Era una mañana tranquila en una ciudad apartada y todos los residentes caminaban por las calles yendo a sus respectivos destinos.
Los adultos iban a sus trabajos en tanto los niños se dirigían a la escuela.
Varios vehículos recorrían las calles decoradas por árboles y rejas de las viviendas, se oía el ladrido de los perros y podía sentirse un calor tenuemente molesto.Sobre las copas de los árboles, se podían escuchar los dulces y agudos cantos de las aves que regresaban a la ciudad, ya habían pasado algunos meses.
La ciudad se hallaba pacífica, sobretodo porque apenas eran las 8 de la mañana, aun así, el cielo estaba cubierto por algunas nubes que profetizaban una tormenta.
Típica tarde de verano.—Vamos, vamos, vamos...— decía un joven en tanto esperaba en un supermercado cargando una gran bolsa llena de alimentos.
Con una especie de capa roja que cubría su pecho y parte de sus brazos, un pantalón negro y unos zapatos rojos y de piezas metálicas.
—Por amor a Pandora, odio esperar— susurro el tipo mientras una adolescente estaba de pie a su lado.
—Yo también... es la última vez que jugamos piedra, papel, tijeras para decidir quien busca la cena— agrego la joven en tanto buscaba con la mirada algo con lo que entretenerse.
Delgada y con su cabello corto castaño claro, siendo su parte más llamativa unos reflejos verdes que brillaban con la iluminación del lugar.
A los pocos minutos, ambos jóvenes salieron del lugar cargando las bolsas que compraron, verduras, frutas y dulces.
Aunque el chico ya se encontraba comiendo algunos.—Pierrot, sabes que me gustan los viajes... pero es necesario venir a la ciudad vecina solo por la cena?— pregunto la chica a su amigo, quien señalo los dulces que llenaban su boca.
A lo que la joven guardo silencio unos momentos.—Me trajiste aquí solo por los dulces, verdad?— agrego la castaña, a lo que su compañero mantuvo una cara de poker.
—Ed que doz de aquí don do mejodez— respondió el muchacho antes de tragar de una sola vez todo lo que tenía en su boca.
Por lo que su amiga no pudo evitar suspirar.—Mmmm... Neftali, si no nos apresuramos llegaremos tarde...— comento Pierrot antes de quitarle la envoltura a una barra de chocolate.
—Es cierto... y no nos queda dinero para un taxi— agrego la chica.
—Si... de todas formas no creo que ningún taxi quiera llevarnos fuera de la ciudad— Pierrot.
—Que tal una carrera?— comento el joven mientras acomodaba el flequillo que cubría su ojo izquierdo junto a la pequeña trenza que colgaba detrás de su oreja.
Mientras tanto en la ciudad vecina, una joven recorría la ciudad con una sonrisa mientras escuchaba música a través de un par de cables negros.
Con su cabello castaño ondulado y largo, cuyas puntas brillaban con un fuerte color dorado, y una chaqueta verde, la joven entro a una tienda.
—Hola, podría darme 3 cajas de chocolate cacao, una gaseosa de uva, una bolsa de papas, leche chocolatada, algunas aceitunas, unas pastillas de menta y un chicle?— pidió la chica, llamando la atención de varias personas en el mercado.
Aunque el cajero dudo unos momentos, al final le dio todo lo que pidió, y así, la joven pago con una tarjeta de crédito y se retiró de la tienda.—Que pasa Johnny?— pregunto una chica de la limpieza a su compañero, quien tenía una mirada de confusión.
—Esa chica habrá robado un banco o qué?— dijo el hombre para sí mismo.
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Wattpad Paradox
CasualePuede que esta historia no tenga mucho sentido, pero la mente de los artistas jamas a necesitado tal cosa. _ @ Nefilim_the_killer77 _@ JaneTheMua _@Cat-San_ _@LuceroSuarez7 _@NECCHI2 _@nxftyxx _@wolfynight140 _@Cinthya_Torres77 _@Akuma_Hayashi _@Mil...