Lucas, siempre meticuloso, no dejaría ningún cabo suelto.

-Dame una hora -respondió finalmente Lucas-Encontraré algo.

Haël colgó sin más, inhalando profundamente el humo del cigarro antes de exhalarlo en una larga nube. No podía seguir golpeando gente al azar, perdiendo el tiempo con mentiras. Necesitaba a Katherine de vuelta, y rápido.

Haël guardó el teléfono en su bolsillo y se dirigió al auto cuando el sonido de un nuevo mensaje lo interrumpió. Era Lucas.

"Hermano, necesitas descansar. Llevas días sin dormir ni comer. No estás pensando con claridad así."

Haël soltó una risa amarga mientras leía el mensaje, la tensión visible en su mandíbula. Abrió la puerta del coche con un gesto brusco, las palabras de Lucas resonando en su cabeza como si no entendiera la urgencia que lo mantenía en pie. Con un movimiento rápido, marcó el número de Lucas nuevamente.

-¿Descansar? -escupió Haël en cuanto Lucas respondió-No voy a descansar hasta que encuentre a los cabrones que tienen a mi mujer. No tengo tiempo para eso.

Lucas suspiró al otro lado, su tono serio, pero preocupado.

-Lo sé, pero no puedes seguir así, Haël. Si te desplomas, no vas a poder ayudarla. Somos mejores cuando estamos en control, y ahora mismo no lo estás. Deja que me encargue por un rato. Hazlo por Katherine.

-No -la voz de Haël salió afilada-No puedo quedarme de brazos cruzados. Esos hijos de puta están respirando mientras Katherine... -se detuvo, sintiendo cómo su propio cuerpo temblaba de rabia. Tragó saliva y cerró los ojos un momento, intentando calmarse, aunque fuera solo lo suficiente para pensar.

NIX.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora