Capitulo 66.

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Katherine lo miró con curiosidad, queriendo romper el silencio que había caído entre ellos, el aire pesado por los golpes y el dolor que ambos compartían, aunque en diferentes formas. No podían quedarse callados por mucho tiempo, no cuando el tiempo que tenían allí atrapados parecía ser tan largo y agotador.

-¿Entonces? -preguntó ella, bajando la voz, pero sin dejar de mirarlo. -¿Qué pasa contigo, Jake? ¿Cuéntame algo sobre ti? Después de todo, parece que aún nos queda bastante tiempo aquí.

Jake se quedó en silencio por un momento, los ojos fijos en el suelo, como si estuviera evaluando si quería o no hablar. La tensión en el aire parecía crecer con cada segundo, pero después de un rato, suspiró profundamente, sus hombros tensos, y finalmente comenzó a hablar, su tono grave y algo roto.

-Mi madre me abandonó cuando tenía nueve años -dijo, las palabras saliendo como si no le importara revelarlas, pero el dolor detrás de ellas seguía presente. -Nunca supe por qué, supongo que no me quería. Estuve en las calles varios años, luego comencé a juntarme con quien no debía, y acabé donde estoy ahora.

Katherine lo miró, sintiendo una punzada de compasión que intentó reprimir. No era fácil, no lo era para nadie, y el hecho de que hubiera vivido una vida llena de incertidumbre y dolor le daba una perspectiva más clara de lo que había vivido.

-Eso suena... horrible-dijo suavemente-No poder tener un lugar al que realmente llamar hogar... Debe ser muy duro.

Jake se encogió de hombros, pero no respondió. Su mirada seguía fija en el suelo, su expresión cerrada, como si estuviera intentando controlar las emociones que aún lo atormentaban. Katherine notó que no era alguien que hablara mucho de sí mismo, pero eso no le impedía continuar.

Katherine escuchaba con atención a Jake, notando el tono en su voz, una mezcla de dolor y resentimiento. Aunque no le gustaba cómo sonaba su historia, entendía que las cicatrices de un pasado tan difícil podían moldear a una persona de maneras muy duras. Sin embargo, no pudo evitar sentir una ligera incomodidad al preguntarle sobre su hermana, la mujer que él había mencionado antes en el cementerio.

-¿Y tu hermana? -preguntó Katherine, esperando que quizás, por fin, Jake hablara más sobre lo que había pasado entre ellos. Recordaba cómo él le había dicho que se parecía a ella, cómo esa conexión había resonado en él.

Jake dejó escapar una risa baja y amarga, algo que desentonaba con la gravedad de la situación. Al principio, no dijo nada. Solo la miró fijamente, como si evaluara si debía o no seguir hablando. Pero, finalmente, sus labios se curvaron en una sonrisa torcida.

-Mi hermana... -comenzó, con voz fría. -La odio. La odio con cada fibra de mi ser.

Katherine no pudo evitar una expresión de sorpresa. La sinceridad y el odio que brillaban en sus ojos la desconcertaron.

-¿Por qué? -preguntó, con un tono casi incrédulo, sin poder entender la razón detrás de una emoción tan fuerte. ¿Qué podría haber hecho alguien para provocar tanto rencor?

Jake respiró hondo, y la rabia detrás de su mirada no pasó desapercibida para Katherine. Sus palabras salieron lentas, como si cada una le costara más de lo que estaba dispuesto a admitir.

-Nunca la conocí realmente-su voz se volvió más baja, y en sus ojos se reflejaba algo más allá del odio: dolor-Mi madre me abandonó cuando tenía 9 años. Luego, después de haberme dejado, años más tarde nació ella. Y, aunque yo seguía dando tumbos de casa en casa, ella fue... la que mi madre sí quiso.

Jake lanzó un suspiro pesado, su mirada vacía de emociones, como si hubiera hecho un esfuerzo titánico para dejar de sentir.

-A ella la criaron bien. Nuestra madre.... la cuidó, la protegió. Ella tuvo lo que yo nunca pude tener. Un hogar. Alguien que la quería. Mientras yo, pues, simplemente... seguía viviendo. Sin saber si algún día alguien me querría de verdad-Sus palabras fueron duras, llenas de resentimiento, de una amargura que aún lo corroía-Nunca me importó que mi madre no me quisiera, pero sí me importa que ella haya tenido lo que yo no tuve.

NIX.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora