21: Momento de serenidad

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Correo!— grito el cartero desde la entrada principal, sin embargo, quedo confuso al ver que nadie respondía.

Ignorando que dentro de la casa, todo el asunto estaba algo agitado.

A ver, como pudimos terminar compartiendo tu lecho...?— Pierrot.

Bueno, me invitaste a bailar, charlamos durante un buen rato... luego te pusiste algo coqueto y yo te seguí el juego... el resto es historia, literalmente— explico Levan.

De acuerdo... a ver... tenemos que solucionar esto, un problema a la vez...— comento el moreno.

Primero lo primero... cuantos años tenías?— Pierrot.

18— Levan.

Muy bien, un problema menos— Pierrot.

No entiendo porque te pones así, podemos hacer lo que queramos aquí... ese no es el punto de este cuento?
Lo que paso, paso... nadie puede juzgarnos ni decir nada por lo que pase entre nosotros...
— Levan.

Es cierto... lo siento... tienes un buen punto...— Pierrot.

Aunque admito que solo estoy usando la misma frase que tu usaste conmigo para convencerme...— respondió la modelo ante el joven, quien solo volteo hacia ella.

Pensé que era un tinte de las chicas o algo parecido, pero ahora entiendo porque mi cabello esta así...— Pierrot.

Ah, si... quería preguntarte sobre eso... llámame aislada o antisocial, pero no entiendo porque aparecieron reflejos azules en tu pelo después de... ya sabes...— Levan.

Es... complicado... realmente no importa...— respondió el chico, antes de que un momento de razón llegara a él.

Recuerdo que mis uñas eran azules...— Levan.

Le-Levan...— dijo el artista, llamando la atención de la chica que bostezaba.

Ya que estamos... bueno... "Sueltos"... hay algo que tengo que confirmar...— agrego el moreno.

C-claro... que pasa?— respondió la muchacha con un poco de duda ante el joven.

Por favor... aparta las sabanas...— Pierrot.

Puedes escuchar algo...?— Salem.
Lo haría si no hablaran— Alex.
Que vergüenza...— Neftali.
Si te da pena no hace falta que escuches...— Akuma.
Esto es tonto, no deberíamos estar oyéndolos— Kaede.
E-eso dices, pero fuiste la primera en venir a su puerta...— Cinthya.
Patata...— Jake.
No-n-no oigo nada...— Janette.

Hey... entiendo que ambos estamos... bueno, en "confianza", pero esto es vergonzoso...— Levan.

Lo lamento... solo me tomara un momento...— respondió el payaso al mismo tiempo que exploraba por debajo de las sabanas, teniendo como única iluminación la luz de su teléfono.
Y luego de observar y quedar algo atontado por el calor y perfume de su amiga, el payaso volvió a destaparse.

Esto es malo... Levan, te sientes bien?— Pierrot.

P-pues claro... por que?— Levan.

Estas segura? no te arde o te duele nada?— Pierrot.

Oye, esta bien, me gusto, pero no te des esos aires...— Levan.

No, Levan, en serio, necesito saber si estas bien... si tienes una molestia, un dolor o sientes algo, esto es importante!— Pierrot.

Creo que están discutiendo...— Akuma.
Que buen oído...— Kaede.
Por que no podemos escuchar nada?— Cinthya.
Solo por si acaso, le pedí a Pierrot que hiciera las puertas mas gruesas... como me arrepiento— Alex.

B-bueno...— susurro la chica en tanto apartaba un poco su cabello.

Entre juegos y esas cosas, me hiciste esto...— agrego la chica ante Pierrot a la vez que le mostraba una marca en su cuello.
Siendo una especie de intensa marca roja en forma de un beso.
Aunque ver aquella marca provoco cierta sensación de alivio y vergüenza al muchacho.

Soy modelo, recuerdas? si es permanente, tendremos problemas— Levan.

Tranquila, los míos nunca son permanentes...— respondió el joven a la vez que se tiraba sobre la cama, cubierto por las sabanas.

En todo caso, estamos a mano— Levan.

Que quieres decir?— Pierrot.

Quien crees que tiene la culpa que te arda las espalda?— Levan.

Momento, que me hiciste?— Pierrot.

Aparentemente yo soy de las que arañan, ni yo lo sabía— respondió la chica a la vez que se recostaba junto al artista.

Y... que haremos ahora?— Levan.

No sé... tu que quieres hacer?— Pierrot.

No sé... no pensé que llegáramos tan lejos...— Levan.

Bailamos, coqueteamos, nos besamos, me trajiste a tu habitación... hasta donde pensabas llegar?— Pierrot.

Lo siento...— Levan.

No te disculpes... esta es la clase de crímenes donde hay dos culpables...— Pierrot.

Imagine que te enojarías, pero lo estas tomando bastante bien...— Levan.

Es casi imposible hacerme enojar... además, siendo tu, no puedo estar molesto...— Pierrot.

Tengo un extraño presentimiento...— Cinthya.
Alguno tiene hambre...? por alguna razón tengo ganas de comer algo— Jake.
Yo también...— Janette.

Los otros harán preguntas...— Levan.

Tu misma lo dijiste, nadie puede juzgarnos por lo que pase entre nosotros... poder hacer lo que queramos, sin restricciones ni límites... fue para eso que creé esta historia— respondió Pierrot ante la chica.

No estas enojado por no haberte parado?— pregunto Levan, antes de sentir una respiración en su nuca.

Fui yo el que empezó esto... si aquí hay un culpable soy yo— Pierrot.

Soy yo la que tiene la culpa...— Levan.

Soy el hombre, si hice algo malo debo ser responsable...— Pierrot.

Los hombres necesitan de las mujeres para mantenerlos a raya, yo tengo la culpa— Levan.

Entonces yo seré tu cómplice, te parece...?— pregunto el payaso ante su amiga, estando a solo unos centímetros de su sonrojado rostro.

Un crimen sin victimas...?— Levan.

Uno que estaría gustoso de cometer de nuevo...— Pierrot.

Pensé que yo era la bipolar...— Levan.

Hay muchas cosas que pueden pasar en esta casa...— susurro el joven a la vez que acariciaba el cabello azulado de su amiga.

Es posible que hayan vuelto a dormir... vámonos— Alex.
Preparare el desayuno...— Neftali.
Despertare a los chicos, quizás quieran quedarse a desayunar... además, quiero ver la cara de Aión cuando sepa que su jefa...— Kaede.
Bueno, me muestras donde sera mi cuarto?— Akuma.
Ah, cla-claro...— Cinthya.
Sigo preguntándome quien era aquella mujer...— Jake.
Creo que tocaron la puerta, voy a ver...— Janette.
Los policías dijeron que volverán para año nuevo... voy a tomar un baño— Salem.

De cerca, eres incluso mas preciosa— Pierrot.

Cállate...— Levan.


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