Capítulo 72.

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Cuando el coche frenó bruscamente frente al club, Jake comenzó a despertarse, parpadeando lentamente mientras intentaba ubicarse. Al notar que ya no estaban en movimiento, se incorporó con cierta dificultad, todavía dolorido por el tobillo torcido. Apenas había abierto los ojos cuando la puerta del club se abrió y Lucas salió corriendo hacia ellos.

-¡Katherine! -gritó Lucas, sin perder tiempo, abrazándola con fuerza en cuanto ella bajó del coche. La envolvió con sus brazos como si temiera que pudiera desaparecer de nuevo-Dios, no sabes lo preocupado que he estado... -murmuró mientras la apretaba más fuerte.

Katherine dejó escapar un pequeño suspiro, correspondiendo al abrazo de Lucas. Durante aquellos días oscuros, pensaba constantemente en las personas que la esperaban, y saber que Lucas había estado tan angustiado por ella le llenaba el corazón de una calidez inesperada. Era como volver a respirar aire fresco después de tanto encierro.

Sin embargo, la escena tierna entre Katherine y Lucas contrastaba brutalmente con lo que ocurría a un par de metros de distancia. Haël había abierto la puerta trasera del coche con un movimiento brusco y, sin ningún tipo de cuidado, tiró de Jake como si fuera un muñeco de trapo. Lo sacó del vehículo con un gesto despectivo, arrastrándolo casi sin esfuerzo mientras Jake luchaba por mantenerse en pie.

-Vamos, fuera. -gruñó Haël, sin molestarse en disimular el desprecio en su tono.

Jake, aún adolorido y con el tobillo torcido, tropezó cuando sus pies tocaron el suelo. Intentó estabilizarse, pero Haël no le dio ninguna oportunidad de hacerlo. Lo soltó sin miramientos, haciéndolo caer al suelo de rodillas. Jake apretó los dientes, pero no dijo nada. Sabía que la situación no le favorecía, y cualquier intento de hablar solo empeoraría las cosas con Haël.

Lucas, al percatarse de lo que ocurría, soltó a Katherine y frunció el ceño al ver el trato que Haël le estaba dando a Jake. Sin embargo, conocía demasiado bien a su amigo y sabía que este no toleraba la cercanía de nadie con Katherine, especialmente cuando él no había podido estar allí para protegerla.

-Haël, basta-le dijo Lucas en un tono que intentaba sonar calmado, pero firme.

Katherine, que había sentido el cambio en la energía de Haël desde el coche, dio un paso hacia ellos, preocupada por la intensidad que veía en los ojos de Haël.

-Déjalo, Haël-pidió ella con suavidad, acercándose a donde Jake intentaba ponerse en pie.

Haël no respondió inmediatamente, sus ojos oscuros seguían fijos en Jake, como si estuviera evaluando la posibilidad de hacer algo más. La simple idea de que ese hombre hubiera estado cerca de Katherine, aunque fuera en circunstancias de necesidad, le hervía la sangre. Pero al final, los ojos de Haël se desviaron hacia Katherine, y al ver la súplica silenciosa en su mirada, apretó la mandíbula y dio un paso atrás.

-Estás vivo gracias a ella-masculló, dirigiéndose a Jake sin ningún rastro de compasión-No te equivoques. Si fuera por mí, estarías tirado en cualquier alcantarilla como la rata que eres.

Jake, aún apoyado en una pierna, asintió en silencio. Sabía que no había nada que pudiera decir en ese momento que no empeorara las cosas, y lo último que quería era provocar más la ira de Haël. El agradecimiento por Katherine se agolpaba en su pecho, pero permaneció callado.

Katherine, que estaba al tanto de lo delicado de la situación, se inclinó hacia Jake, ayudándolo a levantarse con cuidado.

-Vamos dentro-le dijo suavemente-Te llevaremos a que te revisen el tobillo.

Haël permaneció en silencio, observando cómo Katherine lo ayudaba a caminar, sus ojos ardiendo con una mezcla de celos y rencor. Lucas, que se había mantenido cerca, le dio una palmada en el hombro, un gesto que intentaba recordar a Haël que todo había terminado y que Katherine estaba bien. Pero Haël seguía tenso, sus pensamientos lejos de tranquilizarse.

NIX.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora